8 - Portal

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¿Qué hacer? ¿Qué decir? Si las conversaciones no vienen con una guía para las distintas situaciones. Si cuanto más buscas las palabras adecuadas más peligro parecen contener las oraciones más simples, solo pronunciadas con el tono incorrecto.

Un “¿Por qué lloras?” en este momento resulta tan estúpido y provocador... sin embargo, son las únicas palabras que cruzan mi mente ahora. Necesito preguntárselo, aún sabiendo la respuesta, o al menos parte de ella. Porque las suposiciones que uno se crea internamente pueden ser correctas, pero nada me daría mayor seguridad sobre lo que nos está pasando que escuchar de sus labios un “Esto se nos ha ido de las manos, Jimin.”

No obstante soy bastante más cobarde de lo que me gustaría y me limito a decir:

–¿Estás bien? –Idiota. Claro que no lo está. Lo estás viendo destrozado. Llorando en tus brazos. Más pequeño de lo que era ayer debido a la congoja. ¿Por mi culpa? ¿Culpa suya? Qué más da ahora. Al final lo acabo diciendo yo, susurrando. –Creo que esto se nos ha ido de las manos...

–¿Si? –Responde esnifándose la nariz. Se endereza en su sitio. –¿Por qué lo dices? –Pregunta y puedo notar cierta ironía y rencor en su voz. –¿Por los cuernos que me acabas de poner o porque estoy llorando en tu portal a las doce de la noche?

–No vayas por ahí... –Le advierto. –No se te ocurra mencionar la traición. Tú menos que nadie.

–¿Y tú qué sabes? –Me reprocha con un tono que intenta sonar enfadado, sin embargo sale con un tono lastimero que más que ofenderme me hiere con culpabilidad. –¿Qué dices tú del sentimiento de traición? ¿Qué cojones vas a saber? Eres tú quien se ha ido con otro este día sabiendo que estamos pasando por un mal momento, lo que es evidente. Todo el mundo se ha dado cuenta que lo nuestro se tambalea. –Da un largo suspiro, como dándose tiempo para evitar que se le quiebre la voz al decir lo siguiente. –¿Pero por qué te vas con otro? –Pregunta con tono lastimero. Más como una pregunta retórica, pues yo sé que no quiere saber la respuesta realmente. Aún así se la doy.

–No me reclames cosas que sabes que no estás en posición de reclamar.

Tras un duradero y pesado suspiro, Jungkook apoya su cabeza en mi pecho, buscando mi calor para combatir el frío vacío de su interior.

Aún tengo muchas cosas que decirle, que reclamarle. ¿Cómo tiene el descaro de reivindicar sus quejas cuando él ha sido el primero en fallar?

Ahora es cuando más cuenta me doy de lo débil que soy, pues no me veo capaz de continuar demandándole y, por el contrario, afianzo más mi agarre alrededor de su torso. Hacía tanto tiempo que no lo sentía tan cerca...

Pasamos varios minutos en silencio en la misma posición hasta que Jungkook vuelve a hablar.

–¿Sabes? Fue YuGyeom quién me dijo que te vio en el centro con otro tipo. É-el me dijo que lo estabas abrazando. –Su voz disminuye a cada palabra. –... YuGyeom es una persona bastante celosa, en el buen sentido, pero a veces tengo la sensación de que tú no le agradas y que no me quiere ver contigo. Pensé que tal vez se lo habría inventado, que lo diría solo para verme alejado de ti... Es decir, ¿es verdad eso? ¿Lo estabas abrazando? –No contesto a lo que él levanta la vista, pensando tal vez que no lo he escuchado, pero la realidad es que en mi cabeza hay un cúmulo de cosas en qué pensar. Jungkook frunce los labios. –¿Qué tan cercano eres a él?

Creo que va siendo hora de que seamos sinceros.

–Él me llama mucho la atención. –Confieso y analizo su mirada, que me mira fijamente y sin expresión. Me invita a que continúe hablando y a mí me comienzan a sudar las manos. –Es decir, su personalidad es muy llamativa. Hablar con el resulta impredecible igual que agradable.

Viceversa [JiKook] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora