"Ella es el ángel de la guarda de aquel muchachito que suele cantar de bar en bar."
Blood, honey and tears.
Sangre, miel y lágrimas.
Sangue, miele e lacrime.
Eso es lo que somos.
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Aquí estamos, mi boca estaba reseca y lamí mi labio para humedecerlo.
- ¿Valió la pena?
La pelinegra poso su mirada en mi, una negra y vacía mirada.
- Yo siempre fui feliz, sé que no tenía dinero pero eso no significaba nada para mí, era alegre en mi pequeña casa. Nunca existió un amor que me hiciera llorar... Tenías que llegar tu ¿Verdad?.- limpie mi nariz con mis nudillos.- No me duele ningún golpe, me dueles tú.
- Este es mi trabajo.- su rostro duro y serio volvió su mirar al frente.- Nunca hice algo por ti, todo fue por mi.- me dolía el pecho de oír cada una de sus palabras.
- Siempre fui feliz a tu lado.- sabía que ella lo había Sido a mi lado.- Dímelo, dime qué no lo fuiste al mío.- empezaba a sentir mi respiración más agitada.- ¡DIME QUE NO ME AMAS Y YO MISMO ME ENTREGARÉ A LOS IVANOV!
- No.- negó con la cabeza.- Nunca sentí siquiera cariño a ti.- recargo su cuerpo en la camioneta.
- Lo supe desde un principio, tuve la esperanza de que no fueras la pecadora que creía pero eres el Diablo.- me acerque a ella.- No pensé que llegaras a hacer esto, decidiste tomarme como un escalón para ser la reina blanca.
- ¿Te entregaras o te entrego yo? Harry.- no veía ni una pizca de arrepentimiento en su rostro.
Rei amargamente ante su respuesta cínica y desinteresada. Dejé mi corazón solo para sus ojos y ella solo desvió la mirada.