I need a hero [Aizawa x Lectora x Toshinori]

Como puzzle de mil piezas

"Si este sillón pudiera hablar" pensaste distraídamente mientras te quitabas la blusa de un solo tirón y la arrojabas a cualquier lugar del piso. Ahora no te cubría nada más que tu ropa interior.

Toshinori te devoraba con sus ojos. La vista que tenía era favorable, especialmente desde su posición: Tumbado cuan alto era a lo largo de tu sillón de peluche contigo montada sobre sus caderas.

- ¿Disfrutando la vista, Toshi?- Preguntaste traviesamente al notar como te observaba.

- Sí- Te respondió con una sonrisa encantadora, haciendo que fueras tú la que se cohibiera.

Parecía obvio que le encantaba sentir tu suave piel: Sus manos no paraban de recorrer tu cuerpo, repasando sin cesar el camino entre tu espalda baja y tus muslos mientras te acariciaba con firmeza. Pero eso sí, siempre evitando ser demasiado audaz al tocarte.

Cuando notaste lo cuidadoso que era en no rozar tus partes más sensibles, decidiste divertirte un poco a costa suya. Tomaste sus grandes manos con las tuyas, y ante su mirada interrogante, las posaste forzosamente sobre tus nalgas, haciéndolo sobajearlas firmemente con sus palmas.

Toshinori te observó con los ojos muy abiertos y sus pálidas mejillas teñidas de un rosa intenso, totalmente paralizado. Sólo le tomó unos momentos acostumbrarse a la situación y corresponderte como debía.

Cuando menos te lo esperabas sentiste una de sus manos sobar insistentemente el espacio entre tus pechos, y la otra azotar con fuerza tus nalgas.

- Ay, Toshi...-Mascullaste, aferrándote con fuerza a sus hombros.

Hundiste inconscientemente tus caderas contra las suyas, y de inmediato sentiste la presión de aquel bulto endurecido y caliente a través de su ropa.

- Toshi, ya estás...

Él te calló delicadamente posando su índice sobre tus labios y te aplastó contra él, presionando una de sus anchas manos sobre tu espalda. Apenas sentiste la piel de tu rostro rozar una de sus mejillas, sólo pudiste buscar sus labios con los tuyos. Esta vez fuiste tú quien hizo el beso más intenso, chupando y mordiendo con fiereza su labio inferior.

Él respondió con calma y cuidado, masajeando sus labios pausadamente contra los tuyos.

En ese instante te invadieron unos deseos terribles de tocarlo.

Al principio fue sólo un pequeño roce sobre la entrepierna de su pantalón, justo lo suficiente para hacerlo soltar un gemido ahogado. Sin embargo, lo que creíste sentir bajo la tela te hizo tragar saliva. Fue tanta la impresión que tuviste que volverlo a tocar sólo para convencerte, y palpaste toda su longitud un par de veces más, casi con más curiosidad que lujuria.

Toshinori sólo pudo tensar todo su cuerpo y cerrar los ojos ante la sensación de tus manos acariciando su zona más sensible.

- Rayos Toshi...-

Abrió los ojos para mirarte una vez más.

- ¿Qué pasa? – Preguntó, genuinamente preocupado.

- Vayamos con calma, ¿sí? No quiero terminar en el hospital- Trataste de sonar casual, pero no lograste disimular el nerviosismo en tu voz.

Tu comentario logró hacerlo reír.

- Vamos, no es para tanto- Dijo livianamente.

- Si es. Probablemente no te das cuenta porque siempre has sido alto.