I need a hero [Aizawa x Lectora x Toshinori]

Engañar tiene su ciencia

Despertaste con los maullidos y zarpazos de Calabaza, que tenía clarísimo cuando exigir su desayuno. Lo primero que sentiste fue que hacía un poco más de frío del que recordabas, y al girarte en el sofá notaste por qué: Toshinori ya no estaba a tu lado.

Pronto caíste en la cuenta de tu situación.

- ¡Mierda! Me quedé dormida- Calabaza bufó y saltó de tu regazo, asustado por el grito.

De ninguna manera podías llegar tarde a la reunión con tu jefe, así que levantaste y corriste por todo tu apartamento buscando tus cosas. Al mirar el reloj de pared notaste que era tarde pero no tanto como pensabas. Aún había tiempo para una ducha rápida.

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- Sí, lo siento mucho. Es una lástima- Le dijiste a la esposa de tu jefe por teléfono mientras caminabas hacia la entrada de la escuela- Ojalá se recupere bien ¡Adiós!

Justo al salir de su casa había caído por las escaleras y se había roto el tobillo.

Obviamente la reunión tendría que cancelarse por hoy, lo que te fastidiaba un poco: Estabas muy satisfecha con tu trabajo hasta el momento y querías presentárselo. Sin embargo, había algo bueno en todo esto: Ahora tenías el tiempo de ir a la escuela y ver los exámenes prácticos de los chicos de la clase 1-A.

Llegaste a la sala de vigilancia justo cuando Aizawa acababa de empezar el examen con Todoroki y Momo.

Después del examen saliste a tomar un poco de aire, y justo te cruzaste con el joven profesor.

- Hola- Lo saludaste.

- Hola ¿No tenías una reunión con tu jefe justo ahora? - Preguntó extrañado.

- Se canceló. Tuvo un accidente.

- Es una lástima- Dijo Aizawa, sin siquiera esforzarse en disimular su expresión de perversa satisfacción.

- Estuviste increíble en el examen- Lo felicitaste mientras comenzabas a caminar a su lado.

- Gracias- Te sonrió levemente.

- Y ya no puedes negar que tenía razón con respecto a tus chicos- Dijiste sonriente, mirándo hacia el sol de la mañana que entraba a raudales por las ventanas.

- ¿Qué quieres decir?- Sonaba extrañado, tratando de disimular lo evidente.

- Vi lo que hiciste con esa niña.

Se mantuvo en silencio por unos momentos, haciendo su mejor esfuerzo por no cruzar su mirada con la tuya.

- No sé de qué hablas- Logró decir con su indiferencia habitual, pero sin poder reprimir una sonrisa.

- Lo del examen: Cuando te dejaste vencer por ella para que recuperara su confianza- Dijiste con toda la confianza del mundo, totalmente convencida por lo que habían observado tus entrenados ojos.

- Tú pasas demasiado tiempo mirándome- De nuevo mostraba esa sonrisa gatuna.

- Eso fue muy tierno- Fueron tus últimas palabras.

Aizawa se congeló unos segundos, como si nunca en su vida hubiera esperado encontrarse en esta situación y le costara demasiado decidir cómo actuar. Tuviste que girar el rostro, incapaz de sostener la mirada tan intensa de esos ojos color azabache.