Amor eterno

Decisión

—Irme... Con ustedes —volvio a preguntar la peliplata levantándose del suelo.

—Mi mamá te aceptará con gusto —dijo Hawk—. Verdad mamá

Se escuchó un resonido por parte de Ella.

—Ves mi mamá acepto con gusto.

Elizabeth se acerco a la mamá de Hawk.

—Bien... Me iré con ustedes —dijo decidida, tenía una mirada risueña.. Una nueva vida y nuevos amigos.

Subió las escaleras de madera que se encontraban en la parte lateral de la mamá de Hawk.

Cada peldaño era una pregunta para ella, Quedarse con su supuesta familia una madrastra que la maltrataba. O irse y vivir una vida en paz junto a su nuevo amigo. Ya había dicho que si, pero algo la aturdia ella de verdad se quería ir?

Llegó al último peldaño de la escalera un paso más y toda su vida cambiará.

—¿Qué hago? Porque estoy dudando, yo no me quiero quedar ahí... Ya no quiero... Mamá —susurro entre sollozos—. Mamá...dime que harías, te extraño tanto, me dijiste que debería ser fuerte, pero nunca lo lograré.

—Elizabeth? —pregunto el cerdito—. Si no quieres hacer esto.. No te voy a obligar, si quieres te puedo hacer compañía en tu casa —mostro una sonrisa.

—Ha..wk —sintio un alivio profundo—. Me acompañarias?

—Si! es lo que hacen los amigos no?

Elizabeth bajo de un salto.

—Sera mejor que regresemos a la casa —señalo un camino por el bosque—. Vienes Hawk.

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—¿Donde esta esa niña? —se preguntaba Merici. Claramente estaba enojada que Elizabeth la dejará a media discusión—. De esto no se podrá salvar!

—Madre! Deberías dormir —dijo Jericó en un tono somnoliento sobandose los ojos con sus manos.

—Claro mi preciada hija —se despidió de Jericó y fue a su habitación, miraba la carta una y otra vez estaba ansiosa por abrirla pero tenía miedo del contenido—. Baltra.. Que contiene esta carta —dijo en voz baja, miro el sobre por última vez y lo dejo en la mesita de noche.

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—Hawk enserio te agradezco por estar conmigo —sonrio.

—No te preocupes Elizabeth es deber de un caballero. 

—Caballero? —pregunto Elizabeth.

—Sii.. Elizabeth te enteraste que iba a venir el rey de Camelot aquí! —dijo Hawk con euforia.

—El rey de Camelot.. No —se alzó de hombros dando una mueca—. No estoy muy enterada... Mirá! Esa es mi casa —señalo.

—Es muy bonita.

—Sii.. Bien entremos.

Ambos entraron a la casa sigilosamente, pasando por los cuartos principales para llegar a la "torre" de Elizabeth.

Abrió la puerta con sumo cuidado, empujó la puerta y dejo ver un cuarto todo deteriorado por el paso del tiempo.

—Este es mi cuarto! Siéntete cómodo Hawk..

—Eli.. Zabeth, me encanta tu cuarto

—Me alegra Hawk —se dirigió a la ventana con una sonrisa en su rostro postró sus dos brazos al borde de esta. Era una bonita noche después de todo.

—Elizabeth.. Que estas mirando —el cerdito se acerco a donde estaba ella—. Es el castillo? —pregunto confundido.

—Ummm... Puede ser.. Pero lo que estoy mirando ahora son las estrellas en el hermoso cielo.

—Elizabeth... Estas enamorada? —pregunto—. Es por el chico de esta mañana....

Las mejillas de ella se tornaron de un tono carmesí al cual no le presto atención.

—Enamorada? No lo creo, tal vez solo estoy agradecida con el.. O tal vez solo ne gusta este hermoso cielo azul, no Hawk? —dio un suspiro.

—Según se el es el heredero de este reino, el príncipe... Sería muy divertido que los dos estén juntos.

—Ummmm.... Hawk deja de jugar —dejo la ventana para ir a su cama y descansar un poco.