Amor eterno

Invitación

—Elizabeth ¿Donde estas? —gritaba un cerdito—. Donde se metió? Aun es muy temprano.

Elizabeth siempre era la primera en levantarse, así que iba al pueblo a comprar algunos alimentos para el almuerzo. Así Ban podría cocinar sus delicias.

—Bien! Una invitación para el baile del Castillo dentro de dos días, excelente! —dijo en tono burlón—. Estoy segura que Gila y Jericó estarán muy contentas.. Pero yo estaré en casa
Ya estaba llegando a su hogar así que guardo la invitación en la canasta.

"Elizabeth donde estas?" escuchaba gritos provenientes de la parte trasera de la casa.

—Hawk?... Hawk!!!

Corrió a donde se encontraba el cerdito.

—No grites, por favor!! —le tapó la boca—. Quieres que te hagan tocino, ellas no saben que te tengo aquí...

—Lo siento Eli... —susurro Hawk—. A donde fuiste?

—Al pueblo para hacer las compras diarias —señalo con su dedo la canasta—. Y además tengo este sobre... Mirá!

—De que trata, es algo importante? —pregunto el cerdito—. O es para comer..

—No.. Es una invitación al baile de mañana, será en el castillo —suspiro—. Y claramente le tengo que dar este sobre a Lady Merici

—Suerte Elizabeth —rio.

—Claro... —agito su mano para despedirse—. No te olvides lo de esta tarde —sonrio.

—No!

La chica entro a la casa por la parte trasera donde se encontraba la cocina tenía  la canasta mesiondola de un lado a otro.

Se acerco a un pequeño estante que se encontraba ahí y lo dejo. Sacando únicamente el sobre.

Salió del lugar para subir las escaleras e ir al cuarto de Merici para entregale el sobre.

—Disculpe, puedo pasar —dijo tocando la puerta.

—Adelante.

Elizabeth entro al cuarto viendo a sus "hermanas" sentadas en uno de los sillones que estaban ahí.

—A que vienes Elizabeth —pregunto Merici.

—Le vengo a entregar este pequeño sobre que nos entregaron en el pueblo —extendio sus manos.

—Que haces aceptando cosas de gente pueblerina —tenia una expresión de enojo.

—Umm.. Pueblerina? —pregunto mostrando una pequeña risa—. Bien entonces no quedra saber de la fiesta de mañana... Que se realizará en el castillo.

—En el castillo! —gritaron ambas hermanas—. Mamá! Dile que te de el sobre.

—Eli... zabeth no juegues conmigo —dijo de una manera enojada—. Entregame ese sobre.

—Bien —dijo de una manera tranquila.

Se acerco a ella y le entregó el sobre.

Se dio media vuelta para poder retirarse del lugar pero se percató de la carta que estaba en la mesita de noche.

—Esa carta.. —susurro.

—Dices algo niña —dijo Merici—. Retirate..

—No! Me retiro —elizabeth ya no tenía intenciones de quitarle esa carta.

Salió del cuarto, bajo las escaleras con dirección a la cocina.

—Elizabeth... Les entregaste el sobre —pregunto Hawk.

—Si... Sabes ya no quiero esperar a la tarde para ir con tu mamá —dijo algo cansada—. Y si vamos ahora.

—Si tu quieres —dijo Hawk.

Salieron de la casa y se adentraron al bosque.

El sol se ocultaba poco a poco dejando ver los últimos rayos de sol.

—Me pregunto que hará tu mamá cuando nos vamos —se preguntó Elizabeth alzando el dedo índice al mentón.

—Estoy seguro que come o se oculta bajo tierra —rio Hawk.

—Claro.. Claro —rio mirándolo—. Mira tu allá esta tu mamá! Ven!

—Elizabeth no corras! No puedo alcanzarte.

La peliplata corría a toda velocidad para alcanzar a la mamá de Hawk. Su color verde limón la hacia única.

Se acercaba más a ella pero... Su sonrisa se fue borrando cuando vio que alguien estaba con ella.

—¿Quien eres tu? —grito—. que haces aquí.