Capítulo III

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EL SUJETO EN LA MODIFICACIÓN DE CONDUCTA: UN ANÁLISIS CONDUCTISTA

Marino Pérez Álvarez

El sujeto y las contingencias

Es una simplicidad dar por hecho que la noción de sujeto asumida por el conductismo radical tiene un carácter pasivo. Lo que se ofrece en esta sección es una actualización empírica y conceptual.

1.- Sujeto operante

El análisis de conducta y el conductismo radical, que es su teoría, ponen el énfasis en la determinación ambiental. Precisamente, el sujeto de conducta está "sujeto" a (y en función de) un ambiente físico, cultural y social preexistente. De modo que el análisis de conducta se resuelve en su análisis funcional, esto es, en la especificación de condiciones ambientales de las cuales depende.

En términos skinnerianos, la pregunta relevante es acerca del control, de cómo se puede crear, mantener, modificar o extinguir la conducta a través de cambios ambientales (no qué es la psique o cómo se cambia la mente).

Puede asumirse la condicón de libertad radical en el sentido de que el sujeto en una situación cualquiera tiene que hacer algo, está necesariamente libre (la "operante libre"). Sin embargo, lo que tiene que hacer con arreglo al ambiente. De modo que las necesarias operaciones en el entorno son seleccionadas, moldeadas, mantenidas y modificadas según sus consecuencias, técnicamente denominadas refuerzos.

Es importante reconocer aquí que ciertas condiciones de las que depende la conducta pueden estar creadas por el propio sujeto. En definitiva, si el sujeto es activo, lo será de un modo fáctico. Quizás, mejor que decir que el sujeto (re) construye el mundo (mentalmente) es asumir que aprende cada vez formas más diferenciadas, discriminativas y sutiles.

Es importante advertir, también, que esta actividad psicológica no consiste en pautas comportamentales prefijadas mecánicamente, en aprendizajes estereotipados. Por el contrario, se trata de clases de conducta de acuerdo, a su vez, con una definición genérica del estímulo, según habría señalado tempranamente Skinner.

2.- Contingencias, relaciones de equivalencia y significado

El análisis debe incluir, además, ciertas condiciones en cuya presencia la conducta logra sus efectos. Es decir, junto a los estímulos consecuentes reforzantes, el análisis de conducta requiere de la especificación de ciertos estímulos antecedentes discriminativos.

Los estímulos discriminativos pueden estar condicionados a otros estímulos contextuales que llegan a funcionar como selectores de la contingencia de tres términos: la reflexividad, simetría y transitividad.

La reflexividad (o identidad) se demuestra al poner como selector el mismo estímulo discriminativo (o como estímulo discriminativo el estímulo selector). Los sujetos que han aprendido la discriminación condicionada, actúan con éxito ante esa contingencia a la que nunca fueron expuestos. La simetría consiste en invertir selector y estímulo discriminativo. Para probar la transitividad es necesario introducir un nuevo estímulo discriminativo y aprender también la discriminación condicionada ante un selector de los practicados.

Se puede decir que el sujeto responde al significado. Estímulos, en principio bien distintos, adquieren un significado equivalente, se constituyen en una clase, en virtud de su significado operatorio, y no por simple generalización topográfica.

Dentro del análisis experimental de la conducta se ha demostrado, también, que el significado así construido puede estar bajo control contextual. Un control contextual de segundo orden que matiza y cambia el sentido.

RESUMEN Manual de técnicas de terapia y modificación de la conducta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora