Una noche "sin" estrellas (VKook)

~5~

Jungkook caminaba a toda prisa para llegar a su clase de literatura, se había quedado dormido. ¡Esto nunca le había pasado! Y todo por culpa de su hyung.

—Claro, "yi ti dispiirti Jingkiik". ¡Sabía que no podía confiar en un hyung que llegó tarde hasta para su graduación!

—¡Jungkook!

El nombrado se giró para encontrarse con un chico pálido muy bonito.

—¡HOLA HYUNG!

Este era otro de sus hyungs favoritos. Realmente adoraba al chico peligris.

—¿A dónde ibas, Jungkook?

—¡A literatura! ¡La señora Wang me va a matar! Espera...— observó al chico reír—¿Por qué no estás en clase?

—La señora Wang no vino, Jungkook. Le dije a Taehyung... ¿No te lo dijo?

Se dió un golpe mental por haber maldecido de todas las formas posibles a Tae. Pero ¿por qué no le dijo?

—No... Pero supongo que por ello no se molestó en despertarme.

—Sí, por cierto. Casi me mata cuando fui a buscarte. Es como un perrito que cuida a su dueño. ¿No lo crees?

Jungkook rió por el comentario de su hyung, sabía que él era así. Hacía comentarios que probablemente todos se tomarían a mal. Pero él sabe que no lo hace con mala intención.

—Bueno, tal vez lo parece un poco.

—¿Soy un perro, eh?

El pelinegro casi se desmaya del susto. ¿Por qué tenía esta maldita suerte? No se atrevió a mirar el rostro de su hyung favorito.

—¿Soy un perro para ti? ¿Eso soy?

El castaño lucía bastante decepcionado. Dejó una caja en las manos del menor y se fue de ahí rápidamente.

—Taehyung...

—Tranquilo. Si es un perro fiel volverá moviendote la cola.

—Basta, Yoon Gi hyung. Él no es un perro... Tengo que irme. Adiós.

Se fue tras de Tae. Miró la caja y se sintió aún peor.

Taehyung le había dado un telescopio profesional...

Y él la había cagado completamente.

Apresuró el paso hasta terminar por correr camino a la casa del castaño, tocó la puerta un par de veces sin obtener alguna respuesta.

—¡Tae! ¡Por favor! ¡Lo siento maldita sea!

Pero el nombrado no tenía la más mínima intención de salir. No quería ver al pelinegro.

El menor se sentó, quedando recargado en la puerta de su hyung. Sus ojos estabas húmedos, era inevitable no llorar en esta situación. Su mejor amigo seguro lo odiaba.