Capítulo 3 De Paseó con el Diablo

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Han pasado ya 20 días desde la última nevada, el hielo se ha derretido, la nieve se disolvió plantas y la pradera se tiñen de un verde maravilloso, las flores son todo un espectáculo, los animales han salido de sus guaridas.

Y yo, vigilando todo detrás de unos binoculares en lo más alto de la aldea, el templo de nuestras ancianas. Me han citado para hablar, pero no me podía perder esta grandiosa vista. Suspiro, y veo mi aliento, si hay algo que disfruto del frío es ver mi respiración, me parece como si todos fumaramos a la misma vez.

Hoy definitivamente saldré a cabalgar!

_Corro hacia dentro, bajando las escaleras, se me hace tarde, brinco desde 50 escalones y caigo en cuclillas justo frente a la puerta del consejo. Vaya si que soy ágil.
La puerta se abre y veo a Avril, es la encargada del servicio personal de las ancianas. Tiene un largo cabello rubio armado en una trenza a un lado, tiene ojos grises almendrados.

-Diablos Natasha, todo ese ruido eras tú? - me levanto y le sonrio de oreja a oreja- Jajaja no cambias, tú en realidad eres mitad felina, pasa las ancianas te esperan.

Entro, la habitación del consejo es bastante calida, todo es de madera de un tono marrón, y esta ese olor a madera tan agradable.

Ahí las veo, las 5 ancianas que conforman el consejo de Ukra, la máxima autoridad de nuestra tribu, sentadas en unos grandes sillones con tapizado de terciopelo azul que hace juego con la alfombra. Un gran librero detrás de ellas, donde están las historias, leyes y tradiciones de nuestra gente, además de los registros de todos los que conformamos Ukra y cada princesa que ha existido, y el varón que ha podido tenerla, solo ellas lo saben todo.

_Les hago reverencia y me postro en una sola rodilla.

- Mis respetos madres.

- Gracias por venir princesa, levántate -me dice la anciana del costado derecho-

-Te hemos hecho venir porque queríamos que supieras que estamos bastante satisfechas con tus obligaciones como princesa de la tribu-suelta la de en medio tiene una apariencia de  disciplina intachable-estos años han sido de paz, bastante fructíferos, la economía ha crecido notablemente, las mujeres trabajan mucho, estudian, se divierten y se vive un ambiente alegre.

-Has sido una princesa ejemplar, has cumplido con todas tus tareas excediendo nuestras espectativas, eres fuerte, valiente, hábil y muy astuta, amas a tu gente y le eres leal, tu madre estaría orgullosa.

_Se me hace un nudo en la garganta, y trago con dificultad.

- Queríamos decirte que ya nos comunicamos con el consejo de ancianos de la tribu Sebastopol y el Gran Asalto esta previsto para ser aprobado esta semana, así que prepara a las mujeres del pueblo como lo has hecho hasta ahora, protégete mucho, esperamos que culmines tu gobierno a salvo y que los hombres sigan sin rey. -las cinco ancianas sonríen con complicidad entre ellas- Eres muy bella, ojalá podamos ver hijas tuyas, con esa hermosura angelical y la astucia de guerrera amazónica.

Me miran en aprobación para hablar.

- Estoy muy alagada madres, a sido un honor, un placer haber servido, defendido y amado a mi aldea, pero más es obtener resultados tan positivos para mejorar la vida de mi gente, inmediatamente me pondré en el trabajo de preparar a las mujeres para el gran asalto. -suspiro y agachó la mirada- se que hace mucho tiempo no hay niñas en la aldea, eso ha sido por la organización y defensa de las tropas. Quien sabe talvez este año porfin tienen suerte los hombres. -una sonrisa arrogante se postra en mis labios- aunque, dudo mucho permitirlo.

No soporto la idea de pensar en lo que sucederá si una de mis chicas tiene un varón, eso sería terrible y desgarrador deshacerse de su bebé, no puedo con la sola idea, se que es necesario, se que es parte de las tradiciones, pero es tan cruel para las mujeres.

-Eso solo pasará cuando yo ya no este al mando madres, dejaré mi puesto invicta.

-Cielos princesa, si que eres una mujer con una convicción de acero -interrumpe una anciana-

Se levanta y se dirige hacia la ventana que cubre una pared entera dónde se puede ver toda la aldea. Toca el vidrio pensativa.

-Hace un día muy hermoso -murmura para si misma

-Bueno -dice una de las que esta sentada- es hora de dejar que se vaya esta adorable criatura. Vamos princesa, puedes irte, has lo que mejor sabes hacer, liderar!

_Vuelvo hacer otra reverencia, me doy la vuelta y salgo.

Uff hay muchas cosas por hacer, pero es un día maravilloso, hace mucho que no veía brillar el sol así de fuerte. Iré a montar unas horas antes de empezar a dar las órdenes. Salgo disparada del templo hacia los establos.

-Hola Diablillo, hoy hace un día hermoso, vamos a dar una vuelta por las praderas, te va a fascinar -hablo con mi caballo mientras le pongo la silla y las riendas- porque eres tan hermoso? - le doy un beso en el hocico con dificultad porque es muy alto y me monto.

-Anda Diablo!

Mi corcel sale disparado a mi orden, el sol brilla mucho, apenas son las 8 de la mañana, el aire esta muy frío, mi traje de cuero y mis botas me ayudan a mantenerme caliente.

Llevamos media hora de cabalgata, nos hemos alejado bastante quizás 3 kilómetros fuera de la aldea, ah sido increíble, tantos paisajes hermosos.
Veo un manzano a la distancia a la orilla de un río, se ve de ensueño, decido ir ahí a que Diablo descanse y tome agua.
Estamos bajo la sombra del manzano, mientras Diablo toma agua, yo escalo el árbol, es una buena vista, tomo una manzana y la muerdo... Esta muy dulce. Veo hacia abajo y me doy cuenta de que hay tirados corazones de manzanas, algunas de las chicas de la aldea frecuenta este lugar, pienso en regañarla porque esta muy alejado, pero yo estoy haciendo lo mismo y no sería justo, no soy más ni menos que ninguna.

Bajo y le doy unas cuantas a mi caballo. Veo mi reflejo en el agua, el cabello un tanto desarreglado, soy toda piel blanca, pomulos sonrojados y mi boca tan roja como la misma manzana.
-Diablo, este será nuestro nuevo lugar para despejar la mente- le aseguro mientras lo veo y me terminó la manzana.

El Gran Asalto ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora