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Sinceramente, nunca lo amó, solo fue una simple prueba a sí misma, y solo se arrepentía de una cosa; el no atreverse a decirle lo que pasó en realidad, porque aún fallaba en una cosa:

Su corazón seguía siendo un solecito que tenía que alumbrar a tantos como pudiera, aún y cuando no lo quisiera. Porque dentro de la oscuridad, sí existe la luz.

El hogar de las metáforasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora