Capítulo 10

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-Adrien-

Mi corazón no aguantaría por mucho. Ver a Marinette y Luka juntos me destrozó aún más, quiero que ella sea feliz, pero, duele.

Necesitaba estar solo, caminé por horas, la luz del día se fue poco a poco, no podía aguantar las lágrimas, así que se escapaban solas por mis ojos. Me quedé sentado en medio del bosque, buscando alguna respuesta en la soledad, me costaba respirar.

-¡¿Por qué me pasa esto a mi?!.

El sentimiento abrumador de la soledad me consumía lentamente, extrañaba abrazarla, extrañaba que pudiera escucharme. Me estoy arrepintiendo de no haber vuelto a sus sueños, pero se que el maestro tiene razón, si seguía ahí ella no podría recomponerse, mi recuerdo sólo le causaría más dolor y ahora Luka... es mi amigo y no dudo que sienta algo sincero por Marinette, pero simplemente no puedo dejar que eso suceda.

Sentía celos, él puede tocarla y yo no, estoy harto de esta situación, la impotencia de no poder hacer nada me quemaba el pecho, tenía ganas de golpearlo, de gritarle que ella es mi princesa, que la amo y que no se atreviera a tocarla... Pero lo único que hice fue alejarme para no tener que ver esa escena que me hacía pedazos.

No puedo dejar que mis impulsos me dominen, no puedo volver a sus sueños, no puedo aunque quiera... Aunque lo desee, aunque me muera por dentro, ir y decirle nuevamente cuanto la extraño.

Quería decirle lo mucho que lamentaba verla llorar por las noches. Quería decirle lo mucho que me dolía oír mi nombre salir de sus labios mientras dormía. Quería decirle que estaba con ella todo el tiempo, que no estaba sola, que siempre estuve ahí apoyándola en las sombras. Quería decirle lo hermosa que se veía al despertar en las mañanas y frotar su bellos ojos. Quería decirle que algún día podríamos estar juntos, que podríamos ser novios, que podría invitarla a comer, que podríamos bailar nuevamente, que podríamos vivir juntos, que podríamos hacer una familia y tener mini bichitos y mini gatitos... Pero, solo estoy atrapado en esta forma, por la culpa de mi propio padre, condenado a verla ser feliz con alguien que no soy yo, alguien que puede decirle todo lo que yo no, alguien que puede cumplir sus sueños.

Todo eso me daba vueltas en la cabeza, se hizo de noche, hacia frío y las estrellas junto a la luna iluminaban el bosque, como pude salí de ahí.

Caminé por las calles de París sin importarme nada y a la vez todo, la gente me atravesaba, me daban ganas de gritarles "¡Estoy aquí idiotas!", pero no serviría de nada.

Llegué a la panadería y pude ver a Marinette apoyada en su balcón, su mirada estaba perdida en las estrellas. Atravesé las puertas de la casa y subí hasta su habitación, quería ir con ella, quería darle "buenas energías" pero estaba tan molesto, frustrado, triste e impotente, que mis pies no se movían y mis puños los tenía apretados a mis costados mientras miraba con enojo la puertilla hacia el balcón.

-Te dije que debías ir a clases, no me hiciste caso.- bufé, aún mirando la trampilla.- ¡eres terca!.

Me senté en la sillón rosa que se había convertido en mi cama todo este tiempo y mi pierna comenzó a agitarse por la frustración que cargaba.

No aguanté más y subí al balcón para decirle unas cuantas cosas a Marinette, estaba molesto y aunque no me oyera quería decirle que me lastimó, pero todo ese enojo y tormento que tenía se desvaneció cuando la vi sollozar en silencio mientras miraba la Torre Eiffel.

-Te necesito... .- musitó entre lágrimas cubriendo sus ojos con ambas manos.- fue mi culpa... No podré perdonarmelo jamás.

En ese momento caí en cuenta que... Marinette jamás olvidó lo que pasó, jamás dejó de culparse por mi muerte y jamás podría ser feliz completamente.

Under The Rain (completa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora