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El domingo llegó y con él más felicidad a mi vida, si es que eso era posible.

-Vida, levántate. -Sentí la voz de mi novio y sus manos acariciando mi cabello, me asusté un poco pero no hice más que girarme en su dirección.
-¿Qué hora es?
-Casi las 8. Vamos, arriba. -Retiró las sábanas de mi cuerpo y se aproximó hasta la ventana para subir las cortinas.
-¿Qué haces, vida? Es muy temprano. -Me coloqué una almohada en la cabeza dispuesta a seguir durmiendo pero una nalgada suya me hizo sobresaltarme y girarme boca arriba
-Iremos a la playa. -Sonrió y apoyó ambas manos a los lados de mi cabeza. -Que hermosa eres, mi amor.
-¿A la playa? -Asintió aún con su sonrisa encantadora. -Agh, bien.

Me levanté contra mi voluntad y en seguida entré al baño, me duché rápidamente y lavé mi cara y mis dientes en el proceso. Tomé un traje de baño de rayas lila y blanco y me coloqué encima unos shorts negros y una camiseta azul celeste sin mucha gracia. Calcé mis Crocs, un par de lentes de sol y dejé mi cabello suelto. En un bolso puse mi celular, protector solar, otra camiseta por si acaso, una toalla mediana y un cambio de ropa interior, mi cargador de pared y también el inalámbrico, uno nunca sabe.

-¿Lista?
-Sip. -Tomé mi cepillo y desenrede un poco mi cabello.
-Pasaremos por algo para desayunar, ya se nos hace tarde.
-¿Sólo iremos nosotros?
-Si amor, es una cita. -Sujetó mi cara con ambas manos y me besó muy delicadamente

-Calabacita. -Escuchamos un carraspeo detrás de nosotros que nos hizo separarnos.
-Hola pa, buenos días.
-Buenos días, hija. ¿Saldrán?
-Iremos a la playa. -Papá asintió y se dio media vuelta pero pronto se devolvió.
-Sólo una cosa más te diré Styles. -Estrechó sus ojos y sus líneas de expresión se marcaron un poco. -No quiero nietos. Al menos hasta que tengan su propia casa.
-¡Robert!
-¿Acaso crees que se queda a dormir para ver películas, cariño? Se dan amor, es normal, ya no son ningunos niños. 
-¡¿Papá?!

Escuché la risa de Harry por lo que lo abracé y escondí mi cara en su cuello. Esto era tan malditamente vergonzoso.
-Bueno, Robert. Nos vemos. Adiós, Linda.
-Los amo, aunque me avergüencen todo el tiempo. -Lancé un beso con mi mano y bajamos las escaleras a toda prisa.

-Estás preciosa, nena.
-Y dale con la palabrita... ¿Acaso tendremos sexo en el auto?

Lo miré alzando mi ceja derecha y su cara se tornó un poco roja pero no dejó de mirar al frente. Sus labios intentaban ocultar una sonrisa traviesa y sus manos apretaban el volante.

-No entiendo a qué te refieres, es sólo un tierno apodo.
-Claro, un tierno apodo que utilizas para meterme la verg...
-¡Amor! -Ahora si giró en dirección a mí y no pude contener mi risa. Mis carcajadas resonaban en el auto y pronto las de Harry también.
-Te quiero tanto. -Me giré un poco hacia él y delinee su intento de barba creciente con mi dedo índice mientras que inconscientemente mordí mi labio inferior y pude ver como poco a poco se iba formando una sonrisa, por último beso mi dedo cuando este paso cerca de sus labios y apenas paramos en el estacionamiento me miró fijamente para después reír sin razón alguna. Está un poquito loco, ya lo sé.

**

-Honestamente me parece increíble, ¿sabes?
-¿Mm? -Tenía mi cara repleta de salsa que brotaba de mi sándwich pero no podía importarme menos, mi hambre podía más que cualquier cosa en este momento. -¿Qué cosa? -Pasé mi servilleta por la comisura de mis labios, luego por mi mentón y el valle de mis pechos. Sí, soy un desastre comiendo, no hace falta que lo digan.

-Lo enamorado que estoy de ti, vida. No puedo dejar de verte un solo segundo. De verdad me traes loco, morena.

Estábamos sentados a la orilla de la playa sobre una sábana y comiendo sándwiches en traje de baño. El clima estaba fantástico, había sol como siempre pero también mucha brisa. Aparte de nosotros habían otras personas pero estaban bastante alejadas, parejas con niños, incluso un par de viejitos lindos compartiendo su día.

Best Friends; h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora