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En la residencia Omuro se encontraba una chica de 15 años y pelo castaño claro dando vueltas por toda la habitación con una gran tormenta en su interior. Pensaba en aquella pregunta de Ayano, su familia era el principal apoyo en aquel caso y como ambas eran menores necesitaban de ella.

Su cabeza estaba aún echa un lío ante lo que podría pasar y Sakurako ya se había cansado de pensar sobre eso, lo único que hizo fue tirarse en su cama dando un grito de queja.

¿Saki por que gritas a estas horas? – era su hermana mayor apoyada en la puerta de su cuarto.

Estoy hecha un lío – la mediana de los Omuro dio su suspiro con pesadez sentándose en el colchón seguida por su hermana que se sentó a su lado.

Puedes contarme lo que sea – la rubia albina la miraba preocupada, no era algo muy común ver a la castaña así de frustrada y preocupada.

Es algo complicado y no es el lugar ni el momento oportuno

Tranquila cuando sea yo sé que nos lo contarás, la cena está te espero abajo ¿vale? – Nadeshiko le dio una pequeña sonrisa a su hermana menor y se levantó de la cama después de que Sakurako hubiera asentido ante su pregunta.

Ahora se encontraba otra vez sola en su habitación aun hecha un lío, giró la cabeza y vio aquella foto que había conseguido esconder de Himawari.

Se levantó despacio y cogió el marco, era la foto del campamento, ellas dos se veían muy felices aún que cuando la vieron en el consejo estudiantil parecían descontentas con aquella fotografía. Sakurako amó aquella foto y había conseguido esconderla en el bolsillo del uniforme llevándola a casa.

Sonrió y volvió a dejarla en su sitio para dirigirse a la parte inferior de su hogar.

En aquella mesa de roble se encontraba sus dos hermanas una al lado de otra con su madre, que ocupaba el lado delante del suyo. Sin siquiera mirarlas se sentó pensando en la chica de cabellos azules.

Saki, Nadeshiko me ha contado que estabas frustrada sobre algo en particular, ¿quiéres hablar sobre eso? – su madre tenía esa actitud relajada que heredó la mayor de las hijas Omuro.

Mierda. . . – maldeció en bajo sin que se enterara ninguna de la mesa – Yo. . .

No tendrá que ver con Hima-ko, ¿no? – ahora su madre la miraba sería, sabía que Sakurako era capaz de hacer sufrir mucho a aquella chica de unos meses más mayor que su hija mediana.

. . . – se quedó callada, su madre la había pillado, no es que fuera fácil decirle a su familia que se quedó embarazada a los quince años por su amiga de la infancia estando borrachas, no le sonaba muy bien sin duda.

¿Qué pasó ahora entre vosotras dos? – ahora la pregunta era de su hermana menor que miraba atenta a la castaña.

Sakurako se encontraba entre la espada y la pared, no podía contar algo así sola, tendría que ser con Himawari y cuando ambas estuvieran más seguras.

¡A Himawari le gusta oler mi ropa! – la mediana gritó sonrojada para luego darse cuenta de lo que dijo, ahora estaba fastidiada.

¿Qué? – su madre miraba atónita a su hija, tenía ligeras sospechas sobre ellas pero eso la sorprendió igual que a sus otras dos hijas.

E-eh yo. . . – la castaña empezó a correr saliendo de su casa al instante, estaba avergonzada y Sakurako quería ir a hablar con Himawari así que iría a su piso.

En menos de cinco minutos llegó al estar tan cerca una casa de la otra. Tocó el timbre siendo recibida por una Himawari adormilada.

¿Sakurako? – la de pelo azul se dio cuenta de que su "novia" tenía la cabeza agachada – pasa y cuéntame que te ocurre

La pequeña se sentó en el sillón del salón mientras que Himawari preparaba el té favorito de Sakurako.

Cuéntame lo que pasó – le dijo entregando aquel té para luego sentarse a su lado.

Bueno yo. . . – Sakurako le explicaba todo lo que pasó en su casa, sentía la mirada de la mayor y eso le ponía nerviosa.

Hay, la pequeñita Sakurako avergonzada delante de su familia – la mayor de las dos se reía agarrando las mejillas de la contraria.

¡Cállate! – Sakurako se ocultó en el busto de la mayor para ocultar su sonrojo.

Lo siento pero es que eres muy linda. . . – Himawari ahora era la que se encontraba sonrojada, la castaña solo la miraba muy confusa y feliz.

Soy la más guapa y sexy del mundo – se acercó peligrosamente a la de pelo azul.

Claro que sí – rompió la distancia de ambas levantándose para poder lavar aquel vaso ya vacío.

Sakurako se quedó estática, estaba jugando con ella para molestarla hasta pedirle de rodillas que le diera un beso como lo hizo el otro día, pero lo que no sabía Himawari era que a este juego pueden jugar las dos.

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Ahora que han llegado las vacaciones de verano podré subir capítulos más largos y mejor narrados >u</

¿Alguien entendió la referencia en la que Sakurako dijo:A Himawari le gusta oler mi ropa 7u7r?

Por cierto muchas gracias por los votos y comentarios, ¡me hacen verdaderamente feliz! ❤️

Espero que les esté gustando la historia uwu

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°Lo que nos unió° [SakuHima] (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora