La siguiente semana Sehun la pasó trabajando hasta muy tarde, sólo saliendo antes cuando tenía que ir al gimnasio o cuándo iba a cenar con Baekhyun y Chanyeol. Cuando se sentía mál, lo único que le ayudaba era consolarse con que al menos en el trabajo iba bien, y poco a poco su cuerpo iba estando más en forma, sintiéndose mejor físicamente y sintiendo también más miradas ajenas hacia su físico.
El sábado se encontró lo bastante fuerte mentalemente cómo para llamar a Luhan. Aunque del muro que había construido cayeron unos cuantos ladrillos cuándo el chico le respondió que ya había quedado con Xiumin, pero que podía unirse.
Si pensaba que ver cómo Luhan intentaba llevarse a la cama a uno de sus mejores amigos, que ni conocía, era horrible, verle besándose con Xiumin de manera más cariñosa que caliente era aún peor. Caminó hasta la puerta principal que daba al recinto ferial, saludando a la pareja con una expresión neutral.
-No os quedéis ahí plantados, vamos, quiero montarme en el lanzadero -dijo Luhan emocionado.
Sehun rodó los ojos. Era una situación bastante incómoda, nadie hablaba, se dedicaban a observar las atracciones hasta que llegaron a la que se quería subir Luhan. Obviamente Sehun ya la conocía, se trataba de esa que tenía una estructura muy básica, un palo muy alto con unos asientos que subían lentamente y luego te dejaban caer.
-Luhan, yo ahí no me subo -declaró Xiumin, echando un vistazo a la máquina en la que se hacían los algodones de azúcar.
-Vamos, yo iré contigo -Sehun empujó con cuidado a Luhan, cómo si llevase a su hijo que no paraba de insistir.
-Bueno pero compra algodones, Xiu -gritó Luhan, poniéndose en la fila mientras Sehun iba a comprar las entradas-. Siempre acabamos subiendo nosotros solos -murmuró Luhan con una risa al final, Sehun sonrió ligeramente.
-Si es que... Yo sí que soy un hombre de verdad, los demás son muy flojos. -Aún le quedaba humor. Luhan soltó una carcajada, negando con la cabeza y apoyando esta acto seguido en su hombro.
-Xiumin no es un flojo... Has visto sus músculos.
Sehun suspiró, besando la cabeza de Luhan, no iba a hacer ningún comentario al respecto, porque no quería hacer pasar al chico una mala tarde, se limitaría a disfrutar de él lo que quedaba de ella, porque sabría que después de esto, todo habría acabado.
Se sentó al lado de Luhan, echando su cabeza para atrás con los ojos cerrados.
-Espero que no te marees cómo la anterior vez -comentó Luhan alegre, dándole la mano.
-Estaré bien.
El aparato en el que iban montados empezó a ascender con lentitud, dándoles unas hermosas vistas de la ciudad.
-Sé que te estás enfadado conmigo por lo de Xiumin... pero es lo mejor para los dos.
-No me jodas que me has subido aquí sólo para hablarme de esto cuando no tengo escapatoria.
-N-no... Claro, que no, te quiero Sehun, sólo te quería decir eso -le dio un apretón a su mano, intentando hacer contacto visual, pero Sehun le rechazó, mirando al frente antes de caer.
-Eso ha sido... wow... -Luhan le abrazó cuando bajaron, por la adrenalina, estaba temblando-. ¿Podemos ir otra vez?
-Hay muchas atracciones que te gustan, Luhan, pero si te quedas con ganas al final, te pago yo otro viaje. -Le prometió.
Luhan se mordió el labio, besando a Sehun de repente. Dios, cómo amaba Sehun que el más bajo hiciese eso. Sus labios se movían con ansia sobre los suyos, y Sehun enredó con sus brazos la espalda baja de Luhan, apretándole más cerca al igual que apretaba sus ojos con fuerza para no llorar. Tenía que disfrutar de su último día, por eso no se molestó en discutir con Xiumin cuando este le miró con odio, y simplemente hizo cómo si nada había pasado, pidiendo otro algodón de azúcar para él y dejando que los otros dos compartiesen uno.
