Capítulo 31: Vamonos

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Escuche como varias personas entraban en acción para buscarme, no otra vez, estoy bien, sólo huyó de traumas.

--¿An, que haces allí? Te vas a caer-- Alice me había divisado, ¿tal vez vio cuando trepe hasta acá?

--Escapó de posibles traumas, no te preocupes-- le grité, vi a Victoria salir preocupada, su cabello estaba revuelto al parecer a mitad del show se acordó que estaba en su baño.

--No está Javier, si hubiera caído estaría aquí--dijo los nervios la comían viva, estoy acá arriba.

--¿Quién Victoria?-- le preguntó Alice.

--Aneu, cayó de la ventana.

--Ella no cayó de la ventana-- le dijo al parecer no entendía el pánico de aquella vampira-- esta allá ariba-- apuntó a mi.

Varias miradas se dirigieron al techo de esa enorme construcción o al menos al lugar donde estaba, se volvía incómodo.

--¿Qué haces?, te vas a caer-- me gritó enojada.

--Estaba agusto devolviendo en el baño hasta que llegó el amor de tu vida con intenciones de comerte, así que salí para no traumarme-- bajo la mirada avergonzada-- no es que no esté feliz por ti pero no me gustaría escuchar como mi amiga y hermano tienen relaciones.

Ahora tenía en mi contra el suelo, no sabía cómo bajar de allí así que busque un lugar por donde entrar, vi una ventana abierta y decidí ir. Cuando lo hice me arrepentí acababa de salir Sergio de la ducha y solo llevaba una toalla  enrredada a su cintura, se podian ver los perfectos cuadros marcados en su abdomen sus hombros anchos y uff; completamente atractivo.

Se sobre saltó al verme y yo grite muerta de vergüenza, di unos paso hacia atrás olvidando la ventana: iba a caer por ella de no ser porque alcanzó a sujetarme y a traerme a él evitando ese horrible accidente.

--¿Estás bien?-- la preocupación se notaba en su voz. Trate de separarme de él y lo logré.

¡¡Deja de mirarlo maldita zorra!!--Clio dio un rugido en mi cabeza.

--Clio, ¡No me grites!-- sujete mi cabeza.

--¿Aneu?-- su confusión era evidente, ahora va a pensar que estoy loca

--Lo lamento muchísimo, sólo trataba de bajar del techo y vi la ventana abierta, tengo que irme.

--¿Estás bien? ¿Por qué te agarras la cabeza, te duele?

--Clio esta enojada porque te estoy viendo así.

--¿Cómo que así?

--Desnudo Sergio, no puedo ver a nadie más que a mi mate... esta enojada-- dije antes de salir corriendo.

Ya me fui, deja de estar martillando mi cabeza-- susurré.

Deja de estarlo mirando-- me reprochó.

No puedes reprocharme nada, ¿por qué no me dijiste de mi bebé? sólo han pasado unos días clio.

Él es diferente An, es igual a ti; un hibrido.

¿Sabes qué es?

No, me temo que eso te lo tenderán que decir en el hospital.

¿Crees que Leo se emocione? ¿Le gustará?

Claro que si, su lobo a estado muy feliz por que estuvo contigo.

¿Puedes sentirlo?

Si pero el a mi no.


Lo siento.

Ahora estaba en mi abitacion tratando de no matar a nadie, habían venido mis padres a darme sermones de mi inapropiada conducta, que debía ser más responsable, tenía un reino sobre los hombros y sabe que tanto más.

La verdad me agradaba más la idea de irme que estar escuchando todo aquello que no soy.
Baje a la cocina otra vez, siempre tenía hambre y lo malo de comer era que todo lo devolvía así que técnicamente no comía nada, para mi sorpresa se encontraba la señora Regina sentada en una silla pensando. Decidí no interumpirla y fui directo al refrigerador por sangre, se que no me gusta pero últimamente es lo único que se me antoja.

--¿Nos vas a perdonar?-- susurro sabía que la podía escuchar perfectamente.

--¿Él lo sabia?-- cambie mi respuesta por otra pregunta.

--Si y no estaba muy de acuerdo pero tus padres lo iban a hacer si o si-- volteo a verme.

--No estoy enojada Regina

--¿En serio?

--No, estoy furiosa pero ya está hecho y no se puede hacer nada. Lo único que deseo es regresar con Leo, debo decirle-- entonces su cara se ilumino, creo que a cualquier madre le gustaría la idea de que su hijo tenga un cachorro, y así es el alpha por fin va a tener uno.

--No puedo evitar ponerme contenta, mi hijo se pondrá feliz-- corrió a abrazarme-- puedo pedirte algo-- yo asenti-- no estés enojada con Alice y Danisa, ellas no sabían nada y les duele que no les hables. No las hagas pagar por nuestros errores.

Hable con mis padres y solo avise que iba a irme quieran o no. Me obligaron a llevar guardias así que aquí estaba; instruyendolos para que no se sorprendan cuando lleguemos a la manada donde están nuestros supuestamente enemigos.

--Bien-- dije parandome  enfrente de ellos-- ¿saben a donde iremos?-- todos negaron-- bueno yo vivo en una manada así que ahí es a donde vamos-- sus ojos se enancharon y sus rostros reflejaban sorpresa, en total eran diez aunque sean pocos para mi esta bien-- así que el que quiera ir es bienvenido pero el que no puede quedarse aquí.

--Mi reina, ¿por qué allí? Son enemigo de nuestra raza, ¿que pasa si el alpha supremo se entera?-- parecía una loca maniática porque mi sonrisa se enganchó aún más.

--No tienes que preocuparte por el Alpha Wolffire el ya sabe que ustedes van para allá.

--¿Cómo?-- dijeron todos sorprendidos. Yo levanté los hombros inocente.

--El Alpha Wolffire es la pareja de la reina-- soltó Elizabeth.

¿Vampiros? Mi Mate (Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora