3. ¿Ahora que?

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Terminando la plática, Diana le dió varias instrucciones a Erik, le dijo que haría algo al respecto con sus estudios y asuntos legales.

Horas después, Erik todavía no podía asimilar lo sucedido, se seguía mirando al espejo cada momento y cada vez se asustaba más.
Su pelo era ahora largo hasta por debajo de los hombros, pasó de medir 1.78 a 1.64 mts con un físico llamativo y la razón por la que se asustaba era porque cuando se miraba veía a una chica hermosa, tan bella que Erik se decía...
—Esta mujer, ¿de verdad soy yo?
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Mientras se miraba en el espejo se le ocurrió descubrir su nuevo cuerpo. A pesar de que tenía un cuerpo femenino, Erik conservaba su mente de hombre. Empezó a tocarse con curiosidad y apenas dirigía su mano hacia abajo y sin estar acostumbrado a su nuevo cuerpo y a las sensaciones, Erik sintió que venía algo.

—Eh ¿mamá? ¿Me puedes ayudar en algo?

—¿Qué pasa?

—Pues... f~fíjate que me.. dieron ganas de... ya sabes...

—No, no se...

—P~pues de ir al baño...

—¿Y qué quieres que haga? ¿Que te de permiso?

—No... es que...

—¿Es que que? Si quieres vivir así tendrás que acostumbrarte a todo y esto es solo una una parte. Tienes 17 años, ni modo que no sepas como es el cuerpo de una mujer. Solo dile adiós a orinar parado.

—Eeehh... bueno.

Entró al baño y se miró de nuevo en el espejo, dio un suspiro e hizo sus necesidades. Con pena se bajó el pantalón y seguido el bóxer.

—Con que... la sensación es la misma— se decía para luego después mirar abajo lentamente. —esa es mi... qué vergüenza.

Salió del baño y se acostó en su cama, después de aquella primera experiencia como mujer, Erik comenzaba a imaginarse las cosas que podrían pasarle haciéndose escenarios hipotéticos, pero su preocupación era la misma, sus amistades, la gente que conocía, su familia, ¿que pensarían de él? Y lo más importante.
«¿podré regresar a la normalidad?» Era lo que siempre se preguntaba.

Pasados los 15 días desde ese evento de transformación en mujer, lo único que Erik había pensado desde aquel entonces era en poder regresar a la normalidad. Su rutina cambió drásticamente, en esos días se pasó escondido en su casa por temor a que alguien lo viera en esa forma y lo reconocieran, lo único que podía hacer era jugar videojuegos, ver televisión y esperar.
Mientras estaba atento a un videojuego, Karen veía a escondidas a su hermano. Temerosa, caminó hacia con él y trató de empezar una plática.

—O~oye Erik... ¿Cómo te sientes?— Enfocado en el juego le responde cortante.

—Bien...

—¿No te sientes raro?

—No...

Karen seguía tratando de entablar una conversación con Erik pero se le hacía difícil hasta que preguntó algo que llamó su atención.

—¿Te puedo preguntar algo y no te enojas?

—Hmmm dime.

—¿Qué se siente saber que ya no eres un hombre y que haya posibilidad de que te quedes así?

Tan pronto Karen terminó su pregunta, Erik suelta el control y se voltea hacía con ella alterado.

—¡No tienes idea! La ansiedad, la angustia y el ver que estás en otro cuerpo es aterrador... quiero volver a ser yo... regresar a la normalidad... ser normal... la verdad no sé si pueda con esto. Me da miedo...

✨ Elizabeth ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora