✨ Elizabeth ✨

11. Entre Chicas

―¡Sí!. Cuéntame cómo se llevaban, me da curiosidad. ―Dice después de ponerse las manos en los cachetes y mirar a Elizabeth con mucha atención.

―Este... pues... «Tengo que tener mucho cuidado con lo que diga si no quiero problemas como con Adrián», siempre estábamos juntos, todo lo hacíamos juntos, muchos dicen que somos inseparables y por eso también nos decían que tuvimos que haber sido hermanos... por eso dije que era su hermana porque así él me considera.

―Oooh entiendo. ¿Y qué tanto hacían?

―Pues jugábamos juntos, salíamos a varios lugares, veíamos anime juntos... muchas cosas para no hacer el cuento largo.

Elizabeth trataba de evitar las preguntas de Jennifer pero ella le seguía haciendo más, haciendo que se enfadara y fuera ella la que por fin hiciera preguntas.

―¿Te puedo preguntar ahora algo yo?

―Ah, claro Emma, lo que quieras. ―Decía mientras sonreía.

―¿Cómo era Erik con todos ustedes? Osea, con los de su grupo de amigos. Se sincera, no me enojo... ni tampoco le diré a nadie.

―Bueno... ¿pues como te lo digo...? Era un chico increíble, siempre nos hacía sonreír y rara vez lo veíamos de mal humor. Manuel, Héctor y Adrián pasaban más tiempo con él que nosotras pero igual yo era la que pasaba más tiempo con él entre las chicas, se iban al arcade cada vez que podían, Erik nos invitaba pero Zaira siempre respondía no antes que nosotras. 

―«Eso es cierto, hasta lo de Zaira aunque nunca supe el motivo, aunque...» ¿Y por que Zaira rechazaba sus invitaciones? 

―Bueno, ¿Cómo decirlo?—, Jenni se acerco a la oreja de Elizabeth y susurró ―Acá entre nos, Zaira está enamorada de Erik.

―¿¡Ehh!? Z~Zaira enamorada... «¿¡De mi!?» ¿de Erik?

―Ajam~, todos, excepto Erik se daba cuenta de eso. Zaira rechazaba sus invitaciones, más que nada porque no estarían solamente ellos dos, sino también los otros, pero en verdad quería estar con él pero le daba vergüenza decirle si podían estar a solas.

―«No puedo creerlo... Karen tenía razón, lo seguire poniendo a prueba» ¿En serio?

―Te lo juro, ella siempre me pedía consejos de cómo podía acercarse a Erik y como podía ser más "femenina" y yo como su amiga más cercana no podía negarme.

―¿«Más femenina? Me pregunto a qué se refiere con eso» Y, ¿cómo reaccionó Zaira cuando Erik dejó de ir a la escuela?

―Pues se preocupo mucho. Primero pensamos que se había enfermado, así que no quisimos molestarlo mucho más que enviando mensajes, pero unos días después cuando vimos que no nos contestaba fue que nos empezamos a preocupar más, sobre todo Zaira. 

―¿Y por qué no lo visitaron? «parece que ocurrieron varias cosas mientras no estaba»

―Zaira y yo planeabamos hacerlo, pero después sentimos que no teníamos que molestarlo. Cuando Adrián nos avisó que Erik ya no vendría Zaira se puso muy triste, casi lloraba, así que todos tratamos de consolarla. Luego Adrián nos comentó que vendrías tú, una prima parecida a Erik, y vaya que si te pareces un poco.

―¿Y como se lo tomaron todos de que yo vendría?

―Héctor, Manuel, Alison y Alicia se lo tomaron bien, un poco tristes pero lo entendieron rápido. Adrián le costó un poco asimilarlo, pues es el mejor amigo de tu primo desde hace mucho y Zaira se emocionó un poco y me comentó que le gustaría ser tu amiga, incluso le bromeé que puede desquitar su amor hacia Erik contigo.

―Ajám― dice Elizabeth con un tono indiferente― ¿y tú?

―¿Yo? ehh, pues tambien me puse algo triste pero entendí que tendría sus motivos para irse, y bueno... me gustaria ser tu amiga... ahh aquí nos bajamos.

Bajaron del camión y comenzaron a platicar de nuevo. Tras un buen tramo caminando y un intento de conquistar la amistad de Elizabeth llegaron a donde Jennifer tenía planeado ir.

―«Oh vaya» Me imagino que es aquí...

―¡Si! Hay que entrar un rato.

Ese lugar era la misma plaza donde Erik pasó a ser Elizabeth. Empezó a sentirse algo inquieta, caminó despacio a la entrada recordando ese día con su madre y Jennifer al notarla extraña le pregunta. 

―¿Estás bien?

―Si... solo me mareé un poco, no te apures. Hay que entrar.

Elizabeth caminaba mirando al rededor de nuevo, pues desde aquel día no regresó a ese lugar. «¿Por qué se le ocurrió a jenni venir a este lugar?» se preguntaba. Jennifer le seguía el paso y para romper el hielo que se estaba formando le propone a Elizabeth ver algunas tiendas. 

―¿Quieres ir a ese local?

―«Será mejor que no me ponga en esta actitud si no voy a tener un problema, tengo que disimular» ¿sabes cuál fue la razón por la que Zaira se enamoró de Erik? Perdón por lo repentino pero no puedo dejar de pensar eso.

―Aaaah ¿Con que era eso? Emm, lo siento. Le prometí a Zaira que no le diría a nadie sus motivos. Si quieres saber sería mejor que le preguntes a ella.

―Esta bien. Bueno pues entonces hay que entrar a la tienda que dices.

Luego de un rato paseando entre tiendas y comprando algunas cosas se detienen en el área de comida a seguir platicando, esta vez teniendo una conversación más fluida y confiada.

―Y eso pasó ayer con los amigos de Erik.

―¿En serio? ¿No te enojaste?

―Solo me enfade un poco porque Adrián estaba un poco persistente en que yo era Erik vestido de mujer. Al final lo regañe pero creo que me pase un poco aunque igual entendió.

―Que pendejo está Adrián, digo, como vas a ser Erik. Solo basta con mirarte para saber que eres una mujer... y es que son algo grandes.

―¿Te refieres a estos?― dice Elizabeth mientras agarra sus pechos.

―¡Si! ¿Que hiciste para que crecieran así de grandes? ¡Dime tu secreto! Ten piedad de mis pequeños pechos.

―Bueno... no es como que hiciera algo, solo me crecieron asi de grandes.

―¿De verdad? Que suerte tienes.

Después de haber pasado el día junto con Jennifer y haber platicado de muchas cosas deciden retirarse a sus casas.

―La verdad me pase bien el dia, gracias por aceptar venir conmigo. Para la otra invitamos a Zaira y a las demas, ¿ok?

―Si esta bien. Gracias por invitarme, nos vemos mañana.

Se despidieron y tomaron caminos diferentes. Se pasó de tiempo, pues ya era un poco tarde y oscuro. La gente estaba dejando de pasar por las banquetas y se estaba poniendo solo el centro de la ciudad.

«Tengo que apurarme o van a dejar pasar los camiones» se decía ignorando el hecho de que era una mujer... y que iba sola.