✨ Elizabeth ✨

5. El Gran Cambio

De camino hacia la siguiente tienda Erik seguía con la cabeza agachada y caminando a un lado de su madre, al mirar a Diana de reojo se veía feliz, parecía que disfrutaba el día junto con él.

—Oye Er~Elizabeth... «tengo qué acostumbrarme...»

—«¿De verdad pasamos tanto tiempo dentro de esa tienda? Realmente no me lo creo.»— Pensaba mientras Diana le llamaba—.

—¡Elizabeth!

—¿Elizabeth?... Ah sí ¿que pasa?

—Ahora vamos a comprar ropa normal. Dime... ¿te gustaría algo en especial?

—La verdad no sé, yo te ando siguiendo.

—Mmm... entonces ya sé a dónde ir. «Si se va a quedar así tengo que sacar su lado femenino de una vez, jajaja esto va a ser divertido, solo espero que funcione»

—Ok te sigo.

Diana tomó a su hijo de la mano y comenzaron a caminar rápido directo a una tienda, pero repentinamente Erik se detiene y se suelta de su madre, ya que un local de ropa para caballeros llamó su atención.

—Creo... que esa camisa y ese pantalón se me verían mejor que una falda y una blusa—. Erik baja su cabeza por un momento y al volver a levantarla ve su reflejo en el vidrio del local, con una voz desmotivada le dice a Diana. —Espero que pronto vuelva a ser a cómo era antes y vestir mi ropa de siempre.

La madre solo siguió caminando sin decir ninguna palabra aferrada al plan. Llegó a la tienda dónde le compraría la ropa a su hijo y cuando éste se dió la media vuelta percató que Diana estaba parada alejada de él. —Ven, ven—. Le decía a Erik. Él caminó hacia con ella sin despegar la vista de la ropa de hombre. Todavía con la mirada en la tienda Diana menciona.

—Es aquí. «Espero que estés lista, Elizabeth.»

—¿A si? A ver...

Despegó la mirada de una chaqueta color gris para ver frente de la otra tienda. Al instante se dió cuenta que era aquella tienda dónde reaccionó por el vestido qué estaba exhibido.

—¿Mamá...?

—D~dime...

—¿Te puedo preguntar algo?— Dice con una voz seria, pareciendo enojo.

—«Mierda, creo que no funcionó» No te enojes conmigo Erik, sólo quería ver si...— Con la cabeza algo agachada trata de disculparse pero todavía no terminaba cuándo escucha.

—¡¿Vas a comprarme ese vestido?!

—¿Ah? S~si. ¿Lo quieres?

—¡¡Si por favor!!

—Está bien, te lo comprare... «Aaaajajaj, sí funcionó, y vaya cambio de actitud. Pensé que se había enojado conmigo, pero esto no se ha acabado»—.

Entraron a la tienda y pidieron aquél vestido, era casual y lindo de color azul marino con mangas hasta los codos. Al tenerlo, no se pensó dos veces en probarselo. Ya dentro en el probador estaba a punto de quitarse la ropa cuando se dió cuenta de lo que hacía.

—¿... que carajo estoy haciendo? Yo no actúo así, no puedo dejar mi masculinidad atrás. Yo... soy un hombre. No debo de caer ante... la feminidad... pero...

Mientras se decía todo en voz baja comenzó a imaginar las cosas que podría hacer siendo mujer qué siendo un hombre se vería muy mal, recordó algunas cosas que había pensado y aparte de que también se acordó que tiempo atrás se había preguntado cómo sería ser mujer. Miró al espejo y vió su reflejo una vez más.