Capítulo 5. El acosador

88 4 0
                                    


Dennis Sanders

Graciela me deja entrar a su habitación y me disculpo con la mirada por mojar el piso debido a que estoy empapado.

-Te vez bien Graciela.

Ella me mira con asombro pero no se interpone para que yo pueda pasar.

- Yo no te he robado nada.

Está con un pijama muy tentador y se ve que no lleva sujetador, soy un baboso lo sé, estoy a punto de contestar a su pregunta pero mis instintos masculinos toman factura cuando mi mirada viaja hasta sus labios. Me abalanzo contra su cuerpo para besarla frenéticamente, sus labios se mueven junto con los míos y agradezco que no me rechace, pongo mis manos en sus caderas y ella pone las suyas en mis brazos. Es un beso para nada casto y siento su sonrisa mientras nuestras bocas se mueven.

Una voz varonil nos inquieta.

-Hola Sanders, -me saluda divertido

Le sonrío en correspondencia -bueno regreso luego -gira y cierra la puerta.

La chica y yo nos miramos. Segundos después otra vez se abre la puerta.

-Ah... y pongan seguro -Mattias nos guiña un ojo y se va sonriendo victorioso.

-Sera mejor que te des un baño. No me mires así. Vas a enfermarte.

Lo pienso unos segundos y ni siquiera sé por qué lo hago si lo único que quiero es pasar el rato con ella.

-No quieres que me enferme, eh -mascullo mientras me acerco a la puerta y presiono el seguro - ¿Me acompañas en la ducha?

-No -sonríe- buscaré algo de ropa para que te pongas.

-Puedo estar sin ropa, claro, si tú me acompañas del mismo modo.

-Baboso. Entra, y encontrarás una toalla para que te seques.

Asiento y voy directo a ducharme.

Graciela Heseen

Sé cómo es Matty, para nada el típico hermano celoso, más bien el que me tapa mis travesuras como yo las de él.

Busco entre el cajón de mis blusas y encuentro una que me queda grande, Kenid me la compró cuando fuimos a un concierto de Bruno Mars el diciembre... ¡Kenid!, mi exnovio. Los recuerdos abarrotan en mi cabeza. Él fue alguien muy importante para mí pero todo se fue a la nada cuando me engañó con mi hermana, mi hermana gemela, la misma que hace cinco meses...

- ¿En qué piensas? -una voz en mi oreja me hace pegar un pequeño grito.

Me giro y ahí lo encuentro con una toalla que tan solo le cubre de la cintura para abajo.

-Nada, aquí está, te puedes poner esta blusa -le entrego la prenda-, ahora busco algo para allá abajo.

Giro nuevamente y tomo el primer pantalón de algodón rosa que encuentro. Dennis entra de nuevo al tocador.

Soy vagamente consiente de mis acciones porque no dejo de pensar en Kenny y Karla a cada momento. En su traición, en como acabaron las cosas, mis ojos se nublan al recordar aquel día en el hospital cerca de mi hermana que estaba recostada en una camilla.

Él día en que decidí perdonarla antes de que ella... muriera.

- ¿Me queda bien? -Dennis pregunta cuando sale del baño-, yo digo que me queda divino.

-Más que divino.

Reímos. Dennis camina hasta llegar a mi cama y se recuesta a mi lado.

-Dennis, tengo sueño y mañana hay clases.

Me mira con clara confusión en sus ojos.

-Entonces, ¿me tengo que ir?

-No, no quise decir eso, solo que deberíamos dormir.

-Como quieras-. Bufa y se gira dándome la espalda.

- ¿Qué haces aquí, Dennis? -cuestiono.

-Acosándote, Graciela.

Va a seguir en ese plan de niña llorona.

Salto encima de él y coloco las piernas a cada costado de su cintura. Su cara refleja que no entiende lo que pasa y antes de que pueda hablar le tapó la boca con mis labios que se empiezan a mover.

- ¿Paro? -me alejo un poco.

Él acerca su cara hasta la mía hasta que nuestras narices se topan y puedo sentir su respiración -No- dice antes de pegar sus labios contra los míos y yo sin resistirme le correspondo.

Después de unos instantes siento su mano sobre uno de mis pechos y es cuando recuerdo que no llevo sujetador, me separo repentinamente.

-Eres un baboso.

Me levanto de mi lugar con la intención de entrar al baño para calmar mi malhumor pero unas manos me toman de las caderas y me jalan hasta caer de nuevo en la cama. Dennis se coloca sobre de mi cuerpo y empieza de nuevo a besarme, me gusta, pero a herido mi orgullo.

-Apártate.

Tiro de él y salgo de sus brazos que me tenían aprisionada.

- ¿Qué pasa?, te enojaste -. Tuerce sus labios y levanta una de sus cejas.

-No, simplemente que encuentro más placentero dormir.

Besa mi hombro desnudo y se recuesta para dormir.

Un mal sueño me despierta, y ciento un bulto a mi lado. Al principio me asusto pero luego recuerdo lo que sucedió ayer en la noche.

El chico abre un poco los ojos pero vuelve a cerrarlos para dormir, tomo mi celular para ver la hora, apenas son las tres antes del medio día. Froto mi cara, y al darme cuenta de que ya no podré reconciliar el sueño tomo mi móvil y me pongo los auriculares para ver vídeos de repostería.

-Es muy temprano, vuelve a dormir.

-Aún no he olvidado lo que hiciste- le reprocho.

-Lo siento ¿vale? -se estira y me pelliza una de mis mejillas -bueno en realidad no.

Lo miro mal, y él se ríe ante eso.

-Creo que es hora de que me vaya.

Asiento. Se para y comienza a caminar en dirección a la ventana.

-No hace falta que bajes por ahí, vamos te mostraré la salida y además ahora nadie te verá.

-Es considerado de tu parte.

-Como sea.

Dennis tropezó con un mueble de la sala y soltó una maldición por lo bajo.





"Daría todo lo que sé, por la mitad de lo que ignoro"
- René Descartes

Sí, yo lo daría... y ¿tú?

🤓

Ley De La Atracción Donde viven las historias. Descúbrelo ahora