Capítulo 8. ¿Celosa Graciela?

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Graciela Heseen

Repaso mi atuendo minuciosamente, para ver si lo que llevo puesto está bien para la ocasión. Mi cabello está recogido en una coleta como tanto me gusta.

Hace dos semanas que Hans dibujó un retrato mío y desde ese entonces me ha pasado enseñando técnicas para poder hacerlo sin tener que ser una artista sofisticada, y he aceptado tomar clases con él, aunque solo una vez por semana.

¿Lista?, linda.
Hans <3

Llega un mensaje de mi novio, sí, es mi novio, me lo pidió un día que me acompañaba del instituto a mi casa.

Salgo de mi habitación y veo a mi mamá conversando alegremente junto a Dennis y otra chica. Me parece que es nueva.

—Hola —. Saludo  en general, la chica me da una sonrisa.

—Hija, ¿sales hoy? pensé que tomabas las clases los viernes.

—Si Tay, sucede que Hans me pidió que lo acompañara hoy.

Me encanta la buena comunicación con mamá, casi siempre la llamo por su nombre y a ella no parece enfadarla como a otras madres.

—Espero se diviertan —, habla Matty que ha llegado y no me he dado cuenta de aquello.

Parece que se está disculpando con mi ¿amigo? La verdad no tengo idea que clase de amistad o relación tenemos Dennis y yo, después de todo lo que sucedió solo hablamos cuando es deliberadamente necesario.

No logro escuchar de lo que hablan porque ya estoy fuera de mi casa.

Busco a mi novio quien se supone debe estar aquí, mi mirada recorre un poco y lo encuentra junto a Jeffrey.

—Señoritas —, me mofo cuando estoy junto a ellos.

—Preciosa —Hans me da un beso en la frente.

—Oh, vamos Hans, no le mientas tan descaradamente —. Jeff pellizca una de mis mejillas.

Hago un puchero y abrazo a mi novio como una niña pequeña.

—Cachetes de nalga —ríe Jeffrey— enserio, pareces ardilla.

—Es suficiente princesa —le dice Hans y Jeffrey suelta una carcajada.

Nos despedimos de nuestro amigo y caminamos en silencio de la mano unos cuantos pasos. Hans se detiene de repente.

—No te saludé como se debe.

Toma mi rostro con sus largos dedos y la une con la suya en un suave beso.

—Ya me iba a molestar —reprocho y le doy otro rápido beso.

Él sonríe y lo veo más lindo aún. Luego de una parada por helados, llegamos a la academia de arte pero se encuentra cerrada. Sin embargo, lo solucionamos yendo a ver la película de la que todos hablan.

— ¿Primeras o últimas filas?

Estamos eligiendo nuestros asientos.

—No me gustaría escuchar los gemidos de los chicos con hormonas alborotadas.

Te hace falta un poco de locura amor.

—En la fila cuatro entonces —. Pulso la pantalla y escojo nuestros lugares.

Luego nos reunimos con nuestros otros amigos y esperamos para entrar.

— ¡Va a estar otro nivel! — Paula hace un gesto con sus manos.

Ella es muy apegada a su hermana Nickol, así que ha salido varias veces con nosotras, y realmente para nada parece ya una mayor de edad, es muy divertida.

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