Capítulo 4: ¡Hay una vieja muerta en mi cama!

2K 260 156
                                    

SAMANTHA

Miro a Katherine y luego a la vieja desangrada sobre las sábanas. Desvío mi mirada al cuchillo que sostiene entre sus manos goteando sangre, y entonces cierro la puerta de un golpe.

—¿Pero qué...?

—Samantha, no es lo que parece —dice en seguida con miedo en sus ojos.

Su cuerpo está tenso, toda ella lo está. Pero si ella tiene miedo de lo que pueda decirle, lo que tengo yo es pánico.

Pánico porque no he salido corriendo. Estoy aquí. Sigo aquí.

Voy a hablar, pero un chico sale de debajo de la cama y mi ceño se frunce al instante.

Katherine mira al chico y vuelve a mirarme a mí, —Esto tampoco es lo que parece.

—¿Entonces qué parece? —digo por fin —¿Qué demonios haces con un tío en la habitación?

—Hola me llamo Jason —dice pero lo ignoro.

—Un momento, ¿te estás fijando en que estoy con un tío y no con una vieja desangrandose en nuestra cama? —inquiere molesta.

Miro el cadáver de la vieja, va vestida con una sudadera negra y unos vaqueros. Un atuendo un tanto extraño.

—¿Y tú te das cuenta de que no respondes, solo preguntas? —inquiero.

—¡Yo solo he venido a la habitación para tirarme en esta cama y llorar porque no haces más que desconfiar de mí! ¡Como ahora mismo! —toma aire y señala al chico— Te piensas que me he tirado a este, ¿verdad?

Hola sigo teniendo nombre —dice él.

Pero lo ignoramos.

—¡¿Y qué otra explicación hay para que este tío esté aquí?! —gruño señalándole.

Él da un golpe sobre la mesa y ambas nos sobresaltamos mirándolo.

—Por fin me hacéis caso, coño —gruñe frustrado —La explicación es muy sencilla, estoy aquí porque he matado a esa vieja pensando que esta era su habitación, pero no, estaba intentando robaros —se encoge de hombros —Luego ha entrado esta zanahoria con patas y me he tenido que esconder debajo de la cama.

Miro a Katherine con el ceño fruncido y ella me mira de igual modo mientras el chico se mira las uñas.

—¿La vieja estaba intentando robarnos? —digo rompiendo el silencio.

—Exacto, esta vieja se dedicaba a robar a los turistas y luego vender sus objetos por internet —nos explica el chico.

Miro a la vieja. Pero será zorra.

—¿Y no habéis follado? —pregunto.

Katherine rueda los ojos y le clava el cuchillo a la vieja de nuevo. Entonces toma su chaqueta y camina hacia la salida. Pero obviamente me interpongo.

—¿A dónde vas?

—Mira Samantha, estoy hasta el mismísimo coño de que desconfíes se mí. Primero que si me gusta Alexa Hell, que jamás la he visto de esa forma porque esa tía está como una puta cabra, luego que te cuente mi historia y lo cuestiones todo, y ahora que si me he follado a este tío.

Hora De Viajar, Chicas © [3ª Temporada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora