Capítulo 6: Se ha asesinado un polvo

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LIA

Encontrar el local perfecto siempre es tarea fácil para alguien como yo.

Basta con usar Google.

—Hemos llegado —le informo a Lorraine, la anciana desesperada.

Ella baja del taxi junto a mí y observo su vestimenta. Lleva unos vaqueros negros ajustados y un escote en picado que me deja sorprendida.

¿Esta anciana es mi yo de mayor?

—Le he contado a mi hija que hoy la psicóloga me iba a llevar de fiesta y no se lo ha creído —me dice mientras caminamos hacia la entrada.

Ignoro a Lorraine cuando el portero nos pide identificación. El club se llama Le Playboy, muy original, lo sé.

Finalmente nos dan paso y mis ojos se iluminan al ver a los chicos subidos en las barras de bebida y usando únicamente un taparrabos.

Dios mío. Aquí sí que está Tarzán.

—Encontremos a tu Tarzán —le susurro a Lorraine.

Ella asiente y caminamos hacia la barra. La camarera nos sirve dos copas con ginebra rosa, y no tardo en darle el primer trago.

Oh. Cuánto necesitaba esto.

Mi móvil vibra en ese momento y miro el mensaje que acaba de enviarme Amy mientras que la anciana ya está hablando con un playboy.

Amy [0:39 a.m]: Cariño, ¿no se está pasando tu jefa con el horario? Hoy es tu primer día, esto ya es explotación laboral. Por cierto, te echo de menos...

Mierda. Este mensaje me está provocando algo muy extraño que no he sentido antes. ¿Por qué de repente me siento mal estando de fiesta? Esto no es normal.

Mensaje eliminado.

Así mejor.

Guardo el móvil de nuevo y sonrío acercándome a Lorraine.

—Oye nenico, y dime, ¿ese taparrabos dónde lo has comprado? Necesito bragas de lencería, ¿tú sabes dónde venden? Es que verás, uso braga faja para que me cubra todos los michelines. Porque sí, aquí donde me ves tan perfecta, tengo michelines que cuelgan hasta el suelo. Y si te hablo de mis tetas ya ni te cuento.

La cojo del brazo de golpe y la aparto del Playboy que se ha quedado mudo y en shock.

—¿Qué haces contándole tu vida al pobre hombre?

—De pobre nada, que tiene varios billetes metidos en la pilila. Vamos ese bulto no es suyo, tengo 78 años y he visto muchas pililas en enfermería —lo mira de reojo —Ya te digo que ese tamaño no es suyo.

Esto va a ser más difícil de lo que pensaba.

—Voy a tener que darte clases de ligar —susurro resoplando —Mira, sígueme y siéntate a mi lado pero sin hablar. Tan solo observa.

Asiente y me dirijo a la barra tras seleccionar a los mejores abdominales que he visto en mi vida.

Joder con los franceses.

Hora De Viajar, Chicas © [3ª Temporada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora