Capítulo 10: Mi vagina tiene sentimientos

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JASMINE

Llevo esperando media hora a que Lia aparezca, pero no lo hace. Es la tercera vez que pasa, habíamos quedado en el club para liarnos con dos japoneses y dos rusos.

—¿Otra vez no viene tu amiga? —murmura el ruso.

Cabreada, cojo mi bolso dispuesta a irme.

—¿Por qué te vas? —inquiere el japonés.

—Porque sin mi amiga, no se hace nada —gruño poniéndome la chaqueta de cuero negra —Buscaos a otras.

Ya es la tercera vez que les doy plantón. Es extraño porque antes lo hacía yo sola, pero ahora no quiero si no está Lia conmigo.

Necesito que esté conmigo.

Al salir del club, veo que llueve. Voy directa al parking y saco las llaves de la moto que me ha prestado el japonés.

Miento, se las he robado. Algo tenía que aprender de Katherine Boyer.

Arranco la moto y me pongo el casco, subo la cremallera de mi chaqueta hasta las tetas y sonrío dándole al manillar haciendo que ruja.

—¡Eh! —exclama el japonés al salir del club —¡Maldita zorra, esa es mi moto!

—Era tu moto, cariño —le lanzo un beso y cierro el cristal del casco.

Me largo de aquí.

(...)

Hotel, 22:30 p.m.

—¿Jasmine?

Elevo la cabeza del móvil y veo a Lia con un paraguas en la mano. Lleva una gabardina beis que le da un aire elegante, por no hablar de las botas negras y altas que se ajustan a sus piernas.

—¿Qué haces en la entrada del hotel con la que está cayendo? —dice entrando y sacudiendo el paraguas.

—¿Por qué ya no vienes al club? —pregunto directamente.

Ella frunce el ceño y me mira de arriba abajo.

—Tengo trabajo, creas o no me lo estoy tomando en serio, cada paciente depende de lo que le digo y ni si quiera he acabado la carrera —saca libros de su bolso, son de psicología —Tengo que estudiar, ¿entiendes?

Ah, era por eso.

—Claro que lo entiendo, pero podrías habérmelo dicho —me cruzo de brazos —Me habría ahorrado los viajes al club para nada.

Lia pulsa el botón del ascensor.

—¿Acaso no ibas antes tú sola? ¿Por qué ahora no? —dice extrañada.

Me quedo mirando a Lia, ella espera una respuesta, pero no sé cómo dársela. En ese momento, las puertas del ascensor se abren.

Ambas subimos y pulso la planta 4.

Lia me mira esperando una respuesta, pero la única que cruza por mi mente es una.

Hora De Viajar, Chicas © [3ª Temporada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora