Ada.
Hoy es un nuevo día.
Respiré fuerte mientras pasaba por los pasillos del colegio, mi castigo empieza hoy, lo que significa que miraré a Homer más seguido. Seguro sería un desastre total, sin embargo, la Ada interior masoquista adolescente dice que seguro lo disfrutaré, no sólo por poder verlo desde más cerca, sino también por entablar una bonita relación amor-odio como en los clichés, pero la Ada interior es una tonta.
Caminé a paso seguro mientras hacía una lista mental de las cosas que tenía que hacer hoy en la tarde. A pesar de tener tareas y proyectos, a mi madre le parece que realizarlos es mi obligación, así que me dejaba quehaceres de la casa para ocupar el poco tiempo que me quedaba libre, supongo que es algo de todas las madres, no respetar el derecho al ocio. Entonces quería seguir organizando mis pensamientos cuando siento mi cuerpo chocar con el de alguien más mientras caía patéticamente al suelo golpeando mi trasero invisible.
—Fíjate por donde caminas, idiota — mencionó la voz del nada más y nada menos Homer Witmore.
—Estúpido — susurré mientras acomodaba mis lentes.
—Deberías tener más cuidado, nunca sabes cuándo vas a chocarte con tu crush — sentí mi rostro calentarse mientras las personas a mi lado soltaban carcajadas.
—No seas un imbécil, Homer, ven Ada, déjame ayudarte — ese, señoras y señores, es Mason Jones, otro de los chicos más lindos que mis ojos habían visto. No era tan apuesto como Homer, pero tenía un brillo que hacía a todas suspirar, es básicamente como un algodón de azúcar.
Le dí mis manos y me ayudó a pararme.—Gracias — mencioné molesta mientras huía tratando de no sentirme más humillada.
Homer.
—¡¿Por qué diablos hiciste eso Mason?! — grité mientras cerraba mi casillero con fuerza.
—No seas ridículo, es una dama, debe ser tratada como tal — entorné los ojos con desesperación ante su acto de amabilidad.
—Esa "dama" hizo que me castigaran un mes limpiando baños — ya le había contado el incidente que tuve con Ada ayer, pero al parecer mis quejas entraron por un oído y salieron por el otro.
—¡La estabas humillando frente a mitad de la escuela! Te admiró por años, vamos hombre, no seas tan duro con ella — suspiré frustrado mientras caminaba a mi clase. Ya se me ocurriría algo mejor, algo en donde Mase no pudiera estar presente.
***
—Entonces, para poder poner en marcha un emprendimiento, se necesitan ideas innovadoras — mencionó el profesor de Economía. Odio esta clase, no es que fuera difícil de entender, pero se me hace eterna y aburrida.
—¿Quiere decir que si tengo una mala idea nada me va a salir bien? — esa voz....¡Ada!
—No es eso señorita, Nichols, depende de muchos factores para que su empresa crezca o quiebre, quizás no me ha entendido bien, pero — dejé de prestar atención a lo que dijo mientras me concentraba en aquella pelinegra con ojos profundamente oscuros. ¿Desde cuándo está en esta clase? Seguramente no lo había notado.
—No intente explicarle profesor, será inútil hacer que entienda algo — dije burlón. Noté que el color subía por su rostro rápidamente. Creo que eso era lo único que me gustaba de ella, la manera en la que se sonrojaba por cualquier cosa. No es que sea fea....pero simplemente no es mi tipo.
—Señor Witmore, no diga eso, la señorita Nichols es de las mejores estudiantes — dijo el viejo defendiéndola.
—Tan buena será que no puede entender algo tan básico.
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A falta de amor
RomanceAda es torpe, pero a la vez la más brillante de su salón, tiene la capacidad de llegar a ser un completo dolor de cabeza, y nunca ha besado a un chico. Homer es apuesto, inteligente, y con un futuro prometedor. Su nombre es sinónimo de suspiros, y s...