Capítulo 15

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Ada.

Cinco días.

Cinco días en los que Homer me había estado ignorando.
Después del beso, llegué a casa y contuve las ganas de lanzarle algo a su precioso carro por ser un imbécil con todas las letras, pero decidí dormirme y por ahora, no confundir las cosas.

No iba a negar que me había ilusionado. Por favor, Homer me gustaba muchísimo, pero estaba claro que a él no le interesaba de ese modo, pero eso no quita el hecho de que sea un completo exagerado, vamos, no por un beso voy a pedirle matrimonio o alguna de esas ridiculeces, era un inmaduro.

*Flashback*

Caminaba por el pasillo del colegio a paso normal. Hoy sería el primer día que miraría a Homer después del beso, espero que las cosas estén bien.

—¡Hola, Ada! — dijo Mase sonriente mientras Homer mostraba una mueca de disgusto.

—Hola, Mase, Homer — él último nombrado no dijo nada y me esquivó mientras seguía su camino.

—Vaya, ¿Qué fue eso? — preguntó curioso.

—Tal vez estaba ocupado — respondí frustrada.

—¿Pasó algo entre ustedes? — solté un suspiro de cansancio.

—Déjalo estar, Mason — se apartó con la mano un mechón de cabello que le caía de la frente y no dijo nada más.

Después de lo que fueron las horas más largas, fui a la cafetería por algo de comer. Cuando caminaba, me encontré con Homer en la entrada.

—Hola — lo saludé normal.

—Hey — me hizo a un lado y pasó a hacer la fila para comprar algo.

Imbécil. No iba a rogarle, si quería comportarse de esa manera, pues que lo haga, no es mi problema.

*Fin del flashback*

Y básicamente esos habían sido los últimos días. No podía negar que dolía la manera en la que se comportaba, sin embargo, tenía el orgullo suficiente como para aguantar su carácter de mierda.

Homer.

Habían sido los cinco días más largos de mi vida.
Era un idiota, eso estaba claro. Últimamente ya no hablaba con Mason porque sabía que tenía curiosidad por saber lo que pasó entre Ada y yo. Era un caos total.

—¡Hola, amigo! — dijo Mase sonriente.
Estaba en mi cuarto acostado y supongo que mi madre lo dejó entrar.

—¿Qué quieres? — respondí de mal humor.

—Vamos, no tengo idea de lo que ha pasado los últimos días, pero yo no tengo la culpa, hermano — suspiró y se sentó en una silla que había.

—Lo siento — nos quedamos en silencio unos minutos.

—Como tu mejor amigo, deberías saber que no me iré de aquí hasta saber lo que está pasando — me miró y yo cerré un rato los ojos.

—¿Está pasando algo? De verdad no tenía idea — lo escuché acercarse.

—¿Qué pasó en ese concierto? — apreté mi mano en un intento de no gritarle.

—¿Por qué siempre tienes que meterte en la relación que tengo con Ada? — pregunté tranquilo. Aparentemente.

—¿Tienen una relación? — mencionó entusiasmado.

—Sabes a lo que me refiero — acarició mi cabello y alejé su mano de un golpe. Soltó una carcajada.

A falta de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora