Amigos con derecho a roce - Cap 5.

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Nero.

Acepté la salida con el viejo, no me quedaba otra. Quería conocer la ciudad y yo en cambio quería alejarme de él.
Habian pasado los años después de lo sucedido y digamos que me marcó no de mala manera, sino de buena aparte de ser con el primero que perdí mi virginidad, así es era un total virgo en aquel momento.
-Vamos nene, apura el paso-se quejó Dante observándome.
-Deja de decirme así-dije de mala manera.
Estabamos en plena ciudad, rodeados de mucha gente, me molesta eso y mucho.
-¿Y si vamos a comer algo?-sugirió deteniéndose ante mi.
No habia comido desde que me levante, supongo que no vendría mal comer algo antes de seguir con el recorrido.
-Si, es buena idea-comenté,noté a Dante que sonreía maravillado-¿Qué demonios te sucede?-pregunté alzando una ceja.
-Es la primera vez que no me llevas la contra-respondió aún sin borrar aquella sonrisa, negué apenas tratando de contener la risa.
Nos fuimos a un bar que quedaba cerca de donde estábamos, se llamaba "Rock Life" se veía agradable. Entramos y nos sentamos cerca de la ventana, el ambiente era bueno. Buena música, buena decoración, no me quejo.
-¿Y? ¿Qué tal la estas pasando?-preguntó Dante observándome con curiosidad.
-Bien-respondí seco-no me quejo.
-Eres terco nene-negó lentamente mientras sonreía de lado-pero me encantas así.
Sentí calor y que mi rostro se calentaba, seguramente estaba rojo como un tomáte.
-No digas eso aquí ante tanta gente, viejo pervertido-gruñí por lo bajo.
-¿Por qué? Digo la verdad, me puedes tanto nene. Tengo muchas ganas de sentirme dentro de ti y probar ese suculento miembro y su escencia.
Azul me estaba poniendo, el maldito lo hacia a propósito.
-Cállate-dije por lo bajo mientras lo veía fuerte.
-Buenas tardes-saludó una mesera de cabello negro y ojos marrones claros.
-Buenas tardes señorita-saludó Dante sonriéndole.
-¿Qué van a ordenar?-preguntó la mesera sonriendo sonrojada sin apartar la mirada de él, era bastante incómodo.
-Un café negro y para el nene un batid,  supongo-respondió burlón mientras desviaba los ojos hacia mi y oía las risitas de la mujer.
-Si, un batido ¿Sabias que el café te quita años de vida y te hace ver más viejo? Oh, si. Ya sabes de ello-dije sonriéndole satisfecho por su reacción de alzar una ceja mientras veía el menú.

Touche.

Pensé victorioso mientras veía a la camarera sonriendo.
-Un batido de vainilla para mi.
-En un momento traigo sus órdenes-dijo anotando en la libreta mientras se iba.
-Me las pagaras nene-advirtió Dante.
-No sabes cuanto miedo te tengo-me burlé.
-Al contrario-dijo alzando esos penetrantes ojos azules sobre mi-te encantará.
¿Qué va a hacer el maldito viejo pervertido?
-¿Vas a molestarme en todo el viaje?
-Así es nene, me tendrás contigo hasta que te vayas-dijo sonriéndome.
-No veo la hora de irme.
-Que malo eres conmigo-dibujó un puchero en los labios.
-Te lo mereces viejo pervertido.
Nuestras órdenes llegaron, las disfrutamos apenas hablando, bueno Dante molestándome con sus chistes y sarcásmos y yo solo me contenía para no golpearlo.
-Oigan-se oyó la voz de la camarera que se acercaba nuevamente-son nuevos ¿No?
-Si, venimos de visitas-respondió Dante.
-Esta noche hay una gran fiesta-comentó la pelinegra dejando un folleto sobre la mesa-cada año se hace por cumplir años la ciudad y puedo decirles que es una de las mejores. Vengan, entrada gratis hasta las 00 pm.
-Suena interesante-dijo Dante observando el folleto.
-Bueno, nos vemos allí si es que van-se despidió con la mano.
-¿Tienes pensado ir?-pregunté observándolo.
-Tenemos pensado ir-dijo alzando el dedo índice en ademán.
-Ah no. Yo paso-negué.
-Vamos, no seas amargado y mira que yo soy el "viejo"
-No iré dije. Y no me harás cambiar de opinión.

Te maldigo Dante.

Pensé con el ceño fruncido dentro de la fiesta, el muy maldito me trajo aunque no quisiera.
-Vamos, diviértete-dijo Dante quien se acercaba a mi junto a una chica.
-No me divierto de esta forma-me negué.
¿Qué hacia con una chica? Después de lanzarse conmigo ahora venía y se iba con una mujer. No me molesta pero... ¿A qué juega este tipo?
Lo podía ver al viejo divertise, tomar y rodeado de mujeres. Y para no, es realmente apuesto. Su cabello blanco sedoso, sus ojos celestes grisaceo, aquella sonrisa seductora, esa camisa roja adherida que le marcaba el torso marcado, unos pantalones negros y zapatos negros, estaba alucinante.
-Pero que demonios...-dije por lo bajo mientras sacudía apenas la cabeza.
¿Qué estaba pensando? Pensaba en ese maldito vejestorio que se aprovecho de mi cuando era un crio era hermoso. Estoy como idiota en un lugar que no me gusta, pero lo hice por él y prefiere disfrutar con mujeres y bebiendo, mejor irme de aquí.
Y así fue, quería irme de allí, el lugar me molestaba con tanta gente descontrolada y la música fuerte no ayudaba mucho.
-¿Dónde demonios está la salida?-pregunté por lo bajo y sentí una mano que tomó mi muñeca. Voltee a observar y vi a Dante que se acercaba a mi oído.
-¿A dónde vas?
-Me voy de aquí-hablé fuerte, me oyera o no me importaba poco, quería aire fresco.
Dante insistía en que me quedara pero lo evadí y por fin encontré la salida.
-Por fin, aire-dije aliviado mientras inhalaba profundo.
Queria volverme al hotel de inmediato.

ᴀᴍɪɢᴏꜱ ᴄᴏɴ ᴅᴇʀᴇᴄʜᴏ ᴀ ʀᴏᴄᴇ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora