Mi llegada a esta ciudad, tarde por el maldito sistema de aquel aeropuerto pero no me podía ir peor.
-Hey nene-llamaron, voltee a observar a un hombre de cabello blanco, llevaba unas gafas de sol, una camisa roja con los cuatros primeros botones desprendidos, unos jeans negros y unas botas marrones, me observaba mostrando una sonrisa bastante coqueta.
-¿Y tú quien eres?-pregunté de mala manera y alcé una ceja, ya estaba de mal humor con todo lo que me estaba sucediendo.
-Sigues siendo el mismo malhumorado de siempre-comentó negando levemente con la cabeza.
-No tengo tiempo para estas cosas. Dime quien eres o me iré de aquí.
Se sacó las gafas y mostró sus ojos, eran de un tono celeste grisaceo.
-¿Acaso me has olvidado?-preguntó divertido y extendiendo los brazos.
Iba a responder con algún insulto pero me detuve en seco al recordar algunas cosas.
-Dante-nombré, fue lo primero que salió de los labios.
-¡Bingo!-festejó sonriente por acertar, a paso lento se acercaba a mi-tanto tiempo sin vernos-agregó por último extendiendo la mano.
-Si, tanto tiempo-dije estrechándola con la mía.
A Dante lo conocí en el aeropuerto de ciudad Fortuna. En ese tiempo tenía 15 o 16 años, estaba por irme de viaje, ya que Kyrie y Credo me sugerían descansar por tanto trabajo.
Fue ahí cuando esperaba mi viaje sentado en una banca y él se sentó a mi lado soltando un suspiro, no le di importancia porque estaba pendiente en mis cosas.
-Día caluroso ¿No?
Lo observé de reojo.
-Si-respondí secamente y volví la mirada al frente.
-¿Cuantos años tienes?-se cruzó de piernas, apenas fruncí el ceño ¿A qué venía esa pregunta?
-¿Te importa?
Soltó unas risas ¿Qué? ¿Le parecía gracioso a este payaso?
-¿Sabes?Me recuerdas a mi cuando era adolescente-contó con la mirada atenta sobre mi.
-Mira tú...-no se quién es, no me importa y tampoco deseaba hablar con nadie, quería mantenerme al márgen de todo.
-Pero que nene que eres-suspiró ocasionando que volviera a verlo pero con una ceja alzada.
-Pero que vesjestorio que eres-ataqué a lo que rió dándome una palmada en la espalda.
-Me caes bien nene, me llamo Dante ¿Y tú?
-Mira, no me importa tu nombre, ni que me parezco a ti de "adolescente" así que déjame en paz.
-¡Vamos! Que amargado eres.
-Si no te gusta-dije y con los ojos señalé hacia una banca lo más alejada de mi-siéntate allí-y volví los ojos hacia él.
-Te dejaré de molestar con una condición-alzó el dedo índice de su mano derecha en ademán.
-¿Cuál?
-Si me dices tu nombre.
-¿Y si te rompo la cara mejor?
-Vamos niño rudo, dime tu nombre y me iré de aquí.
Solté un suspiro rendido, no tenía opciones, quería quitármelo de encima de una vez por todas.
-Me llamo Nero-dije-¿Ya? ¿Contento? Ahora vete.
-Nero, nombre de un niño de 15 años ¿Me equivoco?.
Lo observé alzando una ceja.
-Vete ahora.
-Vamos nene.
-Deja de llamarme así.
Y por suerte era hora de mi vuelo, me levante de mi asiento aliviado y vi al mismo tipo levantarse.
-Oh que casualidades, vamos en el mismo vuelo.
Esto es una maldita broma ¿Cierto?
Por suerte no me tocó sentarme cerca o junto a él, al menos me he salvado de ello.
Ver el cielo despejado y las luces lejanas me traían mucha calma, en verdad necesitaba de esto, un descanso y tiempo para mi sólo. Tras un suspiro cerré los ojos y caí a los brazos del Morfeo.
Había pasado segundos, minutos u horas, no lo sabía pero un suave golpeteo en mi hombre me hizo abrir los ojos con pesadez.
-Hey, bella durmiente, despierta-dijo aquella voz que por alguna extraña razón se me hacia conocida, aclaré la visión y observé que se trataba del pesado.
-¿Otra vez tú?-me quejé frotándome un ojo.
-Ya hemos llegado-avisó-¿Acaso te quieres dormir aquí?
Parpadee dos veces con fuerza.
-¿Ya?-pregunté con una interrogante.
-Si-respondió-baja ya.
¿Tan pronto? No le di mucha importancia, tomé mi bolso y baje, se me hacia extraño el lugar.
-Esto es extraño-comenté al visualizar todo el entorno.
-Si, no se parece en nada a dónde nos dirigimos-comentó Dante a mi lado.
-¿Nos? Eso me suena a manada.
-Vamos, es bueno tener un compañero de viaje-sonrió alzando las cejas.
-Si, claro-ironicé.
Después de tantas vueltas descubrimos que el vuelo no era el nuestro, la aerolínea se había equivocado y eso me había enfadado mucho ¿Por qué? Porque mi objetivo principal era "descansar" pero al parecer alguien de allí arriba o de abajo no quiere que sea así.
-Maldición-maldije sentado en una banca de aquel aeropuerto.
-Hey nene-llamó Dante acercándose con dos latas de gaseosas.
-Deja de decirme así-gruñí, lo peor era que debía aguantarme a Dante.
-Ten-tras decir ello me lanzó a las manos una lata de gaseosa-no has bebido nada en todo el día.
¿Acaso me está vigilando? No le di importancia a sus palabras, abrí aquella lata de gaseosa y bebí un poco. En parte tenía razón, no había bebido nada en todo el viaje, por los nervios y enfado sentía la garganta seca, en silencio agradecía que me la haya dado, me la bajé toda y a la vez oía al vejestorio hablar de su vida. Su juventud, me daba curiosidad saber cuantos años tenía, ya que no aparentaba ser muy adulto o eso pensaba.
Cada vez que hablaba o gesticulaba lo hacia de manera coqueta, no se si era algo natural suyo o con otras intenciones pero supongo que la primera. Un hombre con tan buen porte que de seguro es rodeado por todas las mujeres que desea.
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ᴀᴍɪɢᴏꜱ ᴄᴏɴ ᴅᴇʀᴇᴄʜᴏ ᴀ ʀᴏᴄᴇ.
Fanfic𝘜𝘯 𝘷𝘪𝘢𝘫𝘦, 𝘥𝘰𝘴 𝘷𝘪𝘦𝘫𝘰𝘴 𝘢𝘮𝘪𝘨𝘰𝘴, 𝘮𝘶𝘤𝘩𝘰𝘴 𝘦𝘯𝘤𝘶𝘦𝘯𝘵𝘳𝘰𝘴 𝘪𝘯𝘵𝘪𝘮𝘪𝘥𝘰𝘴 ¿𝘌𝘯 𝘲𝘶é 𝘵𝘦𝘳𝘮𝘪𝘯𝘢𝘳𝘢? 🔷Historia dedicada a Devil May Cry 4.🔷 🌟Personajes de Hideki Kamiya.🌟 📢Advertencia, contenido yaoi.📢 🌟Cont...