ᴀᴍɪɢᴏꜱ ᴄᴏɴ ᴅᴇʀᴇᴄʜᴏ ᴀ ʀᴏᴄᴇ.

Amigos con derecho a roce - Cap 15.

Nero.

Llegué a mi ciudad, a mi hogar.
-Hogar dulce hogar-dije mientras soltaba mi maleta y me lanzaba sobre el sofá, inhalé y exhalé produndo sintiendo la paz recorrer por todo mi cuerpo, se sentía tan bien, cuando de repente la imágen de Dante vino a mi cabeza.
-Ese hijo de...-fruncí el ceño odiándome a mi mismo por seguir pensando en aquel maldito vejestorio, pervertido, acosador y violador.
-Bueno, violador no creo-dije por lo bajo.

Si lo disfruté no se le puede decir violación.

Sacudí la cabeza rápido mientras de un salto me levantaba del sofá.
-¿En qué demonios estoy pensando?-pregunté de mala manera mientras llevaba una mano sobre la cabeza.
Mi vida debía seguir, aquel vejestorio quedará solo en recuerdos que con el tiempo se borrarían y ya no querría nada.
-Si, eso-dije entre suspiro.
Hoy venía Kyrie a mi casa, iba a despejarme un poco con ella.
-Tanto tiempo Nero-lloriqueaba Kyrie mientras me abrazaba.
-No es para tanto Kyrie-dije riendo
-¿No es para tanto? Hace mucho tiempo que no te veo-dijo apartándose para sonreírme.
Nos habíamos ido a una cafetería del centro, allí nos tomamos algo los dos y Kyrie estaba con sus preguntas de como la habia pasado. Aunque no podía decirle la verdad, no podía decirle que estaba con un vejestorio que literalmente me había violado. Bueno, no sé si violación porque me gustaba lo que hacíamos.
-¿Qué?-dije por lo bajo, Kyrie me observó alzando una ceja.
-¿Sucede algo Nero?
-No, nada-respondí rápido.
Kyrie iba a hablar pero una explosión no muy lejana nos hizo ver desde donde provenía, pude notar a demonios que andaban por la calle y la gente que corría.
-Quédate aquí Kyrie-dije mientras me levantaba y abandonaba la cafetería, por suerte llevaba mi espada dentro de una funda de guitarra, siempre la llevo conmigo.
Tiré la funda y tomé a Red Queen para cargarla en mis hombros.
-Que buena bienvenida-comenté sonriendo.
Como si nada una bala perforó la cabeza del enemigo que venía hacia mi.
-Cuanto tiempo sin vernos nene-oí una voz muy conocida que me hizo poner la piel de gallina. Observé hacia donde provenía y lo vi a... Dante parado allí mirándome y sonriéndome de esa manera tan estúpida.
-¿Qué demonios haces aquí?-pregunté observándolo con el ceño fruncido.
-Al menos un, yo también te extrañe ¿No?
No dije nada, solo volví la mirada hacia los demonios. No iba a dejar que me distrajera y lo peor de todo ¿Cómo demonios supo que soy de aquí?