Capítulo 22

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Luego de unos minutos recorriendo la ciudad, finalmente lograron arribar al lugar donde Benjamín los había citado, la cima de un hotel llamado El Roxy, una edificación igual que muchísimas en San Francisco; atendidas por Androides e Inteligencias Artificiales.

Tras el enorme letrero color neón se hallaba la Infinity, Jonh asomó su cabeza, sintiendo inmediatamente un alivio de verla intacta, suspiró y vio lo mismo que la primera vez, una oportunidad...
Descendieron lentamente pues el motor del maltrecho Valiant se había dañado a tal grado que incluso corrían el riesgo de caer en picada por un apagón repentino. Nuevamente la lluvia comenzó, casi por instinto todos miraron hacia arriba.

—Creo que simplemente no se puede vivir aquí sin lluvia —mencionó Marco Ramírez, se demoró unos segundos sin decir nada, hasta que bajó.
Xirack y Jonh hicieron lo mismo, se acercaron a la nave, y la puerta trasera comenzó a abrirse, Dutch fue el primero en salir, fumaba su ya característico habano con aquel rostro de facciones rígidas y un tanto inexpresivas pero que lograban intimidar indiscriminadamente.

—Se tardaron —fue lo único que dijo una vez que los vio.

—De qué te quejas, te encanta ser el líder —le respondió Marco seriamente. Se miraron directamente, hasta que el hombretón rompió en carcajadas, Marco lo secundó.

—Qué alivio que estén a salvo —le dio un abrazo breve y luego a Xirack—. Capitán —de igual forma lo abrazo, pero Jonh se notó más forzado.

—Hola, grandote, ¿cuidaste bien mi nave?

—Lo mejor que pude, señor —Jonh palmeó su espalda y entraron, todos los demás estaban ahí—. Y si tiene daños es por Minck.

—Claro, porque yo soy mal piloto —expulsó unas carcajadas y saludó a los demás.
Jonh hizo lo propio con todos, hasta se alegró al ver a Chickari sana y salva, se acercó a Ben, quien estaba sentado sobre una caja mirando hacia la nada.

—¿Qué hay, niño? —no reaccionó en una primera instancia, hasta que Jonh chasqueó los dedos frente a su rostro. Salió de su letargo.

—Oh... hola, Capitán —respondió, lejano de sí y con un par de ojos llenos de aflicción. Jonh conocía bien esa mirada, cuantas veces la había visto en sí mismo a lo largo de su vida.

—¿Te pasa algo? —realmente la actitud de Benjamín no era normal. Siempre, desde que lo conoció se comportaba de una manera feliz y entusiasta. Incluso en los momentos menos oportunos.

—Asesinó a alguien —sentenció Dutch Hollander, se rascó la barba mientras se encogía en hombros. Jonh lo miró directamente.

—Mierda.

—Necesita una mujer —Marco salió desde el nivel inferior con una botella de alcohol—. Y un buen trago.

—¿Qué ocurrió? —siguió el Capitán Riley.

—Uno de los guardias de Takeshi. Chickari nos contó a grandes rasgos, pero... igual no queríamos preguntar demasiado para no abrumarlo.

—Me lleva, ahora todo tiene sentido. ¿Qué pasó allá?

—Takeshi enloqueció, Jonh —Altham se levantó y caminó un poco hacia él, su rostro estaba adornado con decenas de golpes y designios de haber estado en combate.— Intentó asesinar a tu tripulación, a mí, y solo las estrellas saben qué le intentó hacer a Lylum...
Inmediatamente Jonh la buscó por todo el lugar y no la vio.

—¿Dónde está ella?

—En tu camarote —Minck se acercó a Marco y comenzó a beber con él. No dijo nada, simplemente caminó hacia el lugar, abrió lentamente la puerta y entró.
Lylum estaba tumbada en su cama, en posición fetal y con una sábana cubriéndola por completo, pero la luz celeste igual se proyectaba. Se acercó lentamente y se sentó en el borde de la cama.

INFINITY: El Último Guardián (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora