Capítulo 15

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Fue como un destello, como si una explosión hubiese sacudido todo su organismo de pies a cabeza, Jonh Riley estaba helado, igual que su compañero.
Esperaban muchas cosas, pero ni por asomo lo que escucharon, la última descendiente de una ancestral raza de seres capaces de unificar universos enteros, la clave para la paz a través de todo el cosmos viajaba con ellos desde hacía tiempo, y ni siquiera lo sabían.

—No comprendo... ¿cómo es que sabes tanto de mí? —inquirió aun sin comprender mucho de lo que escuchaba.

—Todos conocen la profecía del Último Guardián, pequeña. Tú eres quien traerá balance al universo y nos librarás de la oscuridad de una vez por todas.

—¿Oscuridad? —se adelantó a preguntar Jonh—. ¿Qué oscuridad? —aun no terminaba de asimilar todo, pero no podía dejar de intervenir.

—Él también ha vuelto —ambos amigos se miraron con la más pura expresión de miedo en sus rostros.

—¿Él? —la voz de ella tembló un poco.

—La noche que los Guardianes perecieron; nació la más grande maldad que jamás haya podido presenciar el cosmos: Khroll, el Guardián corrompido...

—La versión de la historia que conozco acaba con Khroll siendo destruido —comentó Marco con cierto escepticismo en su hablar.

—La oscuridad no pereció aquella noche, solo fue contenida. La historia narraba que los cinco Guardianes más sabios y poderosos le obsequiaron sus energías de vida al universo, logrando crear una herramienta para acabar con Khroll —miró a Lylum—. Pero aun así... la amenaza de su regreso era algo inminente, y si el Último Guardián yace frente a nosotros, es solo cuestión de tiempo para que él regrese una vez más.

—Me lleva la chingada —exclamó Marco Ramírez.

—Pero no todo está perdido —sujetó a Lylum de los hombros—. Ya que si el Guardián corrompido lograba regresar, el Último Guardián volvería para detenerlo, ¿no es así? —esta vez su piel se tornó de un color más púrpura, y su rostro pasó a ser uno lleno de incertidumbre y temor.

—¿Pero... cómo? No entiendo absolutamente nada de lo que dices, debes estar equivocado.

—No lo estoy, La Orden siempre estuvo al tanto del posible paradero del remanente. Sin duda eres tú.

—¿Y por qué no me siento de esa manera? —pequeñas lágrimas emergieron de sus brillantes ojos—. Todos me dicen que hay algo especial en mí, y ahora resulta que soy lo único que puede detener a... Esa cosa y salvar al universo. No puedo, simplemente no puedo.

—¿Por qué no? —preguntó con un dejo de neurosis en su rostro.

—¡Porque no sé quién soy, maldita sea! —estalló presa de la impotencia.
Le dio la espalda y finalmente rompió en llanto.

—No recuerda nada —aseguró Jonh—. Es como si alguien hubiera borrado su memoria.

—Cielos... esto... esto no lo vi venir. Necesito notificar a La Orden inmediatamente, siéntense un poco, ya hablaremos en un rato.

Al cabo de minutos Lylum sucumbió ante el sueño y se quedó dormida con la cabeza encima de las piernas de Jonh, quien a su vez reposaba en una de las bancas de la iglesia, sin hacer o decir palabra alguna. Estaba catatónico. No había podido asimilar semejante situación, conocía bien la leyenda de Khroll y los Guardianes, al igual que todos, pero siempre creyó que se trataba única, ente de eso, una leyenda y nada más.

—¿Tan increíble te resulta? —Altham apareció y se sentó a un lado suyo.

—Sabes, de alguna manera estaba seguro de era especial —acarició suavemente su cabello—. Pero nunca pensé que sería... Bueno, tú sabes.

INFINITY: El Último Guardián (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora