Capítulo 17

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Decidió bañarse y limpiar su centellante piel de las impurezas que había acarreado luego de su reunión con Altham, tanto como para distraer su mente después de haber vivido en carne propia lo que seguramente fue la experiencia más aterradora de su corta vida. Inhaló y exhaló, dejando que el vapor se condensara sobre los cristales de la regadera, acarició una vez más los rasguños sobre su hombro y las imágenes de su encuentro con Khroll azotaron su memoria como las salvajes olas de un huracán sobre la costa.

Cerró la llave y salió para encontrarse frente a un espejo. «El Último Guardián...» reflexionó con preocupación sobre como portar aquel título representaba la más grande responsabilidad de todas. Negó afligida y salió hacia su habitación, la luz celeste de su cuerpo iluminó la lúgubre habitación, hasta que cubrió su desnudez con un kimono rosado y de flores rojas, se sentó sobre su colchón y tras meditarlo unos segundos, le llamó.

—Altham, ¿no quieres pasar? —desde hacía tiempo que montaba guardia. Sin siquiera sentarse o dejar de empuñar su espada.

—Prefiero seguir vigilando, si no te molesta. —Respondió sin siquiera abrir la delicada puerta de papel de arroz.

—Insisto —fue ella quien le dio acceso—. Al menos come algo.

Colgó el sable sobre su espalda y tras dar una reverencia, entró.

—Gracias —reviró modesto y ella correspondió con una sonrisa.

—Haré algo de té.

Luego de unos minutos, ambos estaban sentados en la estancia compartiendo el té y degustando unas galletas de arroz.

—Altham, ¿por qué haces esto?

—¿A qué te refieres? —le dio un trago al té.

—¿Por qué me proteges?

—Es mi labor, La Orden me encomendó encontrar y proteger al Último Guardián, incluso si mi vida dependiera de ello.

—Parece que sabes más de mí de lo que incluso yo sé. —Meneó su cabeza y formó una mueca llena de inquietud.

—La Orden del Infinito tiene más conocimiento sobre Los Guardianes que cualquier otro ser en el cosmos. Pero a pesar de ello, no sé todo, por eso mismo debemos ir con ellos.

—¿Ellos? ¿Quiénes?

—Debemos ir al Templo de los Eternos; la guarida central de La Orden, allí los altos mandos podrán revelarte todo lo que necesitas, y nos dirán cuál es el siguiente paso para derrotar a Khroll.

—Khroll... —repitió su nombre con un atisbo de miedo en sus palabras.

—Ya fue derrotado una vez, es nuestro turno de atacar, ahora que se encuentra débil.

—¿Débil?

—Sí, Khroll es fuerte, pero ni por asomo tiene la fuerza necesaria para gobernar la vida en el cosmos. Lo ocurrido en las calles solo fue una prueba, quería medir tu fuerza, física y mental.

—¿Lo que dijo... fue mentira? —tras aquellas palabras quedó en silencio. A final de cuentas Khroll era un Guardián, igual que ella, sus vidas yacían entrelazadas mucho antes de su despertar.

—No lo sé, esperemos que los altos mandos de La Orden tengan la respuesta a todas nuestras incógnitas.


Abrió los ojos, y todo estaba en penumbras, el suelo estaba cubierto de agua, se levantó confundido y miró en todas direcciones, no parecía haber nada a su alrededor. Se encontraba solo en medio de la inmensa y fría oscuridad.
Hasta que un haz de luz iluminó su camino, en la lejanía se veía una estructura que emanaba una poderosa luz verde. Comenzó a caminar en dirección a esta.

INFINITY: El Último Guardián (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora