Aunque no existía día o la noche en el espacio, las horas de sueño estaban muy bien establecidas e igualmente aquellas que resultaban ser muy tempranas para estar despierto. Con excepción de Coran, quien deseaba aprovechar la tranquilidad de ese preciso tiempo para realizar un exhaustivo diagnostico en los sistemas del castillo. Su última batalla contra las fuerzas de Zarkon había dejado al palacio con algunas averías, por lo cual tuvieron que aterrizar en un enorme asteroide que orbitaba un planeta desierto.
Coran soltó un leve bostezo cuando entró en el sortario puente de mando; las luces y paneles se encendieron de inmediato cuando puso un pie del otro de la puertas automáticas.
–Más vale apresurar el hollux si quiero terminar antes que despierten todos –comentó Coran para sí mismo dejando su taza con nunvill sobre una superficie y deslizaba su mano sobre el panel. Ante su tacto una serie de pantallas holográficas se mostraron ante él, entre ellas el video en tiempo real de lo que había fuera del castillo en ese momento.
Cuál fue su sorpresa descubrí que no era el único que había madrugado.
En aquellas imágenes en las pantallas pudo distinguir al león rojo y verde en una especie de carrera por los terrenos áridos del asteroide contiguos al castillo. Los propulsores de ambas naves felinas disparaban chorros de energía en lo que viraban bruscamente en su marcha. El león rojo llevaba la delantera, pero el verde no se quedaba muy lejos.
–Alguien decidió entrenar temprano –dijo Coran para sí con orgullo, presionando el interruptor que lo comunicaría con ambas cabinas de los leones rojo y verde.
Pero antes de que alcanzara a saludar a los paladines que los piloteaban, sus voces sonaron fuerte y claro enmudeciéndolo de inmediato:
–Es estúpido y no tiene sentido –dijo la voz de Keith claramente frustrado.
–Aja –respondió con monotonía la de Pidge.
–¡Y lo peor es que insiste en tener una respuesta! –continuó el paladín rojo con su berrinche –. ¡Pero cómo puede haber respuesta lógica, cuando la pregunta es una estupidez! ¡En primer lugar! ¡¿Qué haría el Dalai Lama en un bar?! ¡¿Y por qué regalaría cachorros?!
A pesar de la fuerte rabieta de Keith los movimientos del león rojo eran perfectos y muy bien coordinados, asombrando a Coran del increíble control que tenía a pesar de su arrebato.
–Ese es el punto –dijo Pidge con increíble calma como sí el temperamento de Keith no tuviera el menor efecto en ella –. No debe de tener sentido y sí, es una pregunta estúpida. Pero Lance continua fastidiarte con ella porque sabe que te molesta.
–Sí, pero...
–Es Lance de quien estamos hablando. Es mejor que le dé una respuesta y continúa con tu vida.
Keith soltó un suspiró antes de agregar:
–Sí, tienes la razón.
Coran por alguna razón comenzó a sentirse algo incomodo al ser un espectador silencioso de aquella conversación privada, que resultaba curiosamente interesante al ver lo fácil de la paladín verde podía calmar los ánimos de su impetuoso compañero. Aún así, Coran vio que era más que oportuno dar a denotar su presencia en la conversación antes de que escuchara de más, aunque técnicamente no había nada de controversial en aquella partica, hasta que:
–Sabes que siempre tengo la razón –soltó Pidge con un tono increíblemente lascivo que detuvo en seco a Coran. Tal vez fue algo que aún no comprendía de los humanos, pero podía jurar que le pareció que Pidge le coqueteaba a Keith con tal comentario.
–Me gusta cómo suena eso –¡pero él le seguía el juego! ¡¿Qué quiznak estaba pasando?! ¡¿Qué era todo eso?!
–Tomare nota para nuestros momentos a solas.
–¿Momentos a solas? –agregó Keith cambiando de tono a uno algo confundido –. ¿Es una especie de nombre clave para cuando no besamos...?
Coran cortó la comunicación de inmediato completamente en pánico. Por suerte, el resto del castillo estaba en un profundo sueño para escuchar su grito de terror.
ESTÁS LEYENDO
Su secreto
HumorHaciendo referencia a la quinta temporada de Friends, dos paladines de Voltron tienen un secreto que no desean que nadie se entere. Pero cuando sus compañeros los descubren, hacen hasta lo imposible por hacerlos confesar. Contiene principalmente len...