Capitulo 12

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–No puedo creer que hayan guardado esto en secreto... –les reprochó Allura a Coran y Lance una vez que se encontraba en la cabina de mando del castillo de leones.

–Lo sentimos –se disculparon estos al unisonó.

–Y que en lugar de hacérmelo saber, decidieran bromear con ellos... –siguió la princesa marchando de un lado a otro por la cabina.

–Lo sentimos.

–Estoy muy decepcionada de ustedes, especialmente de ti Coran –aseguró de ultimo señalando al alteano.

–¡Lo siento, princesa! –se quejo el hombre poniéndose de rodillas y arrastrándose por el piso hasta alcanzar a Allura –. ¡Fui tentado por éste mungus pendenciero! –señaló con odio a Lance antes de abrazar a la princesa de la rodillas, mientras ésta en su enojo, cruzó sus brazos sobre su pecho –. ¡Por favor perdóneme!

–¡Hey! ¡No soy un munguso... o como se llame! –se quejó Lance –. Además, tienen que admitir que fue divertido.

–Bueno, la diversión terminó –sentenció Allura con una mirada de pocos amigos.

–¿Qué tiene en mente princesa? –preguntó Coran aún arrodillado ante ella.

–Sencillo, hablaré con Pidge y Keith para que confiesen su comportamiento inadecuado, admitan que obraron mal y que pongan punto final a todo.

–De acuerdo –soltó Lance haciendo girar sus ojos en escepticismo –, dudo que eso pase.

–¿Qué quieres decir?

–Tal vez ustedes los alteanos sean todos "correctos y amables" –marcó el paladín azul con sus dedos las comillas – pero los humanos no. Luchamos con uñas y dientes cuando nos acorran contra la pared.

Allura le lanzó una mirada inquisitiva haciendo un leve puchero. Aunque no le gustara, Lance tenía razón en ese punto; no sabía mucho sobre el comportamiento humano y la verdad, lo poco que había descubierto conviviendo con ellos no era muy alentador.

–Entonces ¿Tú que siguieres? –preguntó.

–Si de verdad quiere hacerlos confesar princesa, necesita sacarlos de equilibrio.

–¿Equilibrio? ¿Debo empujarlos?

–No –dijo Lance sacudiendo las manos –. Más bien desconcertarlos –el joven moreno lo meditó un poco antes de continuar –. Allura, dijiste que tenías una conversación pendiente con Keith ¿verdad? Bueno, la próxima vez que hables con él vas a sacarlo de su lugar de confort. Asustarlo en otras palabras.

–No sé si estas al corriente Lance –objetó Coran –, pero Keith es el paladín rojo y no creo que se asuste con facilidad.

–No es a eso a lo que me refiero, hermano –insistió el muchacho un poco frustrado de que no lo comprendieran –. Keith es todo misterioso y libro cerrado, pero no tiene la menor idea de cómo manejar las emociones, especialmente las de otras personas... ¡Ya sé! –dijo tronando los dedos mientras una sonrisa maliciosa se dibujo en su boca –. ¡Princesa, vas a coquetearle Keith!

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Su secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora