Hwarang Yeoja 화랑 여자 (Chica Hwarang) EN PAUSA

CAPITULO VII

Estaba tan concentrada en mis pensamientos que sin darme cuenta me quedé dormida unas cuantas horas.

Tiempo después me despertaron unos golpes en la puerta y unas voces.
Salí de mi habitación, me acerqué y vi a tres personas afuera, hablando con mi madre, y Ha Neul estaba al lado suyo.

-Venimos del palacio real - Dijo un hombre, parecía ser como el líder del grupo- Estamos reclutando guerreros de alto rango que puedan convertirse en Hwarangs

Mi madre los miró confundida.

-Kang Yeon Wol era un hueso sagrado -Explicó el hombre- Así que sus descendientes también lo son
-Mi hijo, Ha Neul es aún muy pequeño -Dijo mi madre, disculpándose- Lo siento
-Eso no importa - Dijo otro hombre - Puede entrenarse

Miré a mi hermano desde lejos, se veía asustado

-Pero él es quien me ayuda a preparar los medicamentos para curar a la gente del pueblo, no puedo dejar que se vaya

Mi madre miró al suelo, algo triste, entonces me acerqué.

-Yo lo haré - Dije, detuviéndome enfrente de los hombres
-¿Disculpe? - Dijo uno de ellos en tono de burla
-Lo sentimos señorita, no estamos buscando Wonhwas - Dijo el líder
-Lo sé
-¿Y?
-Quiero convertirme en un Hwarang

Todos rieron a carcajadas

-¿Enserio? - Dijo uno de los hombres - Eso es imposible

Mi madre me miró sorprendida, seguramente no esperaba mi respuesta.
Miré fijamente al grupo de hombres que estaban frente a la puerta durante un largo tiempo.

-Estoy hablando enserio -Dije

La expresión de los hombres cambió repentinamente.
Se miraron entre ellos, sin saber qué decir.
El líder se encogió de hombros y acto seguido hizo una reverencia.

-Gracias, de todos modos

Los hombres montaron sus caballos y se marcharon.

-Ha Ra tenemos qué hablar -Dijo mi madre algo seria, y luego entró a la casa, Ha Neul la siguió, sin decir absolutamente nada

Entré después de ellos y cerré la puerta detrás de mí.

-¿Qué es lo que pasa? -Pregunté confundida
-Nunca me mencionaste que querías ser una guerrera... ¿Por qué?

La miré fijamente sin decir nada, después miré al suelo y tracé círculos imaginarios con mi pie en el piso de madera.

-Yo... no quería que me juzgaran

Mi madre se quedó callada un momento y luego me abrazó.

-Jamás te juzgaríamos Ha Ra, ¿Por qué piensas eso?
-No lo sé... No soy como tú y Ha Neul -Miré a mi madre fijamente- Ustedes curan a la gente, preparan remedios para ellos...y yo... siempre he querido ser como mi padre

Una lágrima resbaló por mi mejilla.

-¿Sabes? Tu padre estaría muy orgulloso de tí -Dijo mi madre mientras limpiaba mis lágrimas
-¿Tú crees?

Ella asintió.
Sonreí.
Me quedé un tiempo pensando... ¿Qué podría hacer? Yo realmente quería ser una guerrera, aunque eso no fuera posible, quería luchar por Silla, al igual que lo hizo mi padre, y ésta era mi oportunidad, no sabía cómo lo haría, pero al menos lo intentaría.
De repente, tuve una idea.

-Mamá, voy a ser la primer Hwarang yeoja (chica hwarang)

Mi madre y mi hermano me miraron fijamente, sorprendidos, sin decir nada.

-Haré mis maletas, si preguntan por mí, díganles que desaparecí, o que me fui lejos
-¿De qué hablas?
-Tengo un plan

Sin decir nada más, me dirigí a mi habitación y en una bolsa de tela metí unas cuantas cosas escenciales.
Me marcharía al bosque fuera de la capital, ahí se encuentra una pequeña aldea abandonada, donde me quedaría, me haría pasar por un chico, me prepararía unos cuantos días y así lograría ser un Hwarang.
Me miré en el espejo.

Estoy loca.

Tomé del armario una capucha negra, que cubría casi la mitad de mi cara, de esa manera nadie me reconocería y no habría ningún problema al salir de la ciudad.
Tomé la bolsa de tela y salí de mi habitación.

Mi madre y mi hermano estaban ahí fuera, abracé a ambos.

-Estaré bien, lo prometo
-¿A dónde irás? -Preguntó mi madre
-A la aldea abandonada, ahí nadie me encontrará, confía en mí

Ella asintió y una lágrima resbaló por su mejilla.

-Olvidas ésto- Dijo Ha Neul y me mostró su mano, donde estaba el brazalete con la palabra "Guerrero"
-Gracias

Sonreí y tomé el brazalete, me lo puse en el brazo izquierdo y abrí la puerta.

-Cuídate -Dijo mi madre
-Lo haré

Salí de casa y me dirigí al bosque, sin aún estar segura de lo que estaba haciendo