Habían pasado ya aquellos tres días.
Y hoy era el gran día de la ceremonia de iniciación.
Me dirigí al palacio.
Había mucha gente amontonada alrededor de la plaza, entre ellos pude distinguir a mi madre, y a mi hermano.
Los demás Hwarang ya habían tomado sus lugares en la plaza.
Alcancé a ver a Soo Ho a lo lejos.
Caminé por la plaza y ví un letrero de madera sobre una mesa, con mi nombre escrito,
"Park Kwan".
Me coloqué donde marcaba el letrero, detrás de un lugar vacío, al parecer al chico de enfrente se le había hecho tarde.La Reina Viuda apareció de repente, se colocó en la parte superior de la plaza, junto a dos guardias reales, frente a la enorme multitud de chicos (y una chica) que deseaban convertirse en los próximos guerreros "Hwarang".
Todos hicimos una reverencia, perfectamente sincronizados, cuando ella apareció, en señal de respeto.
Uno de los guardias reales sacó un pergamino y anunció:-Están aquí reunidos nuestros Hwarang, ¡El gran futuro de Silla!
La gente alrededor aplaudió.
Luego el guardia continuó.-Los nombraremos uno por uno, y pasarán al frente para recibir su espada y jurar lealtad al reino de Silla, el maestro Wi Hwa será el encargado de entrenarlos, para convertirlos en hábiles y valientes guerreros
Wi Hwa pasó al frente y comenzó a nombrar a los Hwarang uno por uno, les entregaba su espada, y luego ellos regresaban a sus lugares.
La mirada de la Reina se posó en mí de repente, sentí la piel helada y mi corazón se detuvo por un momento.
¿Se daría cuenta?
Intenté parecer firme, y no dejarme intimidar.
Poco después dejó de observarme y dirigió su mirada hacia otro lado.
Solté un suspiro de alivio.Entonces las puertas del Palacio se abrieron, y dos chicos entraron a toda prisa.
¿Por qué habían llegado tan tarde?
Uno de los dos chicos, bastante alto, se colocó enfrente de mí, en aquel lugar vacío.Y entonces me nombraron.
- Park Kwan
Pasé al frente.
- Has sido seleccionado como Hwarang del nuevo reino.
El maestro Wi Hwa me entregó mi espada.
-¡Hwarang Park Kwan! - Me puse firme - Acepto mi nombramiento como Hwarang
La gente alrededor aplaudió y regresé a mi lugar.
Por último pasaron al frente los dos chicos que llegaron tarde.- Ahora, nos convertiremos en el reino más fuerte - Anunció la reina y desenfundó su espada - ¡Por éste reino y por el rey Jinheung, jurarán lealtad!
Todos los Hwarangs desenfundamos nuestras espadas y las levantamos.
-Como Hwarangs, protegeremos el reino y al rey Jinheung, ¡Juramos lealtad! - Dijimos todos al unísono
La gente aplaudió.
-A continuación nuestros Hwarang harán un desfile por la ciudad -Dijo la Reina-
Comencé a caminar, siguiendo una fila.
Todos los Hwarang salimos del palacio y caminamos por los senderos de Silla, mientras la gente salía de sus casas para observarnos
Una vocecita interrumpió mis pensamientos.- ¡Hola!
Miré hacia mi alrededor, intentando buscar el origen de aquella voz.
-Psst... Aquí, atrás de tí
Miré hacia atrás y ví a un lindo chico.
Sonrió.-¡Hola! Mi nombre es Han Sung- Sonrió- ¿Cómo te llamas?
-Ahhh... Yo... Emmm... Soy... Kwan... Park Kwan... -Dije, algo nerviosa
-¿Kwan? ¡Lindo nombre!Lo miré, el chico sonreía, se veía bastante tierno e inocente, era lindo, sus ojos reflejaban ternura, ¿Cómo un chico así podría convertirse en un guerrero?
- Gracias
El chico me miró sonriente y luego dirigió su mirada hacia la gente amontonada a nuestro alrededor.
Seguimos caminando, sin decir nada más.
Sólo se escuchaban los gritos y aplausos de la gente observando el desfile.
Y uno que otro murmullo.
Me sentía algo incómoda rodeada de chicos, lo único positivo era que al parecer, nadie notaba que yo realmente, era una chica.
Después de recorrer toda la ciudad, regresamos de vuelta al palacio.
Entramos y caminamos por la plaza principal, donde había sido la ceremonia.
Las mesas con nuestros nombres seguían ahí, pero ahora, sobre cada una de ellas había nueve copas .- ¿Qué será eso? - Preguntó Han Sung
Me encogí de hombros.
- La verdad no tengo idea
El señor Wi Hwa apareció, y se colocó enfrente del grupo de chicos.
- ¡Hwarang! Pasen a sus lugares
Todos seguimos su indicación y pasamos a los lugares marcados con nuestros nombres.
Tomé una copa y la olí.
Era licor.- Deberán beber éstas nueve copas, una por una, cuando yo les indique ¿Quedó claro?
- ¡Sí señor! - Respondimos todos a una sola voz.Nunca en mi vida había tomado alcohol.
Ésto iba a ser un desastre.- ¡Una! - Anunció Wi Hwa.
Bebimos la primera copa.
Sentí como si se me estuviera quemando la garganta.- ¡Dos!
Bebimos la segunda copa.
Miré a mi alrededor.- ¡Quédate quieta! - Le dijo Han Sung a su copa
Me sentía mareada, todo daba vueltas a mi alrededor.
- ¡Tres!
Bebimos la tercera copa.
Comencé a sentir las piernas débiles.
Y aún me faltaban seis copas.Él maestro Wi Hwa siguió enumerando las copas, hasta que llegó el turno de la última.
Para ese punto yo ya casi no podía estar en pie.
Me sostuve como pude y bebí la última copa.
No pude más.
Caí al suelo.- Éstas son las placas de la suerte - Anunció el maestro, mientras sacaba de una caja una placa de madera - Aquellos que saquen placas del mismo color deberán compartir habitación
Nos hizo una señal para que nos acercáramos.
- Vengan y saquen una
Los chicos pasaron al frente, algunos sin poder caminar, otros arrastrándose, y otros caminaban normalmente.
Me levanté como pude, sentía las piernas adoloridas y me temblaban los brazos.
Pasé al frente y metí la mano a la caja.
Saqué una placa en color negro y regresé a mi lugar.
Me tumbé sobre la mesa, aún me sentía mareada.
Después de que todos recogimos nuestra placa, el maestro se dirigió a nosotros.- Si no les gusta su habitación, elijan la de otra persona, y pueden elegir a los compañeros con quien la compartirán. La fecha límite es mañana por la mañana.
¿Quién más tendrá una placa negra?
No lo sé.
Me dolía mucho la cabeza como para pensarlo.
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Hwarang Yeoja 화랑 여자 (Chica Hwarang) EN PAUSA
Fanfiction*PAUSADA POR TIEMPO INDEFINIDO* Si una chica quiere ser Hwarang... ¿Puede o no puede? Ha Ra, una chica valiente y con espíritu guerrero está por descubrirlo ADVERTENCIA: PUEDE CONTENER SPOILER DE LA SERIE ORIGINAL Aunque la mayoría de las cosas men...