A Tsukishima le gustan los gatos. ~ Cosas Random. ~ [Kurotsukki]

Disculpa.

—Entonces, ¿qué dirás? —Preguntó por tercera vez Kenma, no le importaba aquello en lo absoluto, pero Kuroo era su amigo y lo ayudaría en cualquier cosa que pudiera.

—Lo siento, no quería ignorarte, yo fui quién te mandó el mensaje inicial y, tengo una razón muy buena por la que no conteste, verás...

—¿Y si mejor lo resumes? —Kageyama suspiró, ya estaba aburrido de tener que escuchar la historia de Kuroo, ni siquiera sabía porque el pelinegro tenía que practicar tanto, solo tenía que ir y decirle que lo sentia, ¿por qué era tan difícil para el mayor? —Solo ve hacia a él y dile que lo sientes. Si después solo te ignora, entonces ya, ¿no?

—Pero...

—Kuroo, ya has practicado lo suficiente, estas listo para ir hacia él y decirle que lo sientes. —Habló Kenma, no miro directamente a Kuroo pues estaba jugando en su gameplay, aún así el pelinegro sintió como si el rubio le hubiese dicho eso mirándolo a los ojos.

"¿Por qué insisten tanto en que solo diga "lo siento"? Por favor, es Tsukishima, ¿no entienden la gravedad del asunto?" Pensó, soltó un suspiro y comenzó a balbucear una vez más sus disculpas, Kageyama susurró una maldición.

—Por aquí , Tsukki. — La voz de Hinata alertó a los tres chicos, Kuroo se puso más nervioso de lo que ya estaba, volteo hacía donde deberían haber estado Kageyama y Kenma, pero ambos ya se habían ido. ¿No iban a quedarse con él?

—¿Daichi está aquí? —La voz del rubio aumentó sus nervios, los pasos se escuchaban cada vez más cerca, pero el sonido de los latidos de su corazón comenzaban a ser más fuertes. "Vamos, te lo has repetido desde la mañana. Sabes lo que tienes que decir. Solo dile que lo sientes, dile que lo sientes, dile que lo sientes." Suspiró, tratando de quitarse los nervios, falló rotundamente cuando Tsukishima apareció en su campo de visión. "¿Por qué era tan hermoso?

El rubio observó el pelinegro desde el marco de la puerta, segundos después fue empujado más cerca del mayor, al voltear para darle un grito al de cabello naranja por empujarlo, el pequeño ya no estaba ahí. Suspiró, lo había engañado.

Por otro lado, el pelinegro se acercó con miedo al rubio. "Vamos Kuroo, no es que te le vas a declarar, solo vas a pedirle disculpas".

—Tsuki, yo...

—¿Tu me buscabas? —El pelinegro asintió. —¿Por qué? —Su tono de voz no era de molestia, era tan neutro como la expresión en su rostro y eso hacía que Kuroo comenzará a sentor nervios otra vez, se quedó en blanco. 

"Vamos, dile que lo sientes." Reclamó su subconsciente, pero las palabras no parecían salir de su boca, ¿por qué se había quedado en blanco? "Vamos, di que lo sientes."

—Kuroo-san.

"Dile que lo sientes, dile que lo sientes, dile lo que sientes".

—Me gustas.