INFIEL | kt

03

INFIEL

9:00 a.m.

La fémina se levanta de la cama, con un leve dolor de cabeza, voltea a su lado y él no esta en ella.

¿No llegó anoche?

Ignoró ese hecho por un momento, debía de estar bañándose o algo, solo quería una pastilla o un baso de agua para dejar ese dolor de cabeza a un lado. Sujeto una bata sonre sus hombros y descendió hacia la cocina, para su sorpresa se encontró con su esposo dormido en el sofá.

Bebió el líquido transparente que había en el vaso, su cuerpo se hidrató y el dolor pareció disminuir. Se acercó a paso lento a donde estaba su esposo, noto su cabello realmente despeinado y su camiseta muy mal abotonada, frunció el seño al sentir dos olores mezclados.

Se alejó con confusión al notar que había otro perfume en su esposo, era una colonia hombre. Dejó sus ideas paranoicas al notar que no era de una mujer. Lo más probable es que haya tenido alguna clase de junta. Sus ojos se abrieron de golpe al notar bálsamo labial de un color rojo natural en las mejillas y labios de su esposo.

Una punzada en su cabeza la hizo cerrar los ojos con fuerza, dejó de hacerse teorías y volvió a la cocina. Ahí comenzó a preparar el desayuno, claro guardó la cena para que su esposo luego la comiera, si es que quisiera, realmente había quedado bastante comida, después de todo, había estado sola todo el día.

¿Por qué desperdiciarla?

-Sólo se le hizo tarde por las juntas, no creo que se le haya olvidado el aniversario- murmuró- Tranquilízate.

Se decía mientras terminaba de colocar los últimos ingredientes en su desayuno, su esposo se había levantado del sofá a ducharse e irse a la empresa a hacer su papeleo, guiar a nuevos empleados, supervisar que todo esté bien.

Ingenua ¿no?

Para Taehyung todo era una simple pantalla, realmente todo era maldito engaño, del cual, al final solo él sería el herido. Pasos apresurados se escucharon bajar por las escaleras, no hacía falta voltear para ver de quién se trataba.

-Me voy al trabajo- la voz de Taehyung sonaba seria y hasta cierto punto seca. La chica pareción confudida por un momento.

-Buenos días, cariño- susurró terminando de servir el desayuno.

-Buenos días.

Frunció las cejas.

-Ven al desayuno, está listo- terminó de acomodar los platos y observó a su esposo.

-No puedo, desayunaré en el trabajo con un amigo- lo último lo dijo muy a regañadientes.

Seguro y no durmió bien

Intuyó la chica rondando los ojos, rápidamente buscó unas cosas que necesitaba.

-Llevátelo en esto ¿si? Lo compartes- dijo de manera amable, el más grande chasqueó la lengua y tomó el pequeño empaque de mala gana.

-Como sea, adiós.

La forma de contestación que le dio la dejo perpleja, siempre desayunaba con ella por más ocupado que estuviera. Poco a poco cerró la puerta y se sentó en un sofá del living.

¿Por qué hoy estaba tan diferente?

No la había llamado ni siquiera por su nombre. Una punzada de dolor en su cabeza hizo que llevara una de sus manos a la frente, sobándola.

-Solo está cansado- murmuró- O eso espero.

Se repetía una y otra vez mientras desayunaba, limpiaba, veía televisión y el día solo pasaba hasta esfumarse. Necesitaba mantener su mente ocupada, o al menos fuera de ello.