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INFIEL


Otra semana que él no llegaba a casa y solamente se quedaba rondando por la casa, mirando por la ventana, esperándolo, extrañaba cenar y dormir con él, sentir su calor y su voz susurrándole para poder dormir, amaba cuando le canataba.

Pero eso ya no ocurría, en su cama solo se encontraba ella y el recuerdo de él cuando fue la ultima vez que durmió junto a ella. Se sentía sola, no podía evitar sentirse así.

Los meses pasan y él cada vez esta más distante, antes solo era de no llegar un día a casa, luego fueron tres, luego cinco y por último una semana. ¿Qué faltaba? ¿1 mes? Sobo su cuello cansada, las escenas de los últimos dís se reproducían en su cabeza. Atocigándola.

Cuando llegaba a preguntar por él, a la empresa sus empleados decían que estaba en un viaje de negocios o atendiendo a socios. Y sin más se retiraba de ahí y volvía a casa, a esa grande y aburrida casa. No tenía noción del tiempo ahí. Esas cuatro paredes la tenían tan alejada del mundo.

Lo creía sin más.

Realmente, era una mentira, una gran e hiriente mentira.

Cada noche veía las fotos de su boda, cuando eran novios y cuando cumplieron los primeros meses desde que se habían casado y no podía evitar llorar, sentirse sola, herida, ignorada.  Le dolía ver como algo tan lindo pudo haber cambiado estrepitozamente.

Extrañaba al Taehyung amoroso y tierno. Que estaba ahí con ella, el que la hacía feliz.

No el molesto, mal humorado, el que le gritaba y no se disculpaba, o simplemente la ignoraba.

Casi no podía verle y cuando le veía siempre le decía que estaba cansado como para hablar de lo suyo, se molestaba incluso con el tema de tener un bebé cuando el fue el que dijo desde un inicio que quería uno, respeta esa decisión, pero después de que se lo mencionara tanto, quería una familia.
Eso le hacia tener mucha ilusión, ellos con una niña o un niño que le trajera vida a la casa, uno que se pareciera a Taehyung.

A sus 28 años de edad y 5 años de casada quería formar una familia, siempre había querido eso pero ahora, realmente no estaba tan segura de eso, las cosas con su esposo no iban bien y no quería arriesgarse.
Hace ya meses que no hay intimidad, no hay un solo momento juntos, o alguno en el cual no involucre malos ratos y dolores de cabeza.

O al menos por parte de ella.

Pero él era diferente, salía de casa y era completamente distinto.

Él si que la tenía y mucha, cada noche y día sin falta. Parecía ser demasiado pero para dos cuerpos al borde del disfrute era poco.

—Dónde estas Taehyung— murmuró mirando la ventana, las luces de la ciudad hacían todo brillante, sin embargo la luz sus ojos se iba apagando poco a poco.

Las 12:30 de la madrugada, solo podía extrañarlo como siempre lo hacía, no había más. Cansada subió a la recámara, se acostó en la cama, cerró sus ojos y concilió el sueño de poco a poco.

Un ruido la hace sobresaltar de la cama,a puerta de la habitacion se abrió, de ella entró su esposo lentamente, ahora se mordía los labios cuestionándose si debía seguir llamándolo así, y él la vio, su “esposa” entre comillas como se supone que debía nombrarla.

¿Con qué derecho llamaría así?

Se aprovecha de la situación y la ingenuidad de ella, porque está seguro que es demasiado noble como para sospechar de él, aún así algo en su interior se removía inquieto, tal vez la culpa, tal vez solo era algo que le preocupaba.

Le gustaba aprovecharse de eso. O tal vez, estaba demasiado acostumbrado al amor.

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