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INFIEL

Allí iba él, con una ramo de rosas rojas por el pasto. Todo parecía tan lleno de vida a su al rededor, pero ya no sabía pareciarlo. Ya nada le transmitía calor.

Con la mirada fija en una lápida, sus ojos sin brillo y con rastros en sus mejillas de haber llorado durante largas y hostigantes horas.

Hace ocho años de la partida de su amada y hermosa esposa. Y un bebé que jamás pudo conocer pero seguro y era igual a su madre, soñaba con poder ver a su esposa algún día, tenía el corazón deshecho y su vida estaba tan vacía.

Ahora él es quién sufre, ahora jamás la volverá a tener a su lado, jamás la podrá besar y decirle cuanto la amaba. Lastimosamente perdió el tiempo y su pequeña familia también.

Jamás podrá perdonarse.

—Hola amor— susurró pasando una de sus palmas por la fría suoerficie— Hace tiempo que no hablo contigo, ¿Cómo éstas? Seguro y tan hermosa como siempre lo fuiste, tan bella como un ángel y tan frágil como un cristal— hizo una pausa— La verdad yo no estoy bien desde que te fuiste, te extraño mucho, me hubiera gustado formar aquella hermosa familia que siempre quisimos— miró la otra mano y sonrío de una manera dolorosa— Te traje rosas las que siempre te gustaron, tan rojas y vivas como tu los éstas en otro lugar, lamento no haberte amado como lo jure ese día, no protegerte y cuidarte... quiero que sepas que te amo no importa nada— finalizó mientras una lágrima se deslizaba de su mejilla.

Dejó las rosas y cambio las de hace 3 días que ya se estaban secando, vio la foto de la lápida por una ultima vez y encontró algo inusual. Se acercó más a ella, tal vez su vista le estaba fallando.

En ella decía que murió hace 3 años. Frunció el seño, imposible murió hace 8 años.

Su teléfono en su bolsillo comienza a sonar, hace una reverencia a la lapida de su difunta esposa y se aleja un poco para poder contestar.

Min Yoongi

Sus ojos se abren de repente, desde que murió ______, Yoongi no le dirige la palabra incluso rompió todo lazo con su empresa de música, dejaron de tener contacto desde hace tiempo y no puede quejarse. Para Yoongi, ______ era como una hermana pequeña, entendía la razón por la cuál debía odiarlo.

Suspiró y contestó

—¿Qué ocurre Yoongi?— su voz sonaba más apagada de lo usual.

No suelo llamarte y nunca lo haría y sabes el por qué— se escuchó un suspiro del otro lado— Pero alguien quiere conocerte y no puedo negarme como último deseo.

—¿Quién quiere verme?— preguntó con curiosidad. Nadie lo había buscado en los últimos años. Las cosas habían cambiado radicalmente.

Taehyung, tienes una hija de 8 años de edad.

El nombrado abrió sus ojos y estos inmediatamente se cristalizaron. Ni sabía como sentirse, sus piernas flaquearon y se sostuvo de un pilar de otra tumba para evitar caer.

Tiene una pequeña hija de 8 que quiere verlo, al final si podrá conocer a ese bebé. Una sonrisa se escapó por sus labios, estaba feliz.

Si no me crees no vengas, total y ella-

—¿Dónde es?— se apresuró a decir. Interrumpió al mayor y este le dio la dirección del sitio.

Fue a despedirse de la tumba de su esposa y fue directo a su auto, con prisa y el corazón saliéndosele del pecho.

Manejo de forma acelerada, llegó sano y salvo al lugar citado.

La casa de Yoongi, el compositor aspirante a ganar uno de los premios más reconocidos de todo el país.
Tocó la puerta desesperado, un brillo leve decoró sus ojos al ver la puerta abrirse por Min Yoongi. Sin embargo la expresión del otro no demostró nada.

—Entra antes de que me arrepienta— respondió haciéndose a un lado, de mala gana.

—Gracias— respondió. El pálido sintió y le pidió que lo siguiera.

Lo guió a la habitación donde se encontraba su hija y allí la vio, recostada en su cama leyendo un libro.

Su piel ligeramente morena, cabello castaño, ojos algo grabdes de color miel, pestañas largas oscuras, y finalmente labios en forma de corazón.

Era la viva imagen de su madre. Se quedó pasmado viéndola, no lo podía creer.

De sus ojos brotaron lágrimas y entró a paso lento, la pequeña cerró su libro y con sus brillantes ojitos lo vio a él. Una sonrisa tierna se escapó de sus labios al verli.

—¿Papá?— escuchó y el corazón del pelinegro dio un vuelco, tenía la sonrisa de su madre, la que siempre le daba y que él solo conocía.

—Así es amor, soy yo— respondió acariciándole suavemente la mejilla, la tenía frente a él.

INFIEL | ktDonde viven las historias. Descúbrelo ahora