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INFIEL

Alcanzó a llegar donde estaba ella, sus piernas flaquearon al verla cubierta de sangre en el pavimento. Se sentía a morir, no sabía que hacer.

—No... ¡No! ¡No! ¡_____!— entró en pánico y temblando la tomó entre sus brazos— ¡No te vallas así! ¡Despierta! Te amo, te amo, te amo, te amo... Despierta, por favor— las lágrimas salían de sus ojos sin control, sus manos estaban manchadas de sangre mientras acariciaba su rostro, sus ojos estaban cerrados y una leve mueca de dolor había en él.

Todo lo que su engaño y deshonestidad había desencadenado, había perdido al amor de su vida, su mundo.

Ese era el precio por simples caricias, ahora lo entendía.

La perdió. La gente comenzó a agruparse ahí, era una escena simplemente desgarradora, no podían evitar sentir lástima por él, debía doler como el infierno, su llanto, su dolor y sus gritos lo demostraban.

La ambulancia llegó y sin perder tiempo la colocaron en la camilla y una mascara que le brindaba oxígeno. Alejaron a la gente de los alrededores, subieron a la camioneta y él fue junto con ellos.

Mordiéndose los labios evitando el llanto, la cabeza le dolía, su cuerpo temblaba y tenía el corazón destrozado.

No la dejaría sola, no de nuevo, ahora más que nunca quería tenerla con él, abrazarla y decirle cuanto la amaba. ¿Era posible eso? Llegaron al hospital rápidamente, una chispa de esperanza pasó por sus ojos al escuchar que uno de los enfermeros dijo que tenía pulso, muy débil pero lo tenía.

—¡Llevenla al quirófano! ¡La perdemos!— eschuchó y enseguida las enfermeras corrieron a la camilla y la llevaron a dentro de una sala de operaciones.

—Usted no puede pasar, espere aquí señor, por favor— le habló el médico— Haremos lo que podamos.

Le indicaron, frustrado se quedó afuera, si tan solo la hubiera amado como había jurado o si se hubiera dado cuenta de todo antes ahora serían una familia feliz que espera a un hijo. Pero de nada servía lamentarse ahí, debía ser fuerte.

Se sentó en una silla y se recargó en la pared, cerró sus ojos tratando de tranquilzarse pero le era imposible. Se la pasó dando vueltas por la sala, caminando durante cuatro horas. Quería entrar y verla en el cuarto del hospital, viva.

4 horas lamentándose de todo.

4 horas sin saber de ella o siquiera saber si... sigue viva. Rezaba a quien quiera que estuviera arriba porque estuviera viva.

—¿Señor Kim...?— levantó la mirada, encontrándose con el médio.

—Soy yo— murmuró audible, le ardían los ojos de tanto llorar.

Levanto más el rostro, su corazón le dolía como a nada en el mundo, y la expresión del médico no era la que esperaba ver, y mucho menos quería oír lo que le tenía que decir.

—Lo siento, hicimos lo que pudimos pero— hizo una pausa— No pudimos salvarlos, lo lamentamos tanto— sintió en su hombro una palmada y el mundo, se le terminó por derrumbar.

¿Salvarlos?

Un golpe mental se dio, se odió por completo, ahora entendía el por qué su esposa insistía en hablar con él... Sería padre dentro de unos cuantos meses, tal y como dijo Seokjin, la vida le dio el golpe que lo marcó de la peor manera posible. Un precio demasiado alto, que ahora, no quería aceptar.

Ahora entendía por que el vientre de su bella esposa crecía. Entendía el por que quería tiempo con él. Maldición, ahora todo lo tenía tan claro.

Su esposa estaba embarazada y él como un idiota nunca se dio cuenta en cambio solo la engañaba miles de veces en vez de apoyarla y amarla. Había soñado por mucho tiempo una familia y cuando por fin iba a tenerla lo arruinó por completo, imbécil.

Lo había perdido todo, por sus propias manos. Vio el cuerpo pálido de su esposa ser trasladado a una habitación, con los ojos cerrados y con sus dos manos juntas sobre su vientre.

—¿Quién es usted, joven?

Taehyung vio al cuerpo alto, esbelto, frente a él y se sorprendió de verlo ahí. Tanto así que su estómago se revolvió. Casi alterándose en em proceso.

—Min Yoongi.

El médico asintió, mirando algo en aquella paleta de documentos.

—Pase conmigo, por favor

—Yo también iré— murmuró decidido sin embargo le negaron el paso.

—No, usted no puede.

—¡Soy su esposo!— masculló dolido viéndolo, el médico lo observó con pena negando. O al menos, lo era.

—Lo siento, dijo que solo quería verlo a él en caso de no sobrevivir, sus últimas palabras fueron para él— explicó, Taehyung se sintió un estúpido y el corazón le dolió muchisimo más, no había palabras para explicar que tan derrotado se sentía— Lo siento, jóven sígame.

Él pálido siguió al médico a la habitación donde vio entrar a su amiga, con la mandíbula tensa entró.
Reflexionando, no solo la perdió a ella si no a su bebé. Se sentía un malnacido, una escoria y tal vez, eso es lo que era.

3 meses de embarazo perdidos.

5 años de matrimonio idos a la basura.

—Soy un maldito imbécil— y diciendo eso, rompió en llanto.

INFIEL | ktDonde viven las historias. Descúbrelo ahora