INFIEL | kt

09

INFIEL

—Algo me ocultan Seokjin, tengo que ver a Taehyung— dijo y decidida subió al elevador.

—¡No! ¡No vayas, por favor!— la voz del mayor sonó demasiado lejos.

Una vez dentro del elevador pulsó el botón que daba al piso de la oficina de su esposo. Lo último que vió fue a SeokJin, corriendo hacia ella, suplicando que no fuera.

Cerró sus ojos, era demasiado tarde para arrepentirse, estaba demasiado cerca. Salió del elevador y caminó por el pasillo, hasta dar con la puerta de la oficina que marcaría una diferencia con tan solo atravesarla.

Abrió la puerta y su corazón se desgarró por completo, ahora lo entendía todo y me quedaba bastante claro, realmente nunca fue sincero y solamente formó parte de un juego de la cual salió destrozada. Sintió una punzada en su corazón al recordar algo, estoy en mi mejor momento, no quiero tener un bebé ahora. Apretó la mandíbula ante esas palabras.

Entendía el por qué no quería un bebé.

Su mundo se rompió y por instinto tocó su vientre, un sollozo fuerte se escapó de sus labios, captó la atención de su esposo y su acompañante. El joven pelinegro del cual aún no conocía el rostro estaba en el regazo de Taehyung mientras se besaban apasionadamente.

El joven sonrió victorioso, logró su objetivo, logró quitarle lo que más ella amaba. Sin embargo no les daría la dicha de formar una escena ahí, no había perdido, al menos ella no.

Mientras Taehyung abrió sus ojos como platos al verla, llorando y tocando su vientre mientras movía los labios de tal manera que no sabía leer lo que decían. Algo dentro de él surgió, unas vagas palabras, acompañadas de una frágil sonrisa que le creyó.

Prometió no hacer llorar a su amada en el altar, juró amarla y ser le fiel, pero ese juramento se fue a la mierda.

Se dio cuenta que jamás amo realmente al chico de cabello castaño, con el que había pasado incontables noches, se dio cuenta que a la persona que siempre amo fue a ella.

Siempre la amo a ella, siempre quizo estar con ella. Pero era demasiado idiota, lo había entendido hasta ahora.

No había razón para hacerla sufrir de esa manera, era la mujer perfecta, de sus sueños, lamentablemente había convertido su realidad a algo diferente por completo.

Tal vez pensó que ya no la amaba, ya no estaban tan juntos como antes, ya no se daban atención como antes. Ella ya no era como antes, sin embargo la fémina dejó de centrarse en ella por él, por darle lo mejor, por cuidarlo. La forma del pago del pelinegro había sido de la manera más estúpida. Se dio cuenta de muchas cosas en los últimos instantes.

Jamás debió seder ante Jungkook. Debió escucharla. Debió estar ahí para secar sus lágrimas con besos, caricias y hacerle saber que todo estaría bien, que él estaba ahí.

Jamás debió serle infiel, lo tenia más que claro, y ahora es lo que más le pesaba.

La engañó mil veces, ella le dio mil oportunidades por que desde meses atrás ya sabía lo que ocurría pero por esperanza decidió seguir con su amor en pie, abandonando y dejando completamente de lado su amor propio por alguien que no valía la pena.

Todo aquello, el amor, la confianza, el matrimonio desapareció al notar que ya no se encontraba frente a él, la puerta estaba completamente abierta y no había ninguna silueta ahí. Ahí, al notar aquel lugar vacío, el corazón le dolió.

A prisa, bajó al chico de su regazo y subió sus pantalones a rápidamente, gritó su nombre varias veces con un dolor en la garganta, pero la azabache no le hizo caso, y cada vez se veía más lejana, como si el espejismo que tanto se esforzó en hacer realidad, lo abandonara de repente.

Un pensamiento doloroso le cruzó por la mente y el corazón, dejando a su alma marcada. La había perdido por completo.