Mikasa bailaba gracilmente por la cocina, pasaba de la estufa al horno, y movía una ligera masa blanca en un cuenco.
Iba, batía y horneaba, cuidaba de una olla con una sopa hirviendo y cortaba vegetales... todo mientras tarareaba una melodía desconocida.
- está de muy buen humor- dijo Armin, asombrado y sonriente.
- ¿está cantando?- preguntó Ymir, asustada.
- ay, el amor- murmuraba Christa.
- huele tan bien- dijo Sasha, babeando.
Todos miraban anonadados a la azabache mientras cocinaba, algo sumamente inusual en ella, sin mencionar tambien la dulce sonrisa mientras lo hacía.
- aargh- gruño Jean sonoramente mientras se desplomaba en una de las sillas del comedor- ese estúpido de Jaeger tiene suerte de tener a una mujer valiente, hermosa y hábil como Mikasa- decía mientras miraba de lejos la cocina- ¿cómo se atreve a no valorarla?
- ¿qué no hago qué?- preguntó Eren a un lado suyo, nadie lo vio llegar.
- ¡no empiecen a pelear chicos!- dijo Armin, intentando evitar que destrozaran el lugar.
- Mikasa esta un poco extraña hoy- Ymir tenía una sonrisa llena de picardía- ¿algo especial?
- ¡Ymir!- Christa le llamó la atención.
- ¿qué cosa?- Dijo Eren, bastante confundido- apenas eh visto a Mikasa estos días.
Todos se quedaron callados, intentando procesar la información, apenas habían pasado tres días desde que llegaron al castillo y a cada comida la azabache tomaba dos almuerzos y subía a las habitaciones.
Todos estaban seguros que eran para el joven medio titán.
Eren se había despertado el día siguiente de la expedición, pero contrario a lo que esperaba... ella no estaba ahí.
De vez en cuando llegaba a su habitación, se aseguraba que tomara correctamente sus medicinas, medía su temperatura y luego se iba, asi de simple.
Y ahora que mencionaban ese pequeño detalle, no pudo evitar sentirse mal, ella ya no estaba todo el tiempo detrás de él. La curiosidad lo carcomia por dentro.
- ire a ver que pasa- dijo el ojiverde, encaminandose a donde se encontraba su amiga.
Justo antes de que tocara la puerta, Mikasa salió justo como habían dicho los demás: charola en mano con dos porciones de comida.
- ¡Eren!- dijo la joven, confundida- que bueno verte fuera de la cama.
Besó su mejilla y pasó de largo de él, mientras todos la observaban con la boca abierta. La ojigris fue tan amable de preparar el desayuno para todos, lo cuál Sasha agradecía profundamente.
- Sasha- la llamó Mikasa antes de subir las escaleras- si eres paciente, te daré muchas galletas.
Los ojos de la castaña brillaron de la emoción, jurandole en su interior una eterna lealtad a su nueva diosa.
Eren notó que algo faltaba en su joven amiga, toda ella se veía extraña.
- ¿dejaste tu bufanda?- preguntó por fin antes de que ella subiera los primeros dos escalones.
Voltearon a verla, era cierto su cuello estaba descubierto.
- yo ammm...- titubeo- no quería ensuciarla.
Subió rápidamente las escaleras, evitando que volvieran a hacerle alguna otra pregunta.
¿la verdad? Estaba guardada en su mesa de noche, decidió no usarla.
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Amor Y Odio
FanfictionUna pequeña discusión desencadenara una ola de sentimientos. Rivamika