Hojas de Té

2.1K 175 37
                                    


Los siguientes días fueron extremadamente raros, Rivaille no dejaba un segundo sola a la cadete Akerman, pedía que lo acompañara en cualquier cosa; entrenaban juntos, cabalgaban a lado del otro e incluso hacían cosas tan simples como almorzar juntos.

Eren no pasaba por alto las ausencias de la pelinegra, ella tenia un aroma que el ojiverde echaba de menos, cada vez que él lograba acercarse a la joven llegaba el sargento como por arte de magia a "pedir" que la acompañara, aunque casi siempre la tomaba de la muñeca y la arrastraba hacia algún otro lado lejos de él.

Lo que más le dolía, era ver que ella no imponía ninguna resistencia.

- ¿quieres acompañarme más tarde?- le preguntó cuando se alejaban de Eren.

¿preguntó si quería? Normalmente siempre le ordenaba lo que tenia que hacer.

Notaba como Rivaille relajaba su gesto cuando la veía, como la trataba incluso con delicadeza, no podía evitar notar también como Mikasa se relajaba con él  e incluso le sonreía, se sonrojaba. Era un poco duro para él sentirse abandonado.

- claro- le dijo la cadete cuando se hubieron separado los suficiente del hombre-titán.

Después de los entrenamientos habituales, Levi le informo a Erwin que se ausentaría un par de horas con la cadete Akerman, Hanji los miro con un poco de picardía brillando en sus ojos detrás de sus gafas, causando un notorio sonrojo de parte de la chica y el enojo del pelinegro.

- Tsk- gruño Levi- deja de pensar mal, cuatro ojos.

Paso a un lado de la azabache articulando un "vámonos" casi imperceptible. 

Caminaron sin prisas, enredados en un cómodo silencio , adentrándose de a poco en el espeso bosque detrás del castillo.

- ¿puedo preguntar hacia donde nos dirigimos, capitán?- preguntó Mikasa cuando ya había perdido de vista la grande edificación.

- recolección personal- fue lo único que dijo.

¿el capitán tendría alguna colección secreta? se pregunto la azabache, quizá tenia alguna rara colección de piedras extrañas, pero no era nada parecido a eso. Pronto entraron a un pequeño claro dentro del bosque, hermoso, era como aquellos paisajes que su madre, y luego la madre de Eren, le describían al contar aquellos cuentos de hadas cuando era pequeña.

En medio del lugar estaba un pequeño estanque con agua cristalina, donde pececillos nadaban sin prisa y flores de todos los colores saltaban a la vista.

- es bonito- dijo Levi, leyéndole el pensamiento- pero no venimos a admirar el paisaje.

Si no era justo para gozar el paisaje, ¿entonces para qué?

Siguió a su superior con la vista, lo miraba agacharse y observar con detenimiento pequeñas hojas de colores, oliendo incluso algunas; no tenia ni la menor idea de lo que hacía, hasta que después de unos momentos cayó en la cuenta de que estaba buscando hojas de té, el capitán Levi nunca tomaba de lo mismo que los demás, él siempre preparaba su propia taza.

- ¿Cuáles son las que busca?- le preguntó, inclinándose justo detrás de él.

- estas- dijo, mostrándole un par de hojas de un verde brilloso.

Asintió con la cabeza y se arrodillo en medio de un campo de flores, buscando aquellas hojitas que el mayor sostenía entre sus dedos. 

Verla ahí, rodeada de tantos bellos colores, viendo como ella resaltaba entre tantas flores que decían llamarse "hermosas" hizo que se diera cuenta que se estaba encariñando con la joven y, aunque le daba miedo volver a sentir que quería a alguien, le dio la bienvenida a aquel cálido sentimiento justo en el centro de su pecho, pero cuando ella volteo a verlo con una sonrisa triunfal en el rostro por haber encontrado esa anhelada plantita; lo que sintió fue mucho mas profundo.

Amor Y OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora