Im a Fool

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El día siguiente tardo en llegar, Ángel no se había aparecido y para mi sorpresa Carlos aun no abría los ojos, entonces tome la decisión de ponerme de pie e ir a tomar un baño uno que quitara toda la sangre seca de mi cuerpo y así poder curar todas las heridas, sin embargo, todo se quedó en un plan.

- ¿A dónde vas? -murmuro aun con la voz rasposa y el sueño bailando en sus palabras

-Tomare un baño-susurre e intente ponerme de pie nuevamente, sin embargo, el tomo mi mano y tiro de ella haciendo que me recostara nuevamente

-Quédate aquí otro poco, mañana es el último día, déjame disfrutarte hasta saber tu elección-negué

-Solo...deja me baño regresare enseguida...lo prometo-el accedió, era increíble como podía hacerle daño a alguien sin siquiera tener que levantar la voz o incluso amenazar, insultar y mucho menos violar, después de todo sabe cómo convencer a una mujer para que abra las piernas

-Dame un beso-susurro-Uno de verdad por favor-y ahora me preguntaba si no había hecho una mala elección nuevamente, me acerque a él con cuidado preparada para besarlo, sin embargo, la puerta de la habitación se abrió con prisa intente levantarme, pero el me tomo por la muñeca con fuerza

-Aléjese de la señorita-pidió alguien a mi espalda, tregué saliva, no podía ser esto lo que había dicho Ángel que haría-Aléjese de la señorita o dispararemos-Carlos me soltó con calma, su ceño estaba fruncido y sus ojos escrudiñaban los míos en busca de respuesta, sin embargo estaba viendo los ojos equivocados, pues estaba mas confundida y asustada que el-Acérquese, nosotros la protegeremos-y ahora yo era la que buscaba una respuesta en los ojos de Carlos-No tiene por qué obedecerlo estamos aquí para ayudarla

-Ve-me aleje con cuidado de el obedeciendo las peticiones de ambos bandos- ¿Podría saber a qué se debe esta intromisión? -al fondo pude escuchar algunos sollozos, las mujeres que cuidaban de la casa lloraban y pedían no se llevaran a su jefe, repetían una y otra vez que no había hecho nada malo

-Tenemos orden de llevarlo preso-uno de los oficiales me tomo de la mano y me saco de la habitación

-Debe de haber un error, déjenme mostrarles que todo está en orden-escuche un cajón ser abierto

-Aléjese de ahí, ponga sus manos sobre su cabeza y arrodíllese-grito el oficial, se escuchaba nervioso

-Solo voy...-disparos eso escuche mientras el oficial aun tiraba de mi mano intentando alejarme de la habitación

-No se preocupe está a salvo ahora, su esposo la espera afuera, debió ser difícil estar secuestrada por un amigo de la familia-fruncí el ceño, al bajar las escaleras pude verlo ahí con una sonrisa de oreja a oreja y sus manos ocultas en las bolsas de su traje negro hecho a la medida, entonces entendí había hecho otra mala decisión en mi vida.

Sin más corrí a él, el abrió sus brazos y me oculto contra su pecho mientras yo lloraba por la desgracia en a que acababa de meterme sola

-Y este bien cariño, ya estas conmigo, vamos te llevare a casa, estarás segura a mi lado prometo que no te pasara nada, en ese mismo instante podría aplaudir su grandiosa actuación

-Señor...tenemos preguntas para su esposa

-Pueden hacerlas después ahora necesito llevarla a casa y curarle esas heridas

Aquella mañana me di cuenta de algo...soy una idiota.

CicatricesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora