Capitulo 23 SILENCIO

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RUBY🌹

Mi padre había venido varias veces en la semana a verme al club, estaba atento por encargo de Daniel, así lo dijo papá, quería hablar con él pero no pude decirle la verdad, no pude confesarle que Daniel me había secuestrado aquella noche y pensó tontamente que yo lo conocía de antes, y que me había fugado con él.

Como tampoco pude decirle de mis sospechas del embarazo.
Pobre papá, tenia problemas con mi madre y yo no quise agobiarlo mas con los míos que tenían solución.

Habían pasado casi dos meces de mi secuestro y una semana de que Daniel se había marchado con sus hermanos del club, a no de dónde.

Las clases habían comenzado y yo me refugiaba en el sótano con los niños que había en el club con todo mi ser, no podía dejar de pensar en él ni en la única solución, irme lejos para que no me encuentre.

Agosto había terminado y septiembre se sentía cada vez mas frío, no sabia si era yo, o el tiempo de veras comenzaba a enfriar, necesitaba distracciones para no enfrentarme a mis propios sentimientos,  planear el día a día con las damas me daba tarea suficiente, aúnque por las noches todo el peso del día caía y me dejaba vulnerable, sin sueño y agobiada.

No pensar en esos ojos azules como el mismo cielo era casi de imposible como no respirar, siempre estaría atada a él, si era cierto que estaba embarazada me daba mucho miedo.

Era  una masoquista porque aun guardaba con recelo el sobré cerrado, no había podido decirle a Daniel nada antes de irse, ni quería abrirlo y saber por fin la verdad, porque cualquiera de las dos opciones me dolerían, yo deseaba tanto estar embarazada y al mismo tiempo no, ahora no, porque quería mas tiempo con Daniel, mas noches a su lado, conocerlo mas, hablar mas, escucharlo y sentirlo mío siempre. 

Suspiré con el sentimiento a flor de piel, no me sentía del todo bien por lo que pensaba hacer, me abracé a la almohada, aun no lo dejaba y ya me dolía su ausencia, como estas noche sin el, era una prueba no superada de lo que me esperaba sin Daniel Cárter en el futuro. Soledad dolorosa.

Entonces irme no seria tan fácil como pensaba, respiré profundo sintiéndome de pronto temblorosa, débil y muy agotada.

En estos días que Daniel no estaba, no dormía bien, no comía, ni ganas tenia de salir de la recámara en el club, me sentía vacía sin ánimos de nada y para variar el embarazo delicado de Amelia solo me hacia sentir que nunca lograría lo que yo tanto anhelaba, ¿Y si me iba sin antes comprobar si estaba embarazada?, Me iría con las manos vacías, ¡Dios!, No tendría nada al final, peor aun si me quedaba solo para conseguir mi cometido me hacia sentir deshonesta, mentirosa y vil, esto estaba mal y lo sabia, era una locura quedarme solo por conseguir un hijo de un hombre como Daniel. Un hijo mío... Nuestro.

Por seguridad él me pidió, no, me ordeno, que no saliera de aquí sin compañía, porque tenía miedo de que algo me pasara, sus temores y sus miedos eran razonables yo era la mujer con quién dormía en su cama, era normal que me cuidara, aunque me dolía profundamente que después que se aburriera de mí me diera una real patada y me sacara de su vida como lo hizo con la tal Tiffany, yo lo quería, necesitaba de ese hombre como de aire para seguir viva.

Eso, era un problema porque no podía depender de su presencia, me ponía los cabellos de punta porque tampoco había tenido este tipo de sentimientos tan fuertes por alguien y menos tratándose de mi, secuestrador ¡Dios!, realmente estaba más loca, pero era necesario dejar toda esta locura asta aquí.

Los siguientes días intenté no pensar en él, ni preguntar a Tobías por sus hermanos durante toda la semana, estaba matándome tanto hermetismo y silencio entre los hombres que había del club, los nervios que tenia siempre era porque deseaba con todas mis fuerzas hablarle por mi iPhone e intentaba disimularlos, ¡Pero no podía!, Lo necesitaba de una manera enfermiza y me asustaba, saber que tenía en mi poder quizás la prueba irrefutable de un embarazo me tenia en vilo y por otro lado la posesividad que sentía sobre ese hombre, necesitaba distraerme con trabajo de mis miedos y dudas, asimilar todo lo que ese hombre había despertado en mi como mujer, de lo que me diría cuando se enterara, ¿como reaccionaria cuando le dijera de mis sospechas? O peor aun ¿que aria cuando viera el sobré y sus resultados?, ¡dios! Ya había decidido alejarme y me costaba muchísimo aceptar por fin que esto había llegado a su final.
Ese sentimiento de desolación se instalaba en mi pecho en el mismo instante en el que él venía a mi mente, y las lagrimas cristalinas las sentía tibias sobre mis mejillas, estaba llorando por el, por mi, por ese ser que tanto añoraba y ahora me era imposible pensar con razonamiento sin exponer mis sentimientos, en mas de siete días sin saber nada Daniel yo era un total desastre, que ya no tenia arreglo y yo era la única perjudicada en esta apuesta por la vida,
-hola, ¿Ruby...? Estas muy callada estos días- Polet me miraba desde la puerta de la habitación sin entrar por completo, me seque las mejillas con los dedos rápidamente y sonreí, sabia que estaba algo pálida y quizás con ojeras horribles, pero tenia que poner buena cara, -buenos días- ella miro sobre su hombro hacia el largo pasillo como si esperara a alguien y luego entró, mi corazón latió de prisa ️y presentí que algo no estaba bien, de echo nada iba bien conmigo desde que Daniel se había marchado a ese viaje, yo estaba siempre despierta desde la madrugada y permanecía sentada recargando la espalda en el espaldar alto de la cama pensativa, tome de los pies encima del edredón gris mi bata, -no te ves bien Ruby, ¿te sientes mal?- negué y luego asentí, ahora con mi bata puesta de manga larga y abierta del frente, la observe a los ojos, yo tenia el cabello trenzado a un lado sobre mi hombro y comencé a acariciar las puntas con nerviosismo. Un sueño extraño fue lo que me despertó en la madrugada y después se escucharon pasos y voces que bajaban a la primer planta, como si fuera un presentimiento no me dejaba pensar ni estar tranquila y casi estaba segura de que nada bueno era, -estoy cansada y preocupada... No, ¿no sabes nada de los chicos...?- pregunte tragando mi orgullo y pasando saliva. Polet me miro y sus comisuras se elevaron en una sonrisa tenue, casi triste, no entendí esa mirada llena de lastima y ansiedad al mismo tiempo, pero Polet podía llegar a ser una madre comprensiva como una amiga o un hombro donde llorar, -¿porque mejor no me preguntas por el directamente Ruby?, se que estas así por el ó por algo que te guardas...- levantó las manos en señal de paz al ver mi sorpresa y miedo, suspire profundo y ella continuo, -no pretendo nada, mucho menos meter mi cuchara en su relación solo que... ¿No te entiendo?, estas aquí y... el no esta...- fruncí las cejas y la mire con desconcierto, ella era la vieja dama de Tobías y entendía que para ella quizás era lo mas cercano a la realeza... En su mundo claro, en el mío solo esperaba que me dijeran que me fuera ¿y sin darme las gracias?, no gracias, pero eso no iba a ocurrir, -no pretendo nada, ni quiero nada y si no me he ido es porque quiero hablar con Daniel en persona... antes de poder hacerlo- "mentira de nariz larga", ella asintió distraídamente,
-¿que? Le dejarás el campo libre a Tiffany- escuchar ese nombre me revolvía las entrañas y la entendía muy bien, ella era la única aquí antes de que yo llegara, y ahora no solo se sentía amenazada por mi, si no también por Nina la esposa de Alex, ella era muy sofisticada, elegante y siempre combinaba su ropa con su bolso y zapatos,
-esa mujer me tiene sin cuidado Polet, lo que pasa es que Daniel nunca podrá hacer una vida normal... Una, como cualquier persona.- yo había confiado totalmente en ella para decirle lo que pretendía hacer al regreso de Daniel, -esa tipa, puede quedarse con el si eso es lo que desea, no me importa...- mis hombros se levantaron con rudeza, ¡claro que si me importaba!, me dolía que Daniel no me quisiera ni un poco, pero nada podía hacer, en el tiempo que estábamos juntos nunca me había dicho que me quisiera, solo que era hermosa y alababa cariñoso mi cuerpo, pero amor sabia que no sentía por mi.

TU... ME DAS MIEDO \ + 18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora