TU... ME DAS MIEDO \ + 18

CAPITULO 26 GENIO CÁRTER

IMPORTANTE LEER EL MENSAJE AL FINAL.

DANIEL 🌵

... Ahora mismo podía estar quejándome del puto dolor y mi médico de cabecera que en ese momento iba al volante me ignoraba, iba a más de ciento ochenta por hora vaya mierda, me quería matar ¿o que?, porque podía ir muriendo en ese momento y él ni caso me hacia. ¡Joder! con el genio Cárter.

Estaba de malas conmigo porque según él, le estaba llenando (el buche de piedras),

Teníamos tres horas de haber salido del hospital, y ya quería estar mejor en el club. Ahí, en medio de mis hermanos estaba ella que me daría alivio, mí paz, me cuidaría y sanaría rápido eso lo sabía bien.

A medio día me habían dado el alta y Tobías había partido ayer mismo, no quería que dejara solas a las damas, a muestras mujeres aunque había hermanos que darían batalla si algo ocurría prefería que mejor Tobías estuviera representando me, cuidando del club y la gente. No me confiaba del todo porque si el "nigromante" estaba por estos lados algo ocurriría, ese hermano no lo decía nunca asta que ocurrían las cosas, así que más valía que el club estuviera bien protegido, aún seguía ahí y era por algo importante que ocurriría o quizás era que vio en mi futuro cuando me hirieron. Joder, eso no me gustaba para nada.

No tarde nada en prepararme para salir del hospital a pesar del dolor del costado, me puse de pie para irme a casa contento. No era la primera vez que me herían de bala. Hace cinco años me habían dado en una pierna capturando a un maldito pedófilo pero eran gajes del oficio. El convinar trabajo de caza recompensas es por lo regular lo que hacemos y para nada tranquilo, pero de vez en cuando nos topamos con verdaderos renegados o bestias que sobrepasa nuestra capacidad y necesitamos usar armas. Está fue una de esas veces y yo me confíe.

A pesar de tanto analgésico me sentía un poco mareado, pero por los medicamentos administrados me dormi las primeras dos horas como un bebé y después de eso solo quería llegar a mi club con mis hermanos, con mi mujer que ya extrañaba como nunca, de solo imaginar su sonrisa tierna y esa mirada que me desarmaba. Su cuerpo delicado, precioso tan calido pegado al mío...¡Demonios! Tenia que parar de pensar en ella sino quería una erección dolorosa y nada me podía aliviar estando tan lejos de mi único alivio.

*
Mi camarada Ricardo Robles había salido directamente a mi sede hoy muy temprano, claro después de platicar conmigo los términos de como hacer las cosas con su sobrina y el puto imbécil que la rapto, ya que el capullo pertenecía al club de las Cobras y no teníamos buena relación con ellos, aunque tampoco éramos enemigos declarados, esto quizás si era motivo para serlo ahora. Primero abría que concertar una reunión con el presidente de ese jodido club y ponerle un castigo al chico, era ley y ellos tendrían que acatar si lo querían en una pieza y con vida. Los términos se discutirían sobre la mesa de debates.

A estas horas de casi las tres de la tarde seguro ya había llegado a mí club con el chico que se fugó su sobrina, y el otro adolescente que me había disparado, había revelado al fin la verdad. Que estaba asustado de que nosotros matáramos a su hermano mayor, el muy idiota no sabia que el tío de la chica era de un club contrario y se había llevado a la chica con su propio consentimiento. Y con fácil convencimiento, por parte de los hombres de Ricardo, el chico los llevo asta el lugar que era su escondite en una casa moderna en una zona residencial del lado sur de Texas. Yo digo que asta idiotas fueron porque todos los Wolfs los estábamos cazando como un puto criminal y violador, y si no nos damos cuenta antes de que era un mocoso y aprendiz de club, si lo matabamos a tiros, ambos estaban juntos y mas que regañar a la chica, a Ricardo le volvió el alma al cuerpo y le dio gusto que estuviera bien, era su sobrina y su deber cuidar de ella y su hermana, al parecer ambas se habían quedado huérfanas muy pequeñas y el fungía el papel de padre. Pero el chico recibiría su castigo en mi club.