Capítulo IV: El Orgullo De Un Demonio Mayor

207 4 2
                                    

    Iris permanecía inmóvil frente a una inmensa puerta de piedra negra donde se encontraba tallada la figura de un hombre delgado, cubierto apenas en la entrepierna por una tela sostenida por dos mujeres arrodilladas, en la parte inferior de la puerta leyó "Gula" y arriba "Envidia"; pudo notar como los ojos de ese hombre se movieron de lado a lado al acercarse Rio.

     En ese momento, él liberó hasta un setenta por ciento de su poder y como consecuencia su aura abrió la gran puerta.

     —A partir de aquí sólo hay demonios mayores —dijo Rio mirando al frente, como si diera un discurso para sí solo—. Pronto comenzará la verdadera emoción.

     Cruzaron la puerta. Una vez esta estuvo cerrada, apareció frente a ellos un hombre cubierto por una armadura negra y dorada.

     Los ojos de Rio brillaron como la esplendorosa luna llena, pues sintió euforia ante la idea de hacer pedazos a este demonio mayor, tan sólo mirarlo era un espectáculo previo al festín de sangre que planeaba darse: esa armadura con dragones grabados en toda su extensión y cuernos en su casco, para él era como si ese demonio mayor le dijera «mátame», pues representaba un desafío.

     —Vaya, vaya. Tú armadura sí que se ve resistente, ¿por qué no dejas que la ponga a prueba?—dijo Rio.

    —Esta armadura fue forjada por el señor Lucifer para protegerme, es un orgullo llevarla— respondió su oponente.

     —Ya veo y dime ¿Cuál es tu nombre?—Al tratarse de un demonio mayor, Rio le mostraba respeto con esta pregunta.

     —Andruss—respondió a secas, aparentemente sin sentir miedo.

      —Muy bien, Andruss—Rio hizo una pausa y señaló a Andruss con el índice de su mano derecha―. Pondré a prueba la resistencia de esa armadura, como un favor de demonio a demonio.

      Rio hizo un gesto con la mano derecha para indicarle a Iris que debía quedarse atrás y ella asintió con la cabeza, permaneciendo quieta. Él se fue acercando poco a poco a su nueva presa, hasta que calculó que Iris estaba lo suficientemente lejos de ellos para no salir herida.

     Sin mediar más palabras, Rio corrió a la velocidad de luz, sorprendiendo a Andruss: este nunca había visto a nadie moverse así, con excepción de Lucifer. Fue entonces que Andruss recibió mil golpes frontales a la armadura, la cual se hizo añicos.

      Rio se dió cuenta de que esta estaba hecha de varias capas, sin mencionar que se reconstruía instantemente.

     Andruss intentó devolver el ataque con su puño izquierdo, pero Rio le esquivó retrocediendo un paso.

      —Que decepción, tu armadura te resta velocidad. Puedo sentirlo ¡Eres un demonio de noventa y ocho puntos, la velocidad de la luz no debería abrumarte!—El tono de voz de Rio era iracundo.

      Andruss empezó a recibir más golpes, seguidos por una patada que lo mandó contra el techo. Cualquiera hubiera pensado que no podría hacer nada, pero calculó el momento exacto para atrapar el brazo derecho de Rio, este intento zafarse, pero no pudo, la armadura no sólo era resistente, sino que también aumentaba la fuerza de su portador.

     Ambos cayeron al suelo estando de pie. Andruss no perdió el tiempo y mientras lo agarrada con la derecha, usó su mano libre para golpear a Rio, rompiéndole el labio por dentro.

      Él quedó aturdido por la tremenda fuerza de aquel golpe, aunque esto no duró demasiado, reaccionó disparando un rayo tan potente que desintegró por completo el brazo que le aprisionaba.

      Rio se había regenerado de esa herida, tan rápido que ni siquiera sangró y su aturdimiento no era suficiente para entorpecer su forma de combatir, en cambio Andruss tardó varios segundos en regenerar el brazo entero.

      —Esa armadura te drena energía para aumentar su resistencia y tu fuerza, a cambio reduce tu velocidad de regeneración y movimiento... menudo idiota que es Lucifer. —La cara de Rio no mostraba expresión y él se mantenía quieto, como si esperara recibir el siguiente ataque.

      Pero cuando Andruss intentó pasar a la ofensiva, Rio se colocó detrás de él, creó siete clones a su alrededor y cada uno, junto al original, dispararon rayos concentrados que se juntaron, formando una bola en el interior del estómago de su oponente, que luego estalló de forma concentrada sin dejar rastro alguno de él o su armadura.

       —Él carecía del orgullo de un demonio mayor, mira que dejar que Lucifer lo utilizara como un simple sujeto de experimento—. Rio se sentía abrumado por la falta de orgullo por parte de uno de los de su especie.

     Esa humana que él había secuestrado, se acercó y le abrazó por la espalda. No hubo palabras que acompañaran ese abrazo, pero si una sensación extraña de calma en el ambiente.

Guerrero Inmortal Del Bajo Mundo 1 - Rio e Iris un amor incomprendidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora