Capítulo X: Asesinato En Masa

161 3 0
                                    

      Las personas corrían desesperadas, llenas de pánico ante el anciano vestido de blanco, que sostenía aquel cetro de gran poder. Ese anciano que los veía con desprecio se llamaba Hunter. Él caminaba por la ciudad mientras desintegraba personas y edificios con su cetro blanco; muchas de sus víctimas lo último que veían era a él disparando un poderoso rayo de electricidad.

     —¡Este poder es grandioso, los resultados son excelentes!—Hunter reía eufóricamente.

     Hunter había pasado años buscando ese cetro, por ser un arma legendaria enterrada en lo profundo de la gran fosa de la historia del mundo; hacía apenas una semana que consiguió esta arma que inspiraba terror y respeto en los hombres. Y justamente ahora que había logrado dominar su uso, la estaba poniendo a prueba, usando como sacrificio las vidas de todos a su alrededor. Al principio sólo iba a destruir una ciudad, pero ya esta era la segunda; el motivo era que mientras más se usaba ese cetro, más sentía deseos oscuros de manera vehemente.

    —¡No puede haber nada mejor que esto!—Embriaguez por la muerte: eso era lo que llenaba el corazón de Hunter ahora.

    Han pasado ya varias horas desde que comenzó esta matanza. Cuando tras la destrucción de la primera ciudad, el ejército envió diez mil soldados, con poderosos tanques y cañones laser: Hunter simplemente los desintegro de un solo rayo.

     Entonces él vio una gigantesca puerta gótica abrirse de par en par y a un hombre y una mujer salir de ella. La mujer se sorprendió viendo la ciudad reducida a escombros y el hombre mostraba una expresión de profundo odio. Cuando Hunter decidió hacer caso omiso de ellos e intentó asesinar a las personas que continuaban huyendo, aquel misterioso hombre se colocó entre ellos y el rayo; un campo de fuerza paró el ataque.

     «Imposible, ninguna tecnología actual puede producir un campo de fuerza tan resistente para parar un rayo eléctrico de ochocientos millones de voltios», pensó Hunter y concluyó que el hombre vestido de negro debía de tener acceso a alguna arma defensiva legendaria de la antigüedad.

     Iris se sorprendió de que Rio hubiera intervenido para salvar a esos hombres y mujeres que huían del anciano, pero él le había explicado que alguien cometió tantos asesinatos capaces de deformar el estado del alma de las víctimas, que, la conexión de universos estaba a punto de colapsar. Así que pese a que Rio se había encargado de asignar rápidamente las reencarnaciones hasta estabilizar la realidad, tal vez este era el motivo de hacer algo tan inusual para él.

     —¡Muy bien, pasemos al siguiente nivel!— exclamó Hunter.

     Hunter liberó gran cantidad de su energía espiritual y la introdujo en el cetro, el cual inmediatamente transmutó la energía espiritual en electricidad y entonces disparó un rayo hacia Rio —el rayo era tan potente que podría destruir el sistema solar—. Hunter se sorprendió una vez más: el campo de fuerza había sido destruido pero ese hombre bloqueó el rayo usando su sobretodo negro.

      —¡Es imposible! —El terror y la desesperación se escuchaban en el tono de Hunter— ¿De qué está hecha esa cosa?

     —Nada es imposible para mí—dijo Rio con gran desprecio en su expresión—. Pedazo de basura, dame lo mejor que tengas.

    Hunter utilizó el resto de su energía espiritual y la introdujo en el cetro que pronto empezó a emanar rayos que se fueron reuniendo en su punta.

     —¡Ataqué del dragón relámpago! —gritó. Estaba convencido de que esta vez acabaría con la molestia que tenía al frente.

     La emoción al gritar hizo que pudiera sacar aún más energía para repotenciar el ataque del cetro. La bola de electricidad tomó forma de un gigantesco dragón similar a una serpiente y este fue disparado hacia Rio. El tiempo y el espacio se quebraban a medida que esa energía avanzaba a una velocidad decena de miles de veces superior a la de la luz. Rio recibió el impacto luego de que su campo de fuerza se destruyera; ese ataque resultó tan poderoso que desintegró por completo las ropas de él, pero al terminar el resplandor dejado por la explosión del dragón cuyo poder equivalía al big bang que dio origen a ese universo, Rio estaba ileso.

     —|Es imposible, nadie podría haber sobrevivido a eso! —Hunter se jaló los cabellos y la desesperación desencajó su cara.

     Rio desapareció de la vista de Hunter, agarró el cetro y lo hizo polvo con la fuerza de sus dedos. Antes de que Hunter pudiera recuperarse del efecto sorpresa, Rio volvió a desaparecer.

     —¡Pagaras por haber atentado contra el equilibrio, por este crimen que has llevado más lejos que cualquier otro antes que tú, a ti, pedazo de basura que no es nada sin su arma, te sentencio a muerte!—gritó Rio desde el cielo.

     Hunter apenas tuvo tiempo de mirar hacia lo alto antes de ver que un rayo negro lo impactara y murió antes de siquiera sentir dolor. Entonces el alma de Hunter quedó como fantasma en medio de la ciudad y un círculo rojo lo succionó.

     «Supongo que Rio le acaba de enviar directo al infierno», pensó Iris mientras miraba la recién terminada ejecución.

     Rio regresó al lado de Iris y entonces llegó el ejército que había recibido órdenes de matar a un hombre que acababa de destruir gran parte de la ciudad y sin hacer preguntas, los soldados dispararon sus láseres y mísiles hacia Rio. El campo de fuerza detuvo esos ataques y él sintió un gran desprecio por esos soldados.

    —Sin mí, ellos y toda la vida de este planeta estaría condenada, pero intentan matarme—dijo Rio para sí mismo.

    Rio hizo que se abriera la conexión entre universos y abrazó a Iris. Antes de que entraran en la puerta, ella se sonrojo al sentir el abrazo de él, que aún estaba desnudo por la desintegración de sus ropas en combate. Rio la llevó dentro de la puerta y esta cerró un segundo después.

Guerrero Inmortal Del Bajo Mundo 1 - Rio e Iris un amor incomprendidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora