Guerrero Inmortal Del Bajo Mundo 1 - Rio e Iris un amor incomprendido

Capítulo XII: Un Estilo De Pelea Hecho Toda Una Forma de Arte

     Iris dejó de abrazar a Rio. Ambos sentían felicidad.

    —El Dios Supremo me encerró para mantener el equilibrio entre la creación y el caos que se genera. Si yo estoy fuera junto a él, la cantidad de caos que se produce es tanta que es imposible que la creación se adapte a tiempo, llevándola a su inevitable destrucción—explicó Rio—. Sin embargo, el caos forma parte del sistema de la creación, sin él, no existiría lo que llaman libre albedrio, al menos no para ustedes que fueron creados por el Dios Supremo. Debes entender esto—. Acarició la mejilla derecha de Iris—. Sin el caos, la creación sería un sistema estático, siempre predecible y sin sentido, sería lo mismo que si no existiera y por lo tanto al igual que el caos puede destruir todo, todo depende del caos.

     —Comprendo—dijo Iris—. Me dices esto porque ahora debo aprender a usar el poder del caos, el cual estoy dotada para usar en grandes cantidades, ¿no es así?—Iris sintió su corazón acelerarse.

    —Así es, es necesario que lo sepas precisamente por eso—respondió Rio—. Tú absorbes la energía del caos a un nivel mucho mayor al que cualquier ser humano que haya conocido y ya empiezas a poder usarlo de forma consciente, en parte por eso te hago acompañarme a mis viajes entre universos: te proveo del caos de mis oponentes.

     —Si solo el ser humano puede usar el caos y este es la fuente del libre albedrio para las criaturas del Dios Supremo ¿Significa que el resto de criaturas no tienen capacidad propia de decisión?—preguntó Iris.

     —No, pero lo que sí significa es que esa es la única función que el caos cumple en ellos y que sus decisiones no pueden oponerse al destino, por lo que siguen meramente el orden y las leyes pre impuestas, así que hasta cierto punto es casi como si no tuvieran tal cosa como libre albedrio, aunque aun así no es algo absoluto—respondió—. Bueno, es hora de irnos, debo luchar contra otro criminal que amenaza el equilibrio cósmico.

     —Eso es algo que te iba a preguntar, a ti te importa mucho la creación, cuidas de ella, pero al cumplir tu objetivo provocarás indirectamente su destrucción ¿No es así?—Iris miraba a Rio con preocupación—. A mi parecer si eso ocurre acabarás arrepintiéndote por el precio a pagar por tu venganza.

      —Una vez alguno de los dos sea derrotado, dejaremos de ser la fuente principal para generar energía de caos—Rio bajó la mirada—. Sin embargo, la creación estará en grave peligro durante el combate y no sólo eso: es posible que el caos que ya tiene almacenado se salga de control como consecuencia de mí salida...

     —Entonces no salgas—. Iris abrió los ojos de sobremanera y sus labios temblaban.

     —Es por eso que te llevaré a que observes el combate: tu presencia evitará que el caos generado llegue a la creación porque estarás absorbiendo todo—explicó Rio, pero su rostro reflejaba tristeza y preocupación—. Sin embargo, estarás en peligro de que un ataque perdido te mate, condenando a la creación en el proceso y si al volver tras la derrota de mi hermano, no logras estabilizar el caos, igualmente todo se destruirá

     —Ya veo, así que también dependes de mí para eso—. Iris se tranquilizó.

     —Siento colocarte esta carga tan grande encima—dijo Rio—. Pero para mí, vale la pena debido a la oportunidad de vengarme de ese maldito traidor—. Rio frunció el ceño.

     —De acuerdo, te apoyo—dijo Iris.

    —Ahora marchemos—dijo Rio.

     Treinta años atrás, en un universo lejano al de Iris, había un mundo amenazado por una fuerza extraterrestre conformada por un ejército poderoso de enormes criaturas con avanzado armamento. La humanidad se vio obligada a defenderse uniendo todos sus ejércitos y en una combinación de esfuerzos, dieron origen a un proyecto con el objetivo de generar guerreros de elite capaces de acceder al poder de un cristal descubierto hacía pocos años, el cual confería capacidades sobrehumanas.