4: Confesiones, una discusión y consejos que caen en saco roto.

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[...Todos los que estaban prestando atención a la conversación rompen a reír a excepción de Annie, que en cuanto su mirada se cruza de casualidad y en un gesto rápido con la de Brian, le dedica una media sonrisa leve y triunfal, cargada de prepotencia. El joven, por su parte, entrecierra ligeramente los ojos de forma que solo Ana puede percibirlo, reflejando en ellos sus malas intenciones.

Si lo que quería era empezar una guerra, lo ha conseguido...]

La cena transcurre para todos de lo más amena, incluso para Ana y Brian, que han retomado su recientemente adquirida rutina de ignorarse por completo. Entre animadas conversaciones y varias copas de vino, los comensales liquidan el asado hasta que no queda ni una sola patata en la cazuela y felicitan de nuevo a Eli, aunque esta vez con sus barrigas llenas. Acto seguido cada uno agarra unas cuantas latas de cerveza y todos se trasladan al salón, posicionándose frente al enorme televisor para disfrutar del partido. Zacky, Brian, Matt Sanders y Jason se tiran en el gigantesco sofá de cuero negro que está situado justo delante de la pantalla, mientras que Johnny, Matt Berry y Jimmy optan por sentarse en el suelo a los pies del sofá. Ana y Eli, por su parte, se apoyan en los reposabrazos, una en cada extremo. Annie acaba pues sentada junto al mayor de los hermanos Berry en el lado derecho y Eli junto a Zacky en el izquierdo, aprovechando la distracción del resto de los muchachos para intercambiar risillas por lo bajo y fugaces besos con su chico. 

Sentado en el medio del sofá, Sanders parece librar una batalla silenciosa con los distintos canales y Brian, sentado a su lado y con las piernas estiradas y los pies apoyados sobre la mesilla de café que separa el sillón del televisor, chasquea la lengua y habla con una media sonrisa cabrona, sosteniendo una lata de cerveza en su mano derecha- Chicos, me da que podemos irnos todos a dormir, el partido habrá terminado antes de que Matt encuentre el canal... 

Concentrado en lo que hace y con sus ojos verdes fijos en el televisor, Sanders habla con el ceño ligeramente fruncido, ignorando por completo las palabras de su amigo- ¿Estáis seguros de que el partido era hoy...? 

Brian ríe por lo bajo y sacude la cabeza- Quedaos con mis palabras... -Dice, justo antes de darle un trago a su cerveza. 

Matt pone los ojos en blanco y habla con una media sonrisa, sin dejar de pasar canales ni un solo segundo- Cállate, Gates.

Mareado y cansado de tanto cambio de canal, Jimmy chasquea la lengua y decide por fin tomar la iniciativa. Sentado justo a los pies de Matt, aprovecha su situación para darse la vuelta y quitarle el mando a su amigo en un gesto rápido que no le da tiempo a preveer al chico de ojos verdes- Trae aquí... -Recorre con la mirada los cientos de botones del mando a distancia y después ríe, sacudiendo la cabeza y hablando con algo de torpeza- Joder, pensándolo bien creo que estoy demasiado borracho para esto... 

Eli pone los ojos en blanco y resopla con una media sonrisa- De verdad, no valéis ni para encontrar un maldito canal. -Chasquea la lengua, se inclina hacia Jimmy y le arrebata el mando de las manos en un gesto rápido ante la cara de incredulidad del muchacho. Acto seguido habla mientras recorre las infinitas teclas con sus ojos oscuros, concentrada- Menudas estrellas del rock que no sabéis ni utilizar un mando a distancia... -Ríe, haciendo reír también a los demás. 

Falsamente indignado, Matt Sanders arquea una ceja, alzando la voz con una media sonrisa que se esfuerza por reprimir- ¡Eh! 

Jimmy mira a su amigo y sacude la cabeza, hablando con una resignación muy bien fingida- No te molestes tío, tiene toda la razón... -Ríe. 

Después de estudiar detenidamente durante unos cuantos segundos absolutamente todos y cada uno de los botones del mando, Eli decide probar suerte y pulsar uno de ellos, fijando sus ojos oscuros en la televisión. Justo en ese momento, el canal deportivo aparece por fin ante la atenta mirada de todos, que comienzan a aplaudir y vitorear como si la muchacha hubiese hecho la proeza de su vida. Desde el extremo opuesto del sofá, Jason la mira con una sonrisa amplia- ¿Cómo coño lo has hecho? 

Welcome to the FamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora